Capitulo 26

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Camila suspiró cansada, había sido un día particularmente agotador, los lunes siempre tendían a sentirse eternos. Había perdido la cuenta la cantidad de veces que había visto el reloj del restaurante, deseaba que su turno terminara pronto, estaba despierta desde las siete de la mañana y vino directo de la escuela para llegar a tiempo.

La noche anterior no había dormido mucho, estuvieron en el lago hasta que anocheció, aprovechando al máximo el tiempo que les quedaba, a decir verdad ninguna quería irse, el fin de semana pareció ir demasiado rápido.

El fin de semana, Carolina cubrió su turno, por lo que le tocaba trabajar hoy y mañana. Para ser un día de semana había más gente de lo normal.

Se puso de pie al sentir la campanita de la puerta que indicaba que entraba gente, se dirigieron a su sección por lo que tomó su libreta y un par de Cartas.

— ¡Hola! Bienvenidos — saludó con una sonrisa amable mientras les entregaba las cartas a ambos chicos, estaban sentado en una de las mesas junto a la ventana.

— Hola — saludo con una sonrisa amplia uno de ellos — ¿Me recuerdas?

Camila arrugó el entrecejo mientras lo miraba intentando recordarlo, miró al pelirrojo unos segundos hasta que reconoció al chico. Lo recordaba como el chico Europeo, por el acento que no lograba identificar y porque le había preguntado si había estado allá.

— Si, ya te recuerdo — dijo asintiendo varias veces con la cabeza mientras mantenía una mano en alto — ¿Sigues de visita?

— Algo así —musitó mirándola — arreglando temas familiares y cosas por el estilo, no te había visto estos días ¿Estuviste enferma?

— No, no, estoy bien — dijo agitando la mano —trabajo los fines de semana únicamente, pero cambie de horario esta semana.

Anotó su orden y se fue con una sonrisa para llevar la comanda a la cocina.

Mientras atendía las otras mesas de su sección, percibió que el pelirrojo la seguía con la mirada, se pasó un mechón de cabello detrás de la oreja y echó un vistazo a su mesa disimuladamente, se sorprendió al notar que efectivamente no le quitaba el ojo de encima.

Rodó los ojos y continuó con su trabajo, mientras esperaba que la cocina preparaban las órdenes, se sentó en la barra, estaba cansadísima, por eso aprovechaba cualquier oportunidad que encontraba para sentarse. Faltaba menos de una hora para que finalizara su jornada, cuando llegara a casa iba a arrojarse al sofá con una bolsa de frituras apenas pasara por la puerta.

— Luces cansada dulzura — comentó Alicia apareciendo junto a ella, no la había sentido llegar, colocó una mano en su barbilla con suavidad.

Desde que llegó había estado en su oficina ocupada con papeleo, según le habían dicho sus compañeros

— Fin de semana ocupado — respondió con una sonrisa, suponía que Will le había comentado que irían al lago.

— Lo imagino — dijo devolviéndole la sonrisa — Estoy muy feliz de que hayan vuelto a ser amigos...

No fue necesario que dijera su nombre, era obvio que se refería a su hijo. Se sonrojó al ver la mirada picara que le destinaba Alicia, parecía que estaba al tanto de la naturaleza de su relación.

— Jefa la necesitamos en la cocina— dijo uno de los cocineros apareciendo por la puerta de la cocina.

Alicia le sonrió y le dedicó un guiño antes de dirigirse a donde la habían llamado.

Eres Mia [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora