Fanboy

Treinta y cuatro

Capítulo 34: ME DA POR LOS HUEVOS DE OCTAVIO, Y NO, NO SÉ QUIÉN ES OCTAVIO.

Yo caí con el corazón helado, y tan solo un segundo me tardé para volver a reaccionar, y responderle incapaz de moverme con naturalidad y sin mirarlo por supuesto.

—"De tan mal humor" —di una pausa—, tú lo has dicho.

Velozmente sin titubear me levanté y dirigí al baño, avisándole de esto.

Abrí la puerta de este, y la cerré de un golpe una vez dentro. Me apoyé totalmente en esta y estirando mi brazo para prender la luz, solté aire sonoramente. Miré a la pared ocre que tenía delante y con la boca abierta solté otro enorme respiro.

¿Qué acababa de pasar? ¿Qué estaba a punto de hacer?

¿A quién engaño? Sé bien qué acababa de pasar, y qué yo estaba a punto de hacer.

Pero lo que sí no sé es cómo es que estaba a punto de hacerlo, no tengo la menor idea porque simplemente todo sucedió.

Y él lo evitó. Y aunque sé que hizo bien, pues lo que iba a pasar iba a afectar nuestra amistad pues nada iba a salir de eso, iba a ser un beso que yo la tonta que está por él iba a disfrutar y él que me ve como solo una amiga iba a aceptar. Aunque juro que por un momento, precisamente todo ese momento, algo me convencía de que él también me veía de la misma forma. Y me equivoqué. Porque lo detuvo.

Me llevé las manos a la cara y esperé a que todo lo que acababa de pasar se sentara en mi cabeza y dejase de ser un remolino confuso, agitado y roto.

Me aparté de la puerta y me miré en el espejo, me miré a los ojos ordenándome despertar, ordenándome actuar como si nada, ordenándome olvidar, pues aunque tal vez suene dramático, y aunque ya hubiese sabido que no había chance con él, ese momento en el que oficialmente ya sabes que no, pero OFICIALMENTE hablando, duele como la puta madre.

Me miré y mis ojos estaban aguados y me quise golpear por ellos. Como si fuese que sea algo grave lo que haya pasado y que tengamos una historia melodramática de amor lo cual haya hecho que dicha acción de su parte me eche a pedazos y empiece a llover en el lugar incluso si hay techo (básicamente como la cagada que hicieron en la película de cazadores de sombras en la escena del invernadero, cuando coincidentemente "se prendieron las regaderas"). No, no es así, pero eso no detiene a mi ser a sentirse así, y no sé ni siquiera qué es, no quiero decir que es mi corazón ni esas cursilerías, porque sinceramente no sé qué es esto que siento, y mucho menos cómo describirlo, sólo sé que molesta... como una picazón interna.

Y repito, aunque lo haya sabido, estoy decepcionada.

No me entra en la cabeza que en tan pocos segundos haya pasado tanto e ilusiones sin nombre ni fecha hayan florecido en ese tiempo dentro de mí y hayan explotado al ser yo apartada por él. Pero juro que ni siquiera sé de qué ilusiones son por las que mi "corazón" está decepcionado, no lo sé, ¿dónde habían?

Me obligué a no permitir que ni una tonta lágrima se derramara, repito ¿POR QUÉ PUTA ESTABA REACCIONANDO ASÍ POR ESTA ESTUPIDEZ? Y mojándome la cara en el lavabo suspiré, me sequé y salí con un nuevo espíritu, uno que gritaba ME DA POR LOS HUEVOS DE OCTAVIO, Y NO, NO SÉ QUIÉN ES OCTAVIO.

Me encontré con Angelo mirando por la ventana totalmente inmóvil, absolutamente no precisamente apreciando la vista que esta daba, no hacía falta ser detective para descubrir esos ojos perdidos en sus propios pensamientos.

Okay, Rossana, actúa normal, nada pasó, si él no lo trae a colación no lo hagas tú, y si lo hace... NO SÉ YO, CONSEGUITE OTRA CONSCIENCIA MÁS RAZONABLE O QUE.