Capitulo 27

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— ¡Ese era el chico Camila! ¿Qué quería? — gritó Julieta exaltada sin dejar de revisar el espejo retrovisor, Cameron, las observaba alejarse desde la calzada.

— ¿Qué chico? —preguntó confundida

— El que me dijo que era tu primo...

— ¿Qué? — soltó abruptamente

Se enderezó en el asiento y giró el retrovisor para verlo, ya casi le era imposible, estaban demasiado lejos.

— Es él Camila, te lo juro, me di cuenta al verlo de atrás tenía puesta la misma chaqueta que esa noche y el coche, el coche que usó esa noche estaba en el aparcamiento, era el azul...

— ¿Estás segura?

— ¡Que si!

Se hundió en el asiento al igual que antes, lo que le había dicho su amiga se había sentido como una patada directo en el plexo solar. No sabía que pensar, el miedo volvía asomarse, su estomago se torció en nudos y de repente se sintió mareada.

— Camila tranquila, respira...— murmuró la rubia al ver el semblante de ella.

Negó con la cabeza, no sabía qué hacer, no entendía que quería ese chico con ella, apenas lo conocía. Bueno, ella apenas lo conocía, él parecía saber cosas sobre ella, como su nombre y dónde vivía.

¡Sabe dónde vivo!

Los ojos de Camila se abrieron como platos al recordar que, Cameron sabía dónde vivía.

— Julieta este tipo sabe donde vivo— dijo de forma apresurada — ¡Mierda!

Se tomó la cabeza con ambas manos y gruño bajo en la garganta.

— Tranquila, de seguro quiere ligarte y nada más, no te asustes, hace días que sabe dónde es tu casa, si hubiera querido hacerte algo no le habría faltado oportunidad— dijo esbozando una sonrisa que pretendía ser tranquilizadora— ¿Qué fue lo que te dijo?

Giró la cabeza mirando a la rubia, aquello no la tranquilizaba, no era consuelo de nada.

— No lo sé...

— ¿Qué te dijo? Parecías alterada — insistió

Camila abrió la boca varías veces mientras intentaba recordar lo que había pasado recién, estaba tratando de ordenar en su cabeza las cosas. Parecía extraño pero le costaba recordar.

— Es confuso, yo...— comenzó a balbucear — es cliente del restaurante, lo conocí la semana pasada, me preguntó si había estado en Europa porque mi rostro se le hacía familiar, fue amable, no me pareció nada raro, no lo había vuelto a ver hasta hoy — explicó mirando sus manos nerviosa — Hoy volvió a aparecer y me invitó a tomar algo con él, le dije que no e insistió. Pero, apareció Alicia y me salvé de responderle.

— ¿Y ya?

— No, tu viste lo que pasó afuera — dijo levantando la mirada para verla a la cara — se me acerco mientras estaba distraída y me tomó del brazo con fuerza ¡Me asusté! Y él... continuó insistiendo en hablar conmigo — hizo una pausa para respirar profundo — Pero, esta vez fue diferente, tenía una urgencia que antes no, Julieta, estaba muy asustada no me dejaba en paz.

Julieta la miró apenada y le tomó la mano acariciándole el dorso con el pulgar.

— Seguro solo es un idiota que le gustaste y no acepta un no por respuesta.

— Pero y si no...

— Pues no lo sé, pero, sé que suena horrible, pero estas cosas se dan todo el tiempo, hay personas que les cuesta entender una negativa. Suele pasarle a quienes trabajan en bares y restaurantes, las camareras son asediadas por chicos como este todo el tiempo.

Eres Mia [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora