|•60•|Control

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No se puede ser mas feliz cuando hay esperanzas. Cuando hay confianza. Todo tenemos siempre algo que aprender de los demás. Esta relación tan hermosa que ha surgido con Esteban, tengo un hijo que no salio de mi vientre pero es como si lo fuera.

Sebastian al final fue a un centro para personas con problemas mentales después de intentar suicidarse. Por lo menos no hará daño a nadie. Nereida volvió con Fabián y aunque aun Esteban y él no se han dado la oportunidad de dialogar formalmente se que pronto eso pasará. En tres días es mi operación para eliminar mis quites y la infección y luego solo Dios sabrá. Hay algo que me tiene incomoda y es el desespero que tiene Esteban por la reconstrucción de su casa es como si no quisiera estar conmigo bajo el mismo techo y es lo que le estoy reclamando justo ahora.

—Pero no entiendo porque estas tan desesperado en la construcción de la casa ¿No te gusta estar bajo el mismo techo conmigo? —dije lo ultimo con cierta tristeza. Y se echo a reír tumbándose en mi cama boca arriba con su torso desnudo enseñando su tatuaje.

—No digas tonterías amor es que quiero que te vengas a vivir conmigo allí, una casa preciosa para ti. —se sentó y me le subí encima pasando mis piernas por su cadera y mis manos en su cuello casi pegando nuestros labios.

—¿En serio es por eso? —pase mis dedos por sus mejillas.

—Claro. Así ya tendremos nuestra casa grande y preciosa para ti, para Gabriel y los demás bebés que tengamos —sonreí feliz al ver que ambos compartimos la misma felicidad.

—Y si al final no puedo —sabe a lo que me refiero los bebés que soñamos.

—Ya te lo he dicho, adoptamos un montón así mucho de meses. Pero mi amor ya hablamos tu y yo esa manera tan negativa he —acercó sus labios a los mios besándolos despacio sintiendo su lengua acariciarlos. Me pegue mas hasta sentir que nuestros labios se fundían en uno solo sintiendo todo lo que provoca en mi, sintiendo sus manos acariciar mi espalda, glúteos y empezar un recorrido de besos desde mi labios hasta mis senos. Cierro los solos sintiendo todas las emociones que provoca en mi.

—Te amo —pronunciarlo y sentir como nos da la vuelta quedando abajo. —Puede volver con Gabriel —volví ha hablar cuando me saco el vestido del cuerpo. Nereida se lo llevo pues se ofreció a hacerme la compra.

—¿Quieres que pare? —me miro a los ojos sonriendo. Negué besando sus labios pasando mis manos por su cuello acercándolo mas. A los minutos nuestros cuerpos desnudos clamaban por más. Lo necesitaba y se que él a mi, con todo lo que ha pasado no habíamos tenido cabeza para hacer el amor.

Nos di la vuelta entre la cama desnudos moviendo mi cadera de arriba a abajo mirando directo a sus ojos con mis labios entre abierto al igual que él y la respiración acelerada. Sentí como mordió suave mi cuello al tiempo que dejaba besos, sus manos posicionadas en mi cadera acariciando mis glúteos, volviendo a atrapar mis labios.

...



Esteban

Ato por tercera vez mis cordones de mis deportivas y corrí hasta llegar a mi destino.

Patricia violeta calderón de Ramirez. Me puse de cuclillas moviendo las llaves del auto.

—Gracias por que se que todo esto ha sido tú. Haberla traído a mi vida, todo lo demás fue un proceso que debí pasar. Solo espero que estés en ese hermoso lugar que te mereces. Gracias por escogerla a ella para Gabriel, ninguna otra hubiese sido la correcta. Gracias por cuidar de nuestro hijo. No tengo muchas cosas que decirte pues conoces mi corazón, pero hace unas semanas he estado pensando en decirle a Aurora que se case conmigo. —mire al cielo pasando la lengua por mis labios. —Pero tengo miedo, no se como hacerlo. —Sonreí —Creo que seria muy pronto pero ya te habrás dado cuenta que la amo. —¿Puedo volver a casarme? —cerre los ojos escuchando el silencio.

...


Entró al apartamento y la veo con la cara enojada picando unos vegetales. Mi hijo esta caminando agarrado de toda la pared. Llego y lo cargo caminando a su lado.

—¿Y esa cara? —dejo un beso en su cabeza.

—No te escuche llegar. Es que ya sabes, el doctor me dijo que debo comer sano para antes de la cirugía —se quejo pasando sus manos por mi espalda pegada a mi mirándome a los ojos.

Mi mejor momento abrazados los tres.


...

Aurora

Tres de la tarde. Camino a mi consultorio con unas cajas de cosas que necesito dentro y las voy poniendo en su lugar.

—Fatima ya puede pasar la señora que me dijiste —le dije a la secretaria.

—Hola buenas tardes doctora —pasa una mujer de unos cuarenta años con un niño de cinco año usando unos bonito lentes.

—Hola buenas —les sonrió y me siento. —¿Su primera vez conmigo? —Asiente. —¿En que puedo ayudar? —le sonrió.

—Vera nos acabamos de mudar aquí y mi hijo se acaba de enfermar pero no tengo seguro para cubrir sus gastos pero tampoco puedo quedarme en casa con el así. Le ha estado saliendo sangre por la nariz. Tiene toda la razón, error es quedarse en casa con el así.

—No se preocupe señora yo me haré cargo. Y lo del sangrado puede ser...—miro al pequeño asustado y no es para menos ellos se asustan al ver sangre. —Lo del sangrado puede ser que se haya hurgado su nariz, frotado muy fuerte o algún juego brusco y ni se haya dado cuenta, como me ha dicho que la sangre ha sido constante puede que tenga algo roto y sea serio.

Me pongo de pie y siento al pequeño en una camilla, con mi linterna pequeña observo mejor su nariz y efectivamente la parte donde se divide esta muy maltratada. Seguro se golpeó fuerte jugando.

Al final ayude a la señora en todo lo que pude y le di una tarjeta para cuando tenga que volver me la hagan pasar a mi por como no tiene seguro.

Camino por los alrededores de la clínica y saco mi teléfono para llamarlo.

—Mi amor —sonrió al hablarle cuando abre la llamada.

—Ya estas saliendo.

—Ya casi.

—¿Quieres que vaya a buscarte junto con Gabriel y de camino cenamos  juntos?.

—Me parece genial mi amor.



...

Y así es como término un día maravilloso.

Papá soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora