Papá soltero

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No puedo contener las risas al ver a nuestra nueva mascota, un perro lleno de pelos y pequeño color negro, corretear a Perla por la casa o morderles los juguetes. Pero solo quiere jugar con ella.

—Lily tranquila —me río hablándole a nuestra mascota, si. Así le hemos llamado, mueve la cola mientras Perla jala de un lado a su oso y lily del otro lado con los dientes.

Esteban esta en su oficina con Gabriel, enseñándoles unas matemáticas, pues en poco días vuelve al colegio de las vacaciones que le habían dado de diciembre y parte de enero. Emma por su parte la deje en su habitación coloreando, y peinando sus muñecas.

Camino a la mesa acariciando mi panza mas notoria y miro los últimos chequeos que hice a mis pacientes, extraño tanto hacer mi labor y sentirme un poco mas útil, aunque haciendo de Mamá es suficiente.

—Luego volverás —esta detrás mío dejando un beso en mi cuello.

—¿Ya terminaron? —me pongo de pie en su frente, pasando mis manos por su cuello.

Este hombre no ha cambiado nada, sigue tan guapo y atractivo, sus ojos me siguen mirando con el mismo amor y eso me hace amarle mas también.

—Si, lo deje haciendo unos ejercicios sólo.

—Que bueno —me pega mas a él y pone unos mechones en mis orejas.

—Estas hermosa —junta sus labios a los mios y correspondo sintiéndoles suaves y calientes, me abraza a su cuerpo fuerte y sonríe en medio del beso. Sin querer despegarme de ellos.

—Debes ir a comprar la leche de Emma amor.

—Cierto, lo había olvidado —pasa la mano por su pelo.

Camina a la cocina y veo a lily correr tras él, me río, casi patina en el suelo por correr de prisa.

—¡Puedo ir con Papá! ¡Puedo ir con Papá! —llega Emma dando saltos con sus zapatos de princesa en cada mano.

—Si le prometes a Mamá no hacer berrinches por cosas en el súper —la miro poniendo mis manos en mi cintura.

Parecía pensárselo. Siempre que van los dos, ella viene con cosas que al fin no lo quiere o las deja por ahí. Si

—Emma Alba —llamo su atención.

—Si, Mamá —sonríe y corre al sofá, la ayudo y corre a su padre antes de salir por la puerta. Me siento mirando a Perla jugar, me subo el abrigó acariciando mi próximo bebé, es increíble todo esto y me siento tan maravillosa.

...

Tiempo después

En la primera fila estamos los familiares mas cercanos a nuestros hijos. Las pequeñas gemelas sobre las piernas de Nereida y Fabián. Las luces estan apagadas. Una sala llena para ver a nuestros pequeños en sus obras.

El pequeño Will descansa en los brazos de su padre, si, hace apenas dos meses que di a luz a mi bebé, es un niño saludable y lleno de amor por mi y Esteban. Para mi es como si fuera ayer que tenia tan solo cuatro meses de embarazo.

—¡Mamá! —me señala Perla que ya han abierto las cortinas y siento mi corazón saltar al ver a mis pequeños, Gabriel y Emma en un grupo de otros niños.

Empiezan a bailar una canción infantil, sus sonrisas son grandes y mi pequeña se lo luce.

—Estan hermosos —me habla Esteban que no aparta a nuestro pequeño de sus brazos. Esta muy orgulloso de mi, es un varón, nuestra pareja.