|•43•|Mamá

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Esteban

Nos tomamos las bebidas en silencio entre nosotros claro, porque el ambiente esta lleno de personas y por desgracia ya ha llegado nuestro turno de concursar, observo al que sera el contrincante de mi hijo, tienen la misma edad pero el otro es mas lleno como mas grande, nos paramos de la mesa y ahí dos ruletas, pusieron a los niños adelante de la ruleta para que la muevan con sus manos, están tumbados en el piso sobre una colcha de colores, adelante hay un animador, Gabriel solo me mira extrañado, atrás de el esta Aurora y yo a su lado, a nuestro lado los otros padres con el mismo en nuestra misma posición, observo la ruleta. Las distintas bebidas. Puré de papa con fresa licuada, licuado de pastillas de sabores con leche, jarabe dulce de naranja con melaza y jugo de pera con manzana y leche en polvo y solo un poco de agua eso no pega de donde carajo sacaron eso. Nuestros hijos moverán la tómbola y el que salga tendremos que tomarlo por un biberón con tetera, el que acabe mas rápido gana la tarjeta de compra para nuestros hijos.

—Uno, dos, tres, adelante pequeños.

El otro bebé empieza a dar vueltas a la tómbola pero mi hijo solo mira a Aurora haciendo un puchero de llorar.

—¿Que pasa mi amor? Venga mueve esa tómbola y gana —le animaba Aurora mientras empecé a reír por ella y el.

—No lo hará, no quiere —le susurré a ella al oído pasando mi mano por su cintura, me mira y luego a mi hijo que se hecha a llorar de la nada dejando a todos los que están acá sorprendidos.

Se dio la vuelta abriendo sus brazos a Ella, sus mejillas y nariz rojos y la cara empapada de lágrimas, se agachó y lo cargo pero no me esperaba esas palabras por su parte entre llantos :Mamá

—Mamá —dijo entre llantos y lágrimas pasando sus brazos por su cuello, nos miramos sin entender.




Aurora

No lo puedo creer, Gabriel me llamo mamá entre llantos, tiene la cara mojada de llorar, lo consuelo haciéndome de cuenta que no escuche bien por la cara que puso Esteban de confusión, su ceño esta fruncido y salimos camino a la calle.

—Ya mi niño Sshhh —intente calmarlo, me ha llamado dos veces mamá y siento mi corazón latir tan rápido que duele, sus palabras son como llenar una vasija de agua que estuvo vacía por años.

—Nos vamos —dice Esteban y lo sigo al auto subiendo con el pequeño atrás que se está quedando dormido en mis brazos, por el espejo puedo ver su cara, esta extraño su manera

no le ha gustado que te llamará mamá.

El camino ha sido todo un silencio incómodo, Gabriel se durmió en mis brazos, huele a dulces, su nariz esta roja y aquellas palabra aun dan vueltas en mi cabeza mamá lo dijo con un sentimiento puro entre lágrimas y asustado por no saber que hacer. Lo acuno mas en mi pecho, ya hemos llegado. Sale del auto y da la vuelta abriendo me la puerta. Sin mirarlo camino a la casa que la abre y voy a su habitación, le quito con cuido el suéter para no despertarlo y lo dejo en su cuna, le abro las cortinas del balcón y salgo dejando la puerta junta. Lo veo sentado en el sofá mirándome. ¿Que debo hacer justo en este momento?.

—Acércate —me pide tendiendo me su mano, camino a el y tomo su mano en la mía sentándome a su lado —Te llamo mamá —dice sin mirarme. Hago silencio mirando al techo.

—Lo siento si te ha molestado que me llamara así, no soy su mamá pero me he sentido feliz y bien de que me llamará así, me hace sentir orgullosa y que el me llame de esa manera seria lo mejor del mundo y por tu cara  y tú comportamiento se que no te gusto —dije jugando con mis dedos en la otra mano.

—No me ha molestado, me ha sorprendido y verle así, como lo repitió buscando refugio en tus brazos me ha dejado conmovido, Tú eres perfecta y la indicada para esas palabras, nadie mejor que tu ¿si? —me hizo mirarlo y dejo un beso en mi mejilla haciéndome sentir un cosquilleo en mi parte íntima y otro en mi estomago.

—Bésame —le pedí mirando a sus ojos.

Miro mis labios, ojos y pego sus labios a los míos, un beso, un beso de verdad, nos separamos y puse mi cabeza en su hombro.

—Lo que haya entre nosotros no tiene que ver con que me voy aprovechar de hacerme llamar mamá para el ¿me entiendes?.

—Entiendo, quiero preguntar algo y sé que bueno... pude elegir otro momento y haber preparado algo pero siempre es especial para este tipo de cosas. ¿Quieres ser mi novia?.

Me separe y lo mire fijamente aun sin entender ¿habré escuchado bien?. Mire otro punto de la casa analizando muchas cosas. Su novia.

—Perdón quizás voy muy rápido y entendería que te quieras tomar el tiempo —sus palabras llenas de inseguridad me hacen mirarlo.

—Si. Si quiero tu novia —me empecé a reír tapando mi cara.

—¿Enserio? —sonríe de oreja a oreja.

—No lo vayas a preguntar otra vez, no querrás que se me vaya el habla —me reí mirando su rostro de felicidad, sus ojos de mar brillando. Me abrazo y correspondía a su brazo.

—Este es el momento donde me das un beso sellando nuestro noviazgo —me reí nerviosa.

Me levanto el rostro al suyo y beso mis labios, lo hace tan perfecto que no puedo evitar gemir en ellos y perderme con cada roce de estos, me subí encima suyo sobre el sofá haciendo mas profundo y excitante el beso, sus dedos recorrían mi espalda con delicadeza, el timbre nos hizo separar y me levante de sus piernas, me miro y camino a la puerta arreglando su pelo. La voz de Nereida se escucha por todo el pasillo.

—¡Que bien verles juntos! —me da dos besos y luego nos hecha un vistazo a ambos. —Espero no haber interrumpido algo.

Mire a Esteban que me mira igual y sonreímos ambos.

La vida se trata de esto. De no perder ni un minuto de nuestra existencia. Disfrutar al máximo y darnos cuenta temprano de lo que somos realmente y queremos.

Papá soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora