Papá soltero

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Sentía un mal presentimiento pero no deje que me afectará y seguí divirtiéndome con mi amiga y ahora su no se si novio, rollo o ni idea, le comente que tenia que ir al baño y camine entre la gente hasta llegar al baño de damas que por gracia divina no habían más que cinco personas delante mio, cuando por fin pude entrar lo primero que hice fue hacer pis y acomodar mis botines altos, me saque la chaqueta y la puse encima del lavamanos, me mire en el gran espejo y mi maquillaje esta intacto y mi peinado igual no digo yo con tanto gel y laca. Salí del baño tropezando y pidiendo perdón con una sonrisa en los labios no fuera que se arme un lío por una cosa tan sencilla.

Voy llegando a ellos y me llevo una bonita sorpresa, solo estoy a dos pasos de ellos, Nereida gira su rostro a mi y me sonríe.

—Aurora acércate ven, él es Sebastián hermano de Fabián —nos había presentado con un sonrisa falsa. Está al lado de su hermano, me quedo viendo y le brindo mi mano en modo de saludo, la acepta normal, como si fuera la primera vez que nos vemos.

—Un gusto Aurora, es todo un placer conocer la mejor amiga de mi cuñada ¿verdad? —mira a su hermano sonriente, a el imbécil no se le quita lo guapo, aquella gorra con la visera atrás y unos rizos colgar por los lados le da ese toque de jovial, aparte mi mano rápido y fingí gusto ante su hermano. Nereida no sabe que el es el tipo del que le hable, así que seguí actuando normal. Camine a la barra que nos queda cerca y pedí la misma bebida que se me había acabado, me sentía un poco mareada pero lo disimulaba.

—¿La vida o destino si es complejo? No crees, Catalina —me giré a el que se sentó a mi lado y le mire mal.

—Te estas comportando como una inmadura, si quieres hacemos de cuenta que está es nuestra primera vez de vernos, yo lo estoy haciendo —recordé lo que me contó Nereida de su problema de salud "mental" pero no me gusta usar esa palabra.

—¿Disculpa estas hablando de inmadurez? ¿Enserio Sebastián? —me reí en su cara sarcásticamente —Aunque estoy de acuerdo en hacer que jamas te había visto pero desde ahora y para siempre.

Me giré a mi amiga y la veo bailando pegada a su galán muy juntitos, que bueno que ella la esta pasando bien, es una alegría para mi como amiga verle así.

—¿Me prestas a tu galán para bailar? —me giro a la voz femenina que me habla, una joven chica masticando un chicle mira seductora a Sebastián que aún esta a mi lado, pobre de ella. —Haz lo que quieras, no es nada mio pero solo un consejo, no te lo vayas a llevar al tercer día a la cama, suele ser un acosador —le sonreía hasta enseñar mis dientes y me pare de ahí caminando moviendo las caderas como Nereida. Llegue donde mi amiga está y me acerqué a ella viendo desde mi posición a Sebastián bailar.

—Soy yo o desde que llego Sebastián lo miras como algo repugnante —me hablo al oído tratando de no levantar mucho la voz por Fabián a su lado pero era inevitable con la música.

—No te equivocas y sabes debo irme, mañana es lunes y ya sabes —la mire directo a los ojos.

—Esta bien de todas formas gracias por haber venido la pase bien contigo.

Después de haberme despedido de Fabián y hacer de cuenta que no había visto a su hermano salí a la calle, mis botas hacen aquel sonido hueco parecido de terror, ahí unas tres personas afuera, busque mi auto con la mirada y camine a el, abrí la puerta y entre dentro, mire la hora en el auto doce y cuarenta de la madrugada vaya que pasan rápido.

Conducía tranquila y sin preocupaciones, las vías estaban vacías no más que dos o tres auto por acá. Al llegar a casa me dio un poco de recelo para salir del auto y correr al edificio pero aun así lo hice, prefería las escaleras y llegue a mi puerta, metí la llave y me colé dentro cerrando la a mi paso.

...

Siento las sábanas frías y me acurrucó mejor en ellas metiendo me entre las almohadas, cuando ya estaba por volver a quedarme dormida un sonido lejos de vibrador me interrumpe, trato de no poner caso pero es inevitable y termine sentada en la cama restregando me los ojos, mire de donde venia el sonido de vibrador y vi mi cartera en la mesita a mi lado la cogí y saque mi celular que no paraba de hacer aquel ruido. Es mi alarma seguro la puse anoche, veo la hora y me ha cogió el sueño. Me pongo en pie rápido y camino a tropezones soñolienta al baño primero me cepillo los dientes y prosigo a ducharme.

Miro mi cama se ve tan cómoda y me dan ganas de quedarme aquí término por subirme el jeans holgado de campana, las plataformas y una remera holgada, me acerco al balcón y abro las cortinas, me asombro afuera esta cayendo mucha agua, con razón sentía el ambiente frío. Me di vuelta y salí de la habitación

Hora de un rico chocolate con leche.

Esteban

No ha parado de llover desde las cinco de la madrugada y aun así siento mi cuerpo caliente, sólo un chándal puesto en mi cuerpo, mi torso queda al descubierto junto a mi tatuaje, Gabriel se arrastra en el piso esta abrigado hasta en la cabeza. Parece un oso.

—Pa pa pa —gatea a mis pies.

—Papá —le repito.

Lo cogí en brazos y fui a la sala.

—¿Quieres ver aquel muñeco blanco con un ojo negro que enseña cosas raras? —beso su mejilla y mueve la cabeza en señal de si.

Le enciendo la pantalla y les pongo aquel muñeco y aprovecho para hacer un rico puré de patatas con huevo hervido y brócoli hervido también, le hecho un vistazo cada tres minutos y sigue en la misma posición.

Me concentre en la cocina y ya acabando de todo escuche un golpe seco seguido de sus gritos sin control y solté todo de golpe para correr a su encuentro.

—¡Mierda!...