|•14•|Obedeciendo el cuerpo

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Aurora

Sus ojos seguían mirándome y todo a mi alrededor fue perdiéndose ante mis ojos para centrarme en su perfil tan... Hermoso deberías de parar la carpiriña... Claro que la pare ahora estoy bebiendo un cóctel con más alcohol.

—¿Me estarás mirando así toda la noche? Creo que me intimidare —hice el mono de whatsapp con las manos en los ojos y reí junto con él. Negó con la cabeza se acercó a mi silla miro mis labios y acaricio mis mejillas con sus pulgares.

—Perdón.

Quise analizar sus palabras pero no me dejo y lo que sentí fueron sus labios encima de los míos, se pueden sentir frescos, suaves y con aquel dulce sabor de su bebida, me deje llevar. Abrí mis piernas en la silla para que este se pegara mas a mi y así lo hizo, quedo parado enfrente mio, mis labios se movían encima de los suyos con el mismo deseo que el movía los suyos encima de los míos, no es un beso salvaje mas bien es cálido y delicado algo que no me gusto mucho pues era como sentir todo lo que esta sintiendo por mi, si queremos obedecer nuestros cuerpos no debe haber amor de por medio.

Hice el beso mas salvaje y mordí sus labios para invitarlo a que lo hiciera como yo y capto el mensaje, unas de sus manos se posiciona en mi cuello y ahí está ¡Justo donde quería!.

—¿A mi casa? —susurro dejando un último beso en mis labios separándose de mi dejando a su vista sus labios ya rojos he hinchados.

Analice sus palabras y mire a mi alrededor ¿Estar con el? Tú cuerpo lo desea. ¡No Aurora estas loca! Como quieras hacer esta locura yo tu mente prometo descargar me y morir aquí, callate.

—¿Aurora?.

—Ah disculpa. Mejor a mi casa.

Me puse en mi pie y sentí mi cuerpo moverse por el alcohol. Agarre su mano. Salimos del lugar no sin antes pagar lo consumido, salimos moviendo cuerpos apunto de caer al piso, el frío de la calle nos dio de golpe y mire su auto detrás del mio.

—Tú sube yo te guío —sentia el alcohol poner mi adrenalina a mil.

Ahora mente te mantendrás callada y mañana me dirás lo que quieras.

Subí a mi auto y conducía a mi casa, por el retrovisor mire que este me seguía detrás.

...

El ascensor esta conspirando en mi contra siento que va subiendo muy lento como los besos de este hombre en mi cuello, por fin llegamos, metí la llave y ni le di tiempo de ver nada ni siquiera encendí la luz lo atraje y lo bese a mi gusto.

—Me estoy pensando sinceramente cuando me dijiste que podrías ser una asesina —sonrió encima de mis labios.

—Te podría decir quien soy ahora mismo pero no sería bueno —sonrei igual.

Conozco mi casa perfectamente y lo lance en el primer sofá, aún se podía ver un poco la luz de la noche que se cuela por el balcón de la sala, me hizo subir encima suyo y besarnos. Me quito rápido la chaqueta junto a la blusa dejando me en sujetador y se quedo viendo mis pequeños senos.

—No quiero nada de sentimientos —elevo su mirada a la mía y entendió a que me refería, besos mis labios, cuello, barbilla y clavícula, me moví encima suyo y me levante para que este se quitara su ropa, mi respiración estaba muy agitada, se escucha en la sala completa. Y que cuerpo que tiene este hombre.

Me saque el short despacio viendo como sus ojos iban a todos mis movimientos y lo deje caer al piso. Me saque el sujetador y las bragas. Siento mi cuerpo moverse se un poco por el alcohol pero no puse atención. Sebastián se encuentra ya desnudo en el sofá como una pintura de un Dios y yo bueno desnuda delante de sus preciosos ojos mieles.

Me tendió una mano y la uní a la mía, me subí encima suyo sintiendo su miembro rozar en mi zona y mordí mis labios años sin sentir esto. Acaricio mis caderas y fue bajando en mis glúteos, sujeto mis pechos en sus manos y los llevo a su boca, echo mi cabeza atrás y me dejo llevar, acaricio su pecho suave y caliente, su cabellera.

Eleve mi pelvis y con una mano libre ayude a su miembro entrar en mi intimidad, abrí la boca y jadeo, Sebastián soltó un gruñido de placer y me pego mas a él haciendo que mi pechos quedasen aplastados por su torso, me quede unos segundos quieta sintiendo toda la adrenalina por mi cuerpo, aún con sus manos en mis caderas me invito a moverme y así lo hice, aún mis manos estaban en su cabellera y lo jale un poco, me hizo moverme mas rápido, de adelante atrás y elevarme un poco, no tenia control de mis jadeos, de mis gemidos, puse mis manos en mis pechos y los apreté mientras me dejaba llevar. Me pego a sus labios y me beso con deseo, dejando un camino de besos húmedos, me apretó de las caderas y me hizo mover mas rápido, sus gemidos me confirmaban que lo hacía bien, enterré mi cabeza en su cuello y deje un beso ahí mis pechos subían y bajaban con presión, los chupo, los beso y succiono. Volviéndome loca, a su merced, a su entrega, acariciaba mi espalda con la llenas de sus dedos y me hacia estremecer.

...


Me muevo un poco incómoda y con un dolor de cabeza fatal, contengo la respiración y respiro despacio porque hasta las costillas me duelen, llevo ambas manos a mi cabeza y masajeó mi pelo despacio. Abro los ojos despacio, vuelvo y los cierro por la luz que me molesta, los voy abriendo muy despacio hasta abrirlos completos y adaptarme a la luz.

Observo todo a mi alrededor, estoy en mi habitación, las sábanas beige están muy descompuestas y solo la mitad de una de ellas cubre mi parte de abajo y mis pechos al aire ¿Cómo llegamos aquí? Y claro que recuerdo lo de anoche, Sebastián y yo... Pero... ¿Cómo llegamos aquí?.

Me siento en la cama, mis almohadas están tiradas en el piso. La luz del sol entra por las cortinas que están un poco abiertas, me pongo de pie con cuidado y me tengo que ir rápido al baño, me sujeto del váter (inodoro) y mi cuerpo expulsa cualquier cosa que ingirió ayer, me quedo sentada en el suelo un rato hasta sentirme mejor, me pongo de pie en el lavo manos, abro la llave y lavo mi cara rápido, me cepillo los dientes, me sigo echando agua por la cara, elevo mi rostro y el espejo me recibe, mi pelo esta hecho un nido, mis labios rojos he hinchados y una fea marca en el medio de mis senos, decidí no seguir poniendo atención y enrede una toalla en mi cuerpo, baje las escaleras a la sala y me quede a mitad de camino, mis bragas y sujetador estaban esparcidos en el piso como si se hubiese hecho un exorcismo erótico junto a mi ropa, arrugue la frente, termine de bajar y con cuidado las recogí del piso y las puse arriba del sofá, si el sofá, lo observé y unos cuantos recuerdos me llenaron la cabeza, camine a la cocina había un papel blanco encima del desayunado.




Nota:

Bueno días hermosa, si has llegado hasta aquí es que no estas tan mal, me fui temprano, entiendo que no hubieras querido encontrarme a tu lado como si hubieras hecho el amor y luego darnos un beso de buenos días y perdona tuve que usar su ducha y la cafetera, si hice un café, bonito apartamento, delicado, grande y con ese toque de profesionalismo, tranquila no toque nada solo observé, gracias por lo de anoche me siento vivo.

Att: Sebastián él del sofá y la cama.

Dios mio que has hecho Aurora estas loca. Voy rápido y me siento en la mesa analizando todo, haber por donde puedo empezar y solo me llega una cosa a la mente, ya me empezara a regañar obedeciste tu cuerpo.












¿Donde andan niñas?😏

Papá soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora