Aurora.Tres semanas de casados y nada ha cambiado. Solo una felicidad que se siente por cada esquina de nuestro hogar y por cada parte de nuestro cuerpo. Mis días son cada día más maravillosos. Como ahora que estoy dentro de la bañera llena de agua tibia y denuda dejándome consentir por mi amado. Afuera el ambiente esta frío y no tengo ganas de salir de aquí. Aunque tengo cita con el doctor.
La puerta esta abierta. Una toalla blanca encima de la tapa del váter. Con mis manos acarició mi panza pequeñita con mis bellos que resaltan y unos lunares. Observó mejor mi ombligo y mis pechos que están mas grande.
—¿Aun estas dentro? Eh, te volverás una pasita —me sorprende mirándome entrando con ropa abrigada y los pies descalzos.
Me mira sonriente agachándose a mi lado poniendo sus manos en el borde de la bañera.
—Afuera esta frío —hago una mueca en queja moviendo mis dedos en el agua.
—Afuera. No en la casa —entra sus manos en el agua acariciando mi panza con ternura y acercando sus labios a los mios. —Venga arriba preciosa que en una hora tenemos la cita —me hace parar con él.
Me visto abrigada con botas sin tacón de rodilla y leggins,
blusa suave de lana. Bebiendo un té de manzanilla casero.Esteban
La observo en silencio mirando como sus labios se pegan de la taza que sujeta de mano mirando nuestras fotos en cuadros de la sala pequeña en la cocina. En cada parte de nuestro hogar ahí un pequeño detalle nuestro, ya sea una flor en un jarrón con agua o algún juguete especial del pequeño.
—Gabriel ya esta listo ¿nos vamos? —capto su atención.
—Si —responde poniéndose de pie.
Entro el cochesito pequeño de Gabriel detrás en el auto mientras ella sube con el detrás poniendo sus cinturones.
—¿Listos? —les miro por el espejo.
—¡Si pa pá!—le mire con amor no evitando echar mi cabeza atrás para dejar un beso en su mejilla feliz. Cada día habla más claro, tanto como un perico, en las mañanas al despertar no hay quien le aguante y por igual en la noche.
Al llegar lo entro en el cochesito y para que se estuviera tranquilo he puesto una bolsa de golosinas mientras se empeña por abrirla. Me hace mucha gracia.
—Pueden pasar —nos abre paso a la puerta del doctor su secretaria. Ambos entramos sentándonos en unas sillas frías por el aire.
—El doctor vendrá en un momento —ella asiente pasando unos mechones por sus orejas.
—¿Nerviosa? —contesta moviendo su cabeza en un si sonriendo. Tomo su mano dejando un beso en esta. Mira a Gabriel concentrado aun en las golosinas.
—Buenas buenas —saluda el doctor entrando por la puerta con bata gris de unos cuarenta y tantos años y gafas de leer en la cabeza, mirándonos a ambos.
—Buenos días —saludamos. Incluido mi pequeño con un hola exclamado llamando su atención haciendo que todos riésemos.
Después de bromear un poco y darnos cuenta que el doctor es un bromista. Seguro para que las personas entren en confianza incluido las madres. Fuimos ya al ámbito laboral
—Entonces Aurora ¿no? ¿Cuántos meses tiene de embarazo? ¿Como son tus síntomas? ¿Te has hecho los chequeos generales de presión sanguínea? ¿La orina?. ¿Posibles anomalías?.
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Papá soltero
RomanceNo se olvida quien muere si no quien se va sin morir. #3 en Romance /1/5/19 #1 en Gabriel /27/5/19 #2 en muerte /02/519 #1 en juvenil /06/6/19