|•34•|Acción

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La veo enfrente de mi, sus verdes ojos observan cada movimiento mió y no siento culpa, dolor o miedo al estar quitándome botón por botón mi camisa blanca mojada tirándola al piso.

—Tienes un tatuaje —señala mi costilla izquierda, su mirada recorre esta piel desnuda y terminan en mis ojos, no veo a una sonrojada, veo a una mujer que me mira y esa es Aurora.

Camine mas a ella y cogí su mano guiándole a mi tatuado, las yemas de sus suaves manos acariciaron esta zona, mire su rostro concentrado en lo que hacia, sus ojos se encontraron con los mios. No me lo pone muy fácil así, es una mujer hermosa, que cualquier hombre puede quedar encantado con ella. Pero yo...













Aurora

Lo tengo tan cerca que puedo sentir el frío que su cuerpo emana, su tatuaje es hermoso digno de su nombre de su pequeño y aquella paloma negra haciendo contraste de los colores con su piel suave y acentuada. Eleve mi rostro y me encuentro con sus ojos fijos en los míos, trago seco y pestañeo varias veces.

—Ire a ver a mi hijo y quitarme esta ropa —su respiración se ligó con la mía.

—Si... Si claro —me giré viéndolo caminar dejando un camino de agua, me agache y cogí la camisa y chaqueta y corrí con ellas al balcón detrás y la deje en el lavado escurriéndose.

Me senté en el sofá unos quince minutos, las luces empezaron a pestañear y me asuste poniéndome de pie hasta que todo quedo a oscuras, afuera esta también oscuro, cuando a anochecido tan pronto no digo yo lloviendo desde que amaneció.

—¿Esteban? —le llamo caminando descalza por el pasillo que da a la habitación del pequeño, abro la puerta y me lo encuentro mirando por el balcón, las gotas golpean con furia el gran cristal que separa al pequeño espacio de pasar al balcón, esta de espaldas, tiene un abrigo holgado negro sus manos en los bolsillos y un chándal holgado gris, sus pies también descalzos, el pequeño duerme tranquilo.

—¿Asustada? —giró mi vista a él que esta de frente mio. Aun esta todo oscuro pero puedo verlo.

—No —solté negando rápido.

Viene caminando a mi lugar, le hecha un vistazo a su hijo acurrucado entre sus mantas y almohadas, cuando estuvo lo bastante cerca como para sentir su respiración y aliento en mi rostro hablo sin despegar sus ojos mar de los míos.

—Hagamos un juego. ¿Te gustaría?.

Le miré extraña pero afirme con mi cabeza, tomo mi mano entrelazando sus dedos a los mios sintiendo una corriente eléctrica y caminamos a donde él estaba pegado al balcón. Mi cuerpo quedo pegado al cristal dándole la espalda a él que se quedo detrás mio.

—Debes cerrar los ojos, fundirte en la lluvia, escucha con atención como esas gotas golpean el cristal, la oscuridad que ves, piérdete en eso un momento.

Por alguna razón me lleve de el, mis oídos se habían desarrollado mejor, empecé a relajar me más, sentía su respiración caliente en mi nuca, sus manos y suaves dedos acariciaban mis brazos pero era algo leve, hasta que sentí su mejilla rozar la mía y sus labios rozar esta zona, su pecho pegado a mi espalda el frío del cristal me transmitía una energía electrizando mi cuerpo haciéndome pegar mas a su pecho, a su cuerpo, mis ojos permanecían cerrados aquella energía se que él la sentía, eran como choques eléctricos, esa que me llevo al rato a estar de frente a él, no quería abrir los ojos, su nariz rozo la mía, presionó mi cuerpo en el cristal con su cuerpo y aquella tela de su chándal suave y holgado me permitió sentir su parte rozar la mía.

Abrí mis labios y los moje con mi lengua, su respiración se siente tan tranquila sobre la mía, no hacia ningún movimiento ni yo tampoco. Quedando un poco más abajo que él.

Dejo un beso en la punta de mi nariz y otro en mi mejilla, de pronto el sonido de la lluvia paro para mis oídos, mi cuerpo se puso alerta para lo próximo que sentí. Sus labios rozan los míos mojándolos con los suyos, se pego mas a mi cuerpo y cogió mi rostro con sus ambas manos. ¡Me esta besando!. Reacción acción y eso fue lo que hice corresponder a sus besos mojados, su lengua hizo contacto con la mía, chupando, mandando choques eléctricos que me hizo pasar mis manos por su cintura y hacerlo pegar mas a mi, el frío del cristal en mi espalda desapareció por completo, nuestros rostros se mueven al compás del beso, un beso que no sabría descifrar con un toque de pasión, deseo, ternura y... Suavidad en cada movimiento, el aire no nos hacia falta, dejo una mano en mi mejilla y otra la posó en mi cintura, apretó ahí y me pego mas él, solté un jadeo en sus labios al sentir su miembro justo en mi zona, le gusto y se rozo contra mi, Volviéndome loca. ¡¿Que estas haciendo Esteban?! ¡¿Que estas haciendo aurora?!.

Se arrepentirá, ya lo veras.

No demuestre que te gusta Pendeja.

Ya caíste idiota...

Mi pecho sube y baja. Nos separamos, él aun con mi labio inferior entre los suyos y lo suelta despacio. Nos miramos fijamente, sus ojos brillan, sus labios rojos he hinchados, lo jale del rostro con mi mano a mi y volví sus labios a los míos. Correspondió igual que yo entre besos y besos caminando pegados, llegamos a la pared y volvimos terminado al cristal pegando me de ahí. Su llanto nos hizo separar y me volvió el frío del cristal, el sonido de la lluvia, volví a mis sentidos y la oscuridad volvió ha hacerme presente.






Aquí está lloviendo en verdad 🤣

Papá soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora