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Esteban

Jamás me había sentido estresado con el trabajo y el niño, hoy es el día. Una junta importante. El niño que no quiso quedarse en la estancia guardería empezó a llorar mucho y no me gusta que llore, menos verle como se pone, la mañana se me fue en eso, en ir a la lavandería a por mis trajes. No había querido llamar a mi prima pero tuve que hacerlo si quería ganar aquella nueva colección en la empresa y eso es la gente.

—Tranquilo ahora dejaras a pampam ponerte la ropa ¿de acuerdo? —Gabriel lleva rato llorando.

Le vestí y puse en mis brazos, cogí el biberón y metí la tetera en su boca este con sus manos lo agarro, varias lágrimas bajaban por sus mejillas y terminaba en sus oídos, sus ojos se cerraban de apoco y así se término la leche y quedo dormido. Lo lleve a su habitación y lo deje acostado, cerré sus cortinas para que no le entrase la luz y deje la puerta entre abierta.

Me termine de poner el traje negro y corbata gris, peine mi pelo, mi celular sonó, un mensaje de mi prima que ponía que la puerta de abajo estaba cerrada. Salí de mi habitación y pulse el botón de abrir la puerta.

—Hola. Así que mi niño hoy amaneció rebelde —dijo al mismo tiempo que dejaba un beso en mi mejilla.

—Eso parece —sonrei un poco cogiendo las llaves de mi auto.

—Bueno nos vemos luego, ahí de todo acá no hace falta que salgas, si luego se te ofrece algo me llamas. Si tiene que irte igual —concluí.

—No seas pesado y largo —me señaló la puerta.

Abrí la puerta que da al garaje y subí.




...







Aurora

Hoy no he salido de casa y cancele mi citas con mis niños, con lo de ayer en el cementerio llegue a casa y no he vuelto a salir. Mi celular lo apague desde ayer y me he sumergido a mi hogar. Quizás para muchos no sea la gran cosa pero desde mi punto de vista me duele y me duelen mis pacientes, cada niño desde el que acaba de nacer y se pone en mis manos es mi responsabilidad.

Abro un libro viejo he intento leer algo pero no sirve de nada. El teléfono de casa suena me levanto y lo cojo.

—Halo —saludo a quien sea.

—Hola es Nereida ¿como estas? Te he estado llamando desde ayer a tu celular mujer ¿como te sientes? —de fondo de escuchan unos ruidos.

—Estoy bien, supongo que ya sabes lo que paso —hablo en todo bajo y calmado.

—Si... Por que no te vienes conmigo, estoy en casa de mi primo así hablamos no se ¿que te parece?.

Me lo pienso un poco y al final acepto así veo aquel bebé que por cierto debí reclamarle al padre ayer no haberme llamado para hacerme saber como había reaccionando el niño a los medicamentos que le puse. Subo a mi habitación y me dejo el Jeans y la blusa blanca por dentro sencilla de mangas cortas y unos zapatos de meter el pie y por encima me puse una chaqueta larga y holgada, una coleta pequeña. Cojo las llaves y salgo de casa.






...



Toco el timbre y se abre la puerta, me saluda de besos y entro. Nos sentamos.

—Agua.

—Si, por favor.

—¿Y como te sientes? —hago una mueca.

—Bien, se podría decir.

Llega con el agua y se sienta en frente mio con las piernas arriba enseñando casi todo me da risa como es está mujer.

Papá soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora