|•81•|Noche buena

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Una navidad más junto a las personas que amo. Es increíble, todas han sido distintas y llenas de bendiciones.

A mis tres nenes los he vestido con pijama coloridas y con dibujos de navidad.

—Mamá se cae —me giro a Emma y acomodó por quinta vez el gorro de duende que se empeñó en que su padre comprase ayer en la tienda.

—¿Mejor? —acaricio sus mejillas.

—Gracias —sonríe.

Termino por acomodar la mesa con pavo, ensaladas, pastas, arroz, frutas, dulces, bebidas, salsas para acompañar y pongo mis manos en mi espalda estirandome un poco. Este embarazo me tiene perezosa.

Ya han de ser las cinco de la tarde. Pasamos la mañana en la cama con los niños mientras nos bombardeaban con preguntas como ¿que es la navidad? ¿Que vamos ha hacer? ¿Que serán sus regalos? ¿Porque hay que hacer esto? Y si otras familias hacen lo mismo.

Camino a la sala que esta iluminada y con ambiente muy armónico. La chimenea esta encendida solo para no perder la tradición y en una esquina el árbol decorado con regalos por cada lado. Los tres están sentados mirándose entre si mientras cuentan los regalos y ríen hablando de cosas que no entiendo mucho. Miro por el gran ventanal de la sala, parece mas tarde. Camino al baño del pasillo y miro que por lo menos lleve el rostro fresco.

—¿Tarda mucho papá? —me pregunta Gabriel cuando regreso a observarlos.

—No, solo ha salido a comprar algo con las abuelas.

Si, Esteban salió con mi madre y su madre al super, lo hace por los niños y admiro mucho eso. Nereida ya tiene su familia, pues por lo menos ha ido arreglando la relación con Fabián.

Salgo al otro pasillo metiendo en una canasta los juguetes que van dejando por cada lado. Escuchó la puerta abrirse y voy a su encuentro.

—Se habían tardado ya —voy a mi esposo y ayudo con las bolsas que trae. Mi madre va con mi suegra a los niños.

—Mi amor si no te sientes cómodo con su presencia yo lo entiendo , si —lo digo por la cara que tiene, su rostro serió mientras me ayuda a preparar por ultimo un tazón con la lasaña.

—Lo intento. El camino se hizo largo con ella. Pero supongo que tienes razón. Debo darle un voto de confianza y al parecer los niños están felices con ella.

—Anda pero no estés así, no me gusta y luego me siento culpable, es como si solo lo hicieras por mi y tus hijos —me le acerco tomando sus manos.

—Lo intento amor.

—Enciende mejor las velas en la mesa y pasa por donde Perla que no para de llamarte.


...


Esteban

La tensión se ha ido desapareciendo y agradezco que no intente estar mucho cerca de mi persona.

Gabriel y Emma han bendecido los alimentos y ya estamos todos en la mesa. Aunque antes Aurora nos hizo poner unas pijamas iguales, es tan tierna.

—¿Puedo comer de eso? —señala Emma el tazón de frijoles con carne.

—Claro pequeña —le sirvo y sonríe.

Casi no cene, prefería mirar a mis hijos comer y reír mirando a Perla intentar comer todo a la vez. Me recuerda a Gabriel cuando pequeño, le gustaba comer solo aunque no pudiera. Luego la miro a ella que también me mira mientras instala una conversación con su madre y mi madre.

Me concentró en cenar y sirvo vino en mi copa y jugo a los niños.

Hemos sacado algunas fotos donde sonrió y beso a Aurora. Emma y Gabriel con sus poses extrañas que han aprendido de la televisión y perla solo sonríe con un dedo a mitad de su boca.

—¿Ya podemos abrir los regalos? —esta vez Gabriel.

—Si, vayan —les ánimo.

Hemos pasado a la sala sentándonos en los sofás, la chimenea calienta nuestros fríos pies. Los calcetines que cuelgan hacen sombras grandes en el suelo.

—¡Si! —exclama en alto Gabriel al ver sus regalos y ver que tiene lo que había pedido. Viene a mi y me abraza y luego a mi amada.

Emma y Perla están concentradas en abrir las cajas y sonreír. En las noche buenas anteriores Emma solo era una bebé pero siempre se las ha ingeniado para sus regalos. Y ahora Perla es su vivo ejemplo.

—Yo me iré antes de que se haga mas tarde. Ha sido perfecto.

Mi esposa me mira rápidamente, en sus verdes ojos puedo ver la suplica para que intervenga y le pida a aquella mujer que se quede con nosotros. Pero es mejor llevar las cosas poco a poco si quiere que la acepté en mi vida. Desvío mi mirada de la de ella para que entienda que no haré nada al respecto.

—Puede quedarse, hay una habitación libre y ...

—Oh no gracias, prefiero venir mas despacio.






Aurora

Sabía que le había mirado para que intervenga que su madre se quedase y no ha echo nada. Mi madre la acompañó a la puerta y me dolió que se fuera, es navidad debió quedarse.

Perla viene a mis piernas con un colgante de princesas y lo acomodo en su cuello. Sonríe feliz. Es muy tierna y me gusta verla caminar como pingüinos.

Aprovechó que mi madre se ha puesto a jugar con los niños poniendo la música de navidad y me acerco a su lado.

—Ha estado mal lo que haz echo —subo mis piernas al sofá y me cruzó de brazos.

—No lo veo de esa manera. Fue suficiente con verla desde la tarde, ir con ella de compras, cenar con ella justo enfrente y tener que posar y sonreír ¿puedes ponerte un momento en mi lugar?. Además tiene razón, hay que ir despacio amor.

—Discúlpame mi amor —suspiro.

—Hay que dejar las cosas poco a poco y creeme lo estoy intentando muchísimo. Y me parece que esta conversión sobra —se gira y me da un beso sorpresa.

—Es un día mágico, olvidemos esto, perdón por estar presionándote —me acercó mas hasta acurrucarme en su pecho y besar sus labios.

Justo siento el flash de la cámara y miramos a Emma estrenar su regalo con nosotros.

Todos reímos mirando su sonrisa cómplice.

Papá soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora