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Aurora


Mi mente desde ayer no funciona para nada más que no sea pensar en coger mi celular e intentar decirle que no fue mi intención hacerle incomodar que por eso no tiene ni debe alejarme ya del pequeño. ¿Verdad? No se por que me he tomado esto tan a pecho solo fue un tonto beso sin querer. ¿Verdad que si?.

Mis manos siguen haciendo aquel sonido molesto con el lapicero después de anotar una receta para un pequeño, pestañeo al sentir mis ojos secos y con malestar como duros y pegados y me enfoco en mi trabajo. Ruedo la silla atrás y me pongo en pie, entro mis manos en los bolsillos de mi bata infantil que cubre la mitad de mi jeans ajustado y camino en el pasillo, miro a una madre joven como de mi edad sentada con un bebé en brazos de no más de seis o siete meses, tiene la mirada gacha y se puede palpar aquella tristeza en el ambiente, me acerco brindando un Buenos días acompañado de una sonrisa que promete soluciones.

—¿Pasa algo con el bebé? —pregunto a su lado.

—Si, pero no tengo seguro para costear todas las cosas que seguro acá me pondrán y en un hospital no me atenderán, podrían dejar morir a mi hijo —me miro triste mientras pega mas a su hijo a su pecho, su última palabra "morir" me hizo sentir triste.

—Bueno estoy segura que donde sea que vaya le brindarán las atenciones adecuadas a su bebé pero ya que está aquí. Venga conmigo por favor.

La lleve conmigo a mi consultorio y la senté en la silla, el niño esta despierto, le hice el chequeo, su fiebre esta alta, tiene muchas marcas en el cuerpo como la viruela o sarampión, sus ojos están muy amarillos. Miro a la madre que me mira atenta y preocupada.

—¿Cómo te llamas?.

—Lucia.

—Bien lucia, mira por el dinero no te preocupes, ahora te mandare donde uno de mis colegas, ellos te ayudaran mejor, no quiero dar un diagnóstico rápido y adelantarme, te firmaré un papel y también podrás ir a buscar a la farmacia algunas cosas que seguro le pedirán para el pequeño, si en dado caso es lo que creo que tiene. Y la ayudare para que pueda conseguir por lo menos el seguro del gobierno mientras tanto. ¿Le parece bien?.

—Muchas gracias —asentí con la cabeza y volví a dejar a su hijo en brazos y ella saliendo por la puerta con los papeles que le firme, respire profundo, bendito sea aquel que permite que muchas mujeres puedan dar vida, aunque algunos solo se enfocan en quitar y hacer daño.






Esteban

Me quede de pie acariciando aquellas hermosas letras, con aquel nombre que solo pronunciarlo producía una melancolía en mi alma pero que anteriormente decirlo venia acompañado de un suspiro de amor, pestañeo varias veces al sentir mis ojos cristalizado. siento como si fueran siglos a mi alma. Me agacho y dejo el ramo de flores.

Me quedo agachado. Aquellas palabras fueron como un aviso "tengo miedo, no me dejes sola ".

Me quedo tranquilo escuchando el silencio, sintiendo la brisa arropar mi cuerpo.

—Perdóname por lo de ayer, te juro Patricia que fue un accidente. En mi vida, en mi alma y en mis cincos sentidos no existirá otra mujer, jure ante la iglesia y ante la ley, Amarte hasta la muert...

—Si caballero, hasta la muerte —me giré rápido y un poco asustado al ver aquel señor de unos sesenta años, su pelo blanco bailaba al viento de la mañana, vestía de negro y usa bastón.

—Mi esposa murió al mes de casados, le estoy hablando de treinta años atrás, pero siempre recordé las palabras del padre, Amarte hasta la muerte, entendí que si aquella mujer me amo tanto, no quería verme sufrir toda mi vida y llorar todo el tiempo hundiéndome más y más en el hueco y adivine que, sufrí como un desgraciado un año completo hasta que la vida me regalo otra oportunidad con la que tengo diez años de casado y tres hijos, pero eso no me quita de venir y hablarle, de traerle flores, de llorarla y recordarla, de desear muchas veces que estuviera compartiendo mi vejes conmigo, pero sabe una cosa joven, la llevo en el mejor lugar del mundo, de donde jamás podrá salir, en mi alma, mi corazón, mi todo —hablo mirándome fijamente a los ojos, y sentí dolor en cada una de sus palabras.

—Disculpe pero usted señor, no entiende ella...

Una vez más me había interrumpido.

—Esa era mi frase favorita cuando alguien me decía algo parecido, "Usted no entiende " claro que no puedo entender su dolor, eso jamas, estoy seguro que esa mujer dejo algo maravilloso en su vida que la recordará por siempre, ya le dejo su mayor regalo, que mas le puede pedir, ¡Que resucite! No —me miro fijamente y luego desvío sus ojos por encima de sus gafas a la tumba de mi esposa.

—¿Cómo puedo hacerlo? —hable atrayendo su atención una vez a mi.

—Ya le dije joven, ella vive en su corazón, en su alma, y ya le dejo su mayor regalo, viva en el y mire la siempre hay, en el caliente de su corazón, se usted feliz y de a esa razón a ese maravilloso regalo de seguir.

Empezó a caminar lejos de mi hasta que desapareció entre las lápidas. Hablo de mi un regalo como si supiera de mi hijo y me quede mirando al cielo hasta que recordé que deje a mi hijo con Nereida.

—Gracias por enviarme tan hermoso mensaje a través de aquel señor.

...

—Hola ya he llegado —abro como puedo la puerta con varias bolsas de compra en mis manos —nadie respondió, deje todo en el suelo y camine por toda la casa, pero no están seguro fueron a algún parque, nereida y sus ocurrencias.

Saque mi celular y la llame, un tono, dos tonos, tres tonos y nada. Lo volví a intentar, un tono... Dos to...

—Halo.

—¿Dónde están? —camino a mi habitación.

—Eh, este...  Estamos en el supermercado al que vienes siempre —hablo tartamuda.

—Yo estaba ahí hace unos veinte minutos.

—Adivina que Esteban, el supermercado es bastante grande varios pasillos mucha gente etcétera y...

—Esta bien. Ya entendí y ya vienen porque...

Pare de hablar al escuchar aquella voz ya tan reconocida que decía "le voy a poner dos bizcochos a la batida de banana".

Después de eso Nereida hizo silencio para luego aceptar que no estaba en el supermercado si no en casa de su amiga. Colgué, me daría un baño primero y luego iría a por mi hijo. ¿Por que la vida es tan complicada? Mejor dicho ¿por que nos la complicamos tanto?.

Papá soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora