Papá soltero

|•79•|Abuela dos

—Mamá ya te dije que todo esta bien, no te preocupes, cuando puedas vienes.

Mamá seguía hablando sin parar.

—Si les daré todos tus besos. También te aman —manda besos a los niños.

Corto la llamada y voy a la habitación de Emma quien me espera para terminar de arreglar su vestido y pasar el peine por su pelo. La dejo en la sala y voy con Perla vistiéndola y poniéndola tan rica con olor que dan ganas de comerla a besos.

—¿Gabriel amor estas listo? —paso por su habitación.

—Si mami —sale del baño.

Mi amado se fue a la empresa y yo iré al parque con los niños, su abuela les espera ahí. Luego él nos alcanzara o eso espero.

—¿A dónde vamos? —pregunta Gabriel mientras los acomodo en el auto abrochando bien sus cinturones.

—Donde la abuela.

—Abuela vive... Muy lejos —expresa Emma. Piensa que es donde mi madre, amo tanto su sabiduría.

—Esta es otra abuela que regreso, la mamá de su papi.

—¡Ah! —ambos se miran. Perla solo mira el juguete que trae entre sus pequeñas manos. Mientras espero que cambie el semáforo acaricio mi barriga donde llevo otra vida. Se siente tan bien esto pero amo más cuando él la acaricia hasta quedarme dormida, es un amor y me encanta que tenga esos detalles como también poner su cabeza en ella y quedarse un rato.

...

Hemos llegado al parque, saco a los niños y cargo a Perla. Emma ha traído su pequeña mochila de Frozen con según ella cosas personales.

No pasaron ni cinco minutos cuando ya estaban correteando por todo el parque, es una tarde nublada y con viento fresco.

—¿Aurora? —me giro a su voz y sonrió poniéndome de pié.

La he visto varias veces y trato de tratarla con respecto. Es la madre de mi esposo.

—Hola ¿como se encuentra? —lleva maquillaje sencillo y su mirada no es tan dura como la de hace unos años.

—Emocionada por ver a mis nietos y es algo que te agradeceré siempre. Es muy importante para mi —sonríe. Me hago a un lado en el asiento echo de tronco y se sienta a mi  lado.

—¡Niños! —tuve que levantar un poco la voz. Viene Emma sonriéndose con Gabriel. La pequeña Perla estaba en el suelo no muy lejos jugando con los juegos que traía en la cajuela.

—¿Que pasa mamá? ¿Ya nos vamos? —habla Gabriel pasando su vista de mi a su abuela. Emma la mira con curiosidad una mirada azul igual a su padre.

—No, ha llegado la abuela —les sonrió y se quedan mirándola con extrañeza.

Me pongo de pie atrayendo a Perla.

Al principió ambos estaban muy extraños y Emma ataco con sus preguntas una detrás de otras. Gabriel la miraba con receló pero Perla fue más complaciente y término en sus brazos. Ya los tres se encuentran en sus brazos hablando entre ellos y sonrió.

Mi celular suena y lo sacó de la cartera.

—Amor —respondí.

—¿En que parte estas? —no suena muy contento.

—Por los columpios y toboganes.

Colgó y sentí algo feo en mi corazón.

Miro por todo el lugar y lo encuentro caminando a nosotros, esta mañana se fue vestido de traje ya que tenía una junta muy importante con nuevos cambios. Su rostro es serió y sin una pizca de sentimiento que pueda yo entender.

—Cariño has llegado —me pongo yo de pié primero y voy a sus brazos. Me deja un beso en la mejilla para luego Emma y Gabriel saltar a sus brazos.

Su madre solo lo mira con vergüenza a quien Perla no parece soltar y jugar con su pelo.

—Hola, hijo —siento temor en sus palabras bajo la mirada penetrante de su hijo.

—Ya lo has vistos —era clara su respuesta, hice un poco de presión en su brazo para que entendiera que estaba siendo un poco duro.

—No seas tan duro conmigo, hay cosas que no puedo arreglar contigo pero ellos no tienen porque saber eso.

—No tienes derecho siquiera a...

—Esteban —llamo su atención para que parase de hablar cuando me di cuenta que iba elevando la voz y los niños lo miraban.

Respira profundo mirando por el lugar.

Esteban

No deseo comportarme de esta manera y menos con los niños enfrente pero no es fácil para mi verla ahora muy tranquila y parecer cambiar cuando solo se ha buscado beneficiarse de mi. No lo acepto, nunca estuvo para mi y no puede venir ahora a cambiar treinta años de mi vida de los cueles no estuvo en los mas importantes.

Mis hijos no tienen que saber ni estar metidos en ese pasado pero me jode su cambio, no se con lo que vaya a salir luego y los deje ilusionados con una abuela que no es.

—Esteban —me llama Aurora interrumpiendo lo que iba a decir y admito que quizás solo un poco no estaba actuando de manera correcta.

—Gracias Aurora por este día y estos minutos con...mis nietos y es algo que estaré agradecida, será mejor que me vaya.

Aurora

Voy en el auto con los niños y Esteban detrás en el suyo. Voy molesta por que he de admitir que él tiene todo la razón en su comportamiento con ella y también quizás yo he estado dándole demasiado al tema. Solo me hubiese gustado que las cosas fuesen diferentes.