Capítulo 7: El libro de mi vida no se llama “50 sombras de Velazquez”.
—No te creo.
—¡Te estoy jurando! —le grité rogando fe al teléfono. Bueno, a Estela, no crean que le habló a un teléfono, aunque literalmente esté haciendo eso, ya saben, hablarle al teléfono, porque… ¿vieron que estamos hablando por teléfono? Así que en realidad, si le estoy hablando al teléfono, sólo que Elena está al otro lado de la línea, ya saben, hablando… Agh, olvídenlo, yo me entiendo.
—No puede ser cierto. Los fanboys no existen —juró.
—¿Para qué te mentiría?
—Para herir mis sentimientos.
—¿Por qué querría herir tus sentimientos?
—Porque me amas, y amar es destruir.
—Me agrada tu teoría. ¡Pero no te estoy mintiendo! ¡Yo Rossana Velazques encontré un fanboy en la librería! ¡Nos vamos a casar! ¡Ay Estela! ¡Lo amo! —Estaba que lloraba apio.
—¿Me juras que lo dices en serio?
—Te juro.
—¿Por Percy?
—Lo juro.
—No es suficiente… ¿Por Thomas, Peeta, Thomas, Augustus, Tobías y Jace?
—LO JURO MADAFACA —grité con euforia.
—Rossana…
—Encontré un fanboy —grité.
—Espera, espera, todavía mi cerebro no ha asimilado la información. Cuéntame pausadamente todo lo que pasó.
—Y ni te imaginas quién es —también grité.
—¡Cuéntame bien todo cómo pasó primero!
—¡Es el mellizo de Hugo! —grité todavía más fuerte.
—¡¿QUÉ?! Rossana ¡¿qué?! —se notaba la desesperación en su voz— ¡ESPERA! ¿Hugo? ¿Eh? ¡No entiendo nada! —lloriqueó.
—Hugo Caturelli tiene un hermano mellizo; Angelo Caturelli. Son exactamente iguales.
—Ay Yisus —se lamentó—, esta es demasiada información en muy poco tiempo, ¿mellizo dijiste? Acaso eso quiere decir ¿QUÉ HAY OTRO COMO ÉL EN LA TIERRA? —gritó aterrorizada.
—Sí, pero Angelo es… —No me dejó continuar.
—¡NO! ¡No! ¡No puede ser cierto! Esto es…—juro que Estela estaba en medio de la película 2012 por como hablaba— ¡EL APOCALIPSIS!
—Angelo es el fan… —Me interrumpió de vuelta.
—No, no, no, no, no, no. —Ya la veía toda dando vueltas por su habitación.
—¡BASTA! ¡Me vas a escuchar ahora! —le ordené y esperé a escuchar silencio para continuar— Te voy a contar todo primero y luego dramatizas, ¿me escuchaste?
—Sí. —Podía sentir la sumisión en su voz, me excita. ¡NO! ¡Estoy jodiendo! Tranquilos y tranquilas: esto no es 50 sombras de Grey.
El libro de mi vida no se llama “50 sombras de Velazquez”
—Bueno, así está mejor. Quiero que me escuches atentamente y te voy a explicar absolutamente todo detalladamente…
—¿Parabatai? ¿Sigues ahí? —le pregunté ya que no obtuve respuesta al terminar mi sexy narración.
No respondió.
—¿Hola?
Empezaba a preocuparme.
—¡Ey! —grité— ¿Estela?
—Acá estoy. —Escuché su débil respuesta.
—Oye, ¿estás bien?
—Sí. —Parecía otra, su voz era excesivamente baja y diría que también algo… ¿asustada?—. Solo déjame digerir todo esto.
Esperé un momento.
—¿Ya? —inquirí.
Sin respuesta.
Esperé otro momento.
—¿Ya?
Nada.
Otro más.
—¡Parabatai de mierda no te puedo más esperar! ¡Decime algo!
—¡Sos una maldita zorra! ¿Te das cuenta de lo que me contas? ¡Tuviste un mega encuentro con un fanboy que primero es como que te rechazó, pero después se rió contigo y es como que formaron ahí una alianza! ¡Por poco lo violaste! ¡Es un fanboy! ¡ES UN FANBOY, DIOS SANTO! ¡Vos estúpida encontraste un fanboy! ¡Hicieron bromas de fandom! ¡TE ODIO! ¡¿Por qué yo no puedo encontrar un fanboy?! ¡Es injusto! ¡Todas las fangirls nos merecemos un fanboy por el simple hecho de serlo! ¡Yo también quiero un fanboy! ¡Un chico que sufra mi mismo síndrome mental! ¡Seguramente es perfecto! ¡Agh! ¡Yo también quiero! —Lloró y yo morí de la risa—. ¿Sabes toda la información que me tiraste de una? Porque para colmo, el fanboy es el gemelo…
—Mellizo —la corregí.
—Lo que sea, ¡de Hugo Caturelli! ¿Cómo es que nadie sabía? ¡Viste! Más pruebas de su idiotez, de seguro no quiere que su hermano le robe el protagonismo. Pero me tranquilizo, ¡porque Angelo ES UN FANBOY! —gritó con alegría— ¡Es un fanboy! —Parecía que en cualquier momento se pondría a llorar de la felicidad.
—Sí… —solté enamoradiza.
—¿Sabes? Soy buena amiga y te dejaré para vos solita a Angelo, total, él ya te fichó también —me dijo con un cierto grado de orgullo y alegría, y con un cierto grado de tristeza. La amo.
—¡TE AMO! Pero él no me “fichó” como dijiste, por el ángel, parecemos esas adolescentes que nunca tocaron un libro utilizando esos términos —escandalicé— y yo tampoco creo que pueda pasar algo, ya sabes, ambos somos fanboy y fangirl… exactamente como él dijo “somos fangirl y fanboy”. Sabemos que enamorarse no es posible. Es difícil de explicar, lo amo y me casaré con él por el simple hecho de ser fanboy pero nunca podría preferirlo a él frente a alguien ficticio, ya sabes…
—¿Nuestro tipo? —preguntó sabiendo cual sería la respuesta.
—Ficticio —dijimos exactamente al mismo tiempo y con la misma tonada.
—Tienes razón, pero si llega a pasar algo entre ustedes, escribiré un libro contando tu historia. ¿Me permites?
—¡No! Primero: no pasará nada de verdad. Segundo: si llegara a pasar algo por obra de Magnus, es decir: magia, la que escriba un libro al respecto seré yo. —Ella soltó una palabrota.
—Bueno, bueno, pero hay algo que aún no me dijiste y me estoy preguntando desde hace ya un rato —declaró.
—¿Qué? —le cuestioné.
—¿Quién se quedó con el libro?

ESTÁS LEYENDO
Fanboy
HumorEl sueño de toda fangirl. ¿Qué chica con graves problemas mentales, reacciones psicóticas por situaciones que suceden en libros, y enamoramiento obsesivo por gente que no existe en la vida real; no ha soñado con encontrar un fanboy? Un chico que pa...