Fanboy

Veinte

Disculpen la demora, espero hayan pasado bien navidad! :) Ojalá disfruten del cap y se rían un poco :D

Capítulo 20: ¡OJALÁ TERMINE EN EL TÁRTARO! ¡O EN LAS MANOS DEL BONDADOSO SNOW!

—¿Qué? ¿Lo conoces?

¿Que si lo conozco?

Los nervios se iban extendiendo a lo largo de mí, y sentía la necesidad de arrugar algo.

—Sí.

Debo intentar controlar esa excesiva emoción que demostré en mi respuesta.

Por si no quedó claro: sarcasmo amigos, sarcasmo.

—¡Ah claro! ¡Me olvidé que es de tu promoción!

 —Ajá —le dije alzando las cejas, y una sonrisa MUY REAL se dio forma en mi rostro. Seguramente parecía una lunática. Normal.

—¡Es tan lindo! —¿Y te haces llamar fangirl?—. Ahora entiendo porque mis compañeras enloquecían tanto con el tema de los famosos Caturellis.

MÁTENME.

MÁTENLA.

MATÉMONOS TODOS.

Ella se rió traviesamente y pareció achicarse en el lugar. Yo la miré sin expresión, y esperé pacientemente a que vuelva a un intento de estado normal.

¿Y por eso es que Angelo ha desaparecido hoy? Y yo que ya estaba acostumbrada a pasar cierto tiempo del receso con él, hoy me ha dejado de lado por esta chica que se hace llamar fangirl pero se le ven desde Camboya las hormonas saltando.

—Pero vos sos una fangirl —empecé—, no puede gustarte, ¡es un mortal!

Ella levantó las cejas y ubicó sus manos en su cintura como toda una porrista zorra de película.

—¿Cómo que no puede gustarme?

—¡¿QUERES QUE TE EXPLIQUE EL CONCEPTO DE FANGIRL?! ¡PORQUE AL PARECER NO ENTENDISTE BIEN! ¡SOS UNA CAGADA! ¡BASURA ASQUEROSA!

Pero obviamente eso no fue lo que le dije. Lastimosamente.

—Me refiero a que, como fangirls que somos, estamos enamoradas de nuestros personajes librescos, digo librescos para no decir ficticios y romper nuestros corazones —hice una pausa—, la cosa es que no nos gustan los del mundo real, no nos entienden, no son como ellos,  solo viven con la vista puesta en lo tocable, no ven más allá de las cosas, están aquí y solo aquí.

—Exactamente.

—¿Eh?

—Él no es así. Él es un fanboy. —Sonrió plenamente—. ¡ES UN FANBOY!

Crac. Se escuchó en mi interior.

Al parecer ayer me tragué un vaso.

Le sonreí, con gran esfuerzo.

—¿Vos hablas con él? —me preguntó y ni me dio tiempo a responderle para elaborar la siguiente pregunta—. ¿Vos decís que hay la mínima posibilidad de que…?

Fue interrumpida por su celular.

—Bueno, bueno, ya voy mamá —le habló al teléfono y cortó la llamada—. Me tengo que ir, después seguimos hablando de esto. —Me guiñó el ojo y se acercó para abrazarme, yo le devolví el gesto queriendo acuchillarla con mi bolígrafo que por milagroso que suene, me ha durado hasta ahora una semana.

Aleluya.

Me dijo un último “chau” mientras iba hacia un auto, ya de espaldas a mí, y lo único que rebotaba en mi cabeza era: