Me quedé congelada, incapaz de poder despegar la mirada de sus ojos que me observaban expectantes, los míos abiertos como platos y mis mejillas comenzando a tornarse carmesí.
¿Cómo me explico? Yo venía diciendo que esto pasaría, o sea que: que me lo diga no es una sorpresa. Aunque, en realidad no me lo ha dicho... Me acaba de preguntar si a mí me gusta él.
La verdad que aunque yo haya estado toda la mañana sabiendo que algo de esta calaña pasaría, en el momento me ha dejado totalmente impactada. Todavía no respondo, todos estos pensamientos corretean en mi mente, pero mis músculos faciales no muestran capacidad para moverse en este momento.
Siquiera mis párpados.
Sus ojos eran indescifrables. Desvió estos de mi rostro y se concentró en el espacio en frente de nosotros, y frunció los labios con la mirada perdida.
Yo lo seguía mirando hasta que él volvió a mirarme, y entonces bajé la cabeza, y me preparé para hablar. ¿Qué carajos se suponía que debía responder? Bueno, sé qué decir pero... ¿cómo lo digo? No me vienen las palabras.
Levanté la cabeza y empecé...
—Yo...
—Porque vos sí me gustas Rosi.
Tuc.
Mi corazón se detuvo y me puse más roja si eso era aún posible.
Bueno, me ha tomado desprevenida.
—Hugo, yo... —logré decir.
Él me prestó atención, y se percató. Al instante miró de nuevo al frente y su rostro que demostraba nerviosismo anteriormente, perdió todo rastro de emoción.
Acerqué mi mano a la suya para tocarla en un gesto automático, con preocupación y dolor por no poder decirle lo mismo, y él la retiró apenas sintió la punta de mis dedos.
¿Quién lo diría? No fueron necesarias las palabras después de todo.
—Hugo yo te quiero muchísimo, sos muy importante para mí, pero no... —Me interrumpió.
—No te gusto.
—No te veo de esa manera.
—¿Qué sigue? ¿No eres tú, soy yo? —me replicó de golpe.
—Hugo —lo regañé y continué—, te quiero demasiado, pero como amigo.
—No, y para colmo le tenes que agregar la frase célebre de la friendzone. —Se sonrió a sí mismo con ironía—. Que lo hubieses dejado en "no te gusto" hubiera sido mejor.
—¡Hugo! —Lo hice mirarme—. ¡No te podes enojar con alguien porque no le gustas!
—¡Es que me hiciste creer que lo hacías!
¡¿QUÉ?!
—¡¿Cómo que te hice creer que lo hacía?! A mí me parece que es todo lo contrario.
—¡¿Todo lo contario?!
—Dame un ejemplo entonces —le exigí.
—Siempre me buscas, y me saludas con abrazos, y cada vez que podes en realidad me abrazas.
—¡Claro que te busco si sos mi amigo! ¡Y yo soy una chica que abraza mucho a sus amigos y amigas! —A Angelo no—. ¡Carlos de mierda me contagió!
—Siempre que podes te burlas de mí.
—Ese ni siquiera tiene sentido.
—Claro que sí, es un clásico que si es que te gusta, le molestes.

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Fanboy
HumorEl sueño de toda fangirl. ¿Qué chica con graves problemas mentales, reacciones psicóticas por situaciones que suceden en libros, y enamoramiento obsesivo por gente que no existe en la vida real; no ha soñado con encontrar un fanboy? Un chico que pa...