Dieciocho

9.9K 1.1K 217
                                    

Antes que nada, ya sé que había prometido maratón de cuatro capítulos en este fin de semana, pero solo había terminado dos... y si iba a subir los cuatro juntos, lo haría o el miércoles o el jueves.

Y COMO ME MORÍA DE GANAS POR SUBIR ESTOS DOS CAPÍTULOS...

Decidí subir los dos que tengo ahora, y subir el miércoles o el jueves, los otros dos. No será más así maratón de cuatro. Pero serán dos maratones de dos caps. En tiempos muy cercanos. Espero que no les moleste! Perdonenme!

Ojalá les gustee! 

Capítulo 18: DESEABA un heladito papacito.

—¿Y? ¿No me vas a decir nada?

—Me he dado cuenta que últimamente nuestras conversaciones por llamada han resultado algo escandalosas.

—Em… ¿sí, y?

—Ya sabes, vos terminas de contarme algo que podría ser parte de una novela como si fuera nada, y yo empiezo a gritar y saltar acá.

Comencé a reírme, y me recosté en mi cama ya con mi pijama (ropa vieja y rota) puesto.

—Sigo diciendo: ¿y?

—Que eso no es sano.

—Ajá. —Fruncí mis labios y empecé a asentir con la cabeza de manera burlona.

Volví a reírme.

—Debo encontrar otra manera de reaccionar ante tus capítulos de novela, la última vez desperté a Lina. —Lo que más me sorprendía era su tono de voz completamente serio y controlado. Parecía un robot.

Solté otra risa. Y pensé en la linda Linita rompiendo en llanto. Pobre la mamá de Estela.

—¿Mis capítulos de novelas?

—Eso mismo.

—¿Mis capítulos de novelas?

—Sí. No de un libro de verdad, pero sí de uno de wattpad.

—Ah, claro, claro, ahora todo tiene sentido. —Sudaba sarcasmo.

—Viste —exclamó tranquila.

—¿No se te dice Sheldon Cooper a vos?

—¿Por qué?

—No sé, tal vez porque no estás captando sarcasmo, y además ahora mismo estás hablando muy simétricamente. Pareces una máquina, parabatai.

Silencio.

—¿Parabatai?

—¿Eso es todo?

—¿Cómo que si es todo?

—Bueno, debió haber pasado algo después de que él se haya comprado un libro y tú te hayas lamentado por ser una muerta de páginas.

Muerta de páginas: muerta de hambre en el mundo de la lectura.

—Él dijo para que vayamos a tomar unos helados, pero sucede que Colgate es corrupto.

—Oh sí, que grandes datos me has dado —expresó sarcásticamente. Esa es más mi  Estela que la otra.

—Que él terminó tomando helado y yo me compré unas papas fritas grandes, cuando en realidad DESEABA un heladito papacito —me lamenté, y me recordé de la preciosa, hermosa, bella, maravillosa, fantásticamente estupenda sensación del helado en mi boca.

Ohh.

¡Yisus!

—¿Y por qué entonces no te compraste un helado?

FanboyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora