—¡Camila! ¡Espera, por favor!—le gritó Zabdiel y apenas la tuvo a su alcance la abrazó con fuerza consiguiendo que ella se quebraba en sus brazos de forma instantánea.
Las lágrimas bajaban lentamente por sus mejillas creando riachuelos que eran imposibles de controlar, sentía un dolor inmenso al saber que era hija de un hombre que todo lo que era capaz de sentir era odio por su propia hija ¿Quién rayos quería tener un padre así? Se aferró a los brazos de Zabdiel y él besó su frente de manera cariñosa mientras sollozaba con fuerza sin apartarse ni un solo centímetro.
¡Su mejor amiga era su hermana!
—¿Por qué Zabdiel? ¡¿Por qué?!—el boricua negó firmemente y la aferró con más fuera como sí tuviese miedo que ella se escapara de nuevo.
—No tengo ni idea de cómo es que debes estar sintiéndote, pero te prometo que no vas a pasar por esto sola, me tienes a mí y tienes a los chicos. Tienes a Danna...que puede entenderte perfectamente bien porque están pasando por lo mismo—ella se apartó de golpe y negó.
—Ni siquiera puedo mirarla a los ojos, me da vergüenza el saber que mi madre fue la amante de su padre....—Zabdiel negó.
—Eso no es culpa tuya Cam, ni de Danna. Tú no lo pediste, así se dieron las cosas y estoy completamente seguro que Danna lo entiende perfectamente y no va a culparte—suspiró—cuando vi sus manchas de nacimiento y mi cabeza comenzó a pensar y pensar llegué a conclusión de...bueno, de que algo así podía ser posible, pero jamás me imaginé que iba a afectarlas tanto...
—¿Qué dijiste?—preguntó con una mezcla de confusión y asombro, incapaz de apartar la mirada de su novio.
—Yo...lo siento—susurró Zabdiel totalmente arrepentido.
—¿Lo sabías?—preguntó entre sollozos—¡Dios! ¡Claro que lo sabías!—estalló alejándose de él.
—Por favor, Cami...no podía decir nada, no era correcto....—ella negó.
—Déjame sola por favor, Zabdiel ¡Eres igual a mi madre! ¡Los dos me mintieron!—el boricua la observó con desesperación y negó volviendo a acercarse a la muchacha.
—¿Qué querías que te dijera, Camila? Sabes que, creo que Danna es tu hermana, ibas a reírte de la estupidez que estaba diciendo, ibas a pedirme una prueba clara para afirmarlo y no tenía una, entiéndeme, por favor... ¿por favor, Cami?—murmuró a toda prisa.
—Pensé que entre nosotros no había secretos, Zabdiel. Y me vengo a enterar que sí los hay y que encima no es cualquier cosa lo que me ocultaste, me ocultaste algo que tiene con ver con mi origen, con mi identidad...
—Cam, por favor....—suplicó el chico.
—Vuelve a casa y déjame sola, por favor—inquirió sin mirarlo.
La cabeza de Zabdiel era un huracán de pensamientos negativos, estaba experimentando el mismo sentimiento de desesperación que experimentó cuando Danna los había dejado, pero esto era totalmente peor, sentía que una parte de él estaba separándose de su cuerpo, era un sentimiento de pérdida que no era capaz de explicar con palabras exactas.
—Está bien, respetaré tu decisión, pero por favor... recuerda que te amo con todas mis fuerzas y que lo menos que quería era lastimarte....—susurró intentando acercarse a ella, pero Camila estaba tan cegada por su propio dolor que todo lo que hizo fue alejarse de él.
—Pero lo hiciste, Zabdiel...
(...)
Los días para Danna estaban pasando de manera monótona, Manuel, Mariana y Leah habían vuelto a México dos días atrás luego de decretar que estarían en Miami para la boda de Renato y Cindy; y de prometer fervientemente que harían que la abuela perdonara a Renato por no ser la primera en enterarse de la próxima boda de su hijo.
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HEY DANNA (LCDLP#2) |CNCO|TERMINADA.
FanfictionSegundo libro de la trilogía LA CHICA DE LOS PATINES. Libro uno: LA CHICA DE LOS PATINES. Libro dos: HEY DANNA. Libro tres: QUERIDA LEYRE. .-.-.-.--. Sí Danna Francis pensaba que iba a librarse de Christopher Vélez tan fácilmente, estaba muy equivoc...