Recuerden chicas, que si llegan a tener algún problema con las actualizaciones de que nos las pueden leer o algo así, saquen la historia de su biblioteca para que se arregle.
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Los días en casa iban pasando lentamente, o por lo menos eso era lo que Danna Francis creía, pasaba las mañanas completas en la pista entrenando con los Wheels preparándose para la competencia, comía con su padre, con sus amigos y con la no tan grata compañía de Amber y sus comentarios ridículos. Sus tardes consistían en pasar el rato encerrada en su habitación charlando con Erick, Richard y Joel o simplemente escuchando música con los auriculares a todo volumen.
Su relación con Christopher era totalmente diferente, hablaban lo suficiente como para decir que se llevaban bien, pero no tanto como para pensar en realidad entre ellos habían demasiado amor desbordándose de sus corazones, porque todo el mundo parecía saber que esos dos se amaban a morir, excepto ellos. Danna había hecho caso a Camila y dejó de intentarlo. Su mejor amiga tenía razón, con Amber en casa jamás iban a hablar de ellos, no sabía porque pero su suerte era la peor, siempre que Danna Francis pensaba que era un buen momento, la rubia aparecía con su increíble sonrisa de modelo de pasta dental y su bateo de pestañas haciéndola parecer la chica más adorable sobre el planeta Tierra. Prácticamente, robándole todas y cada una de las oportunidades que tenía de hablar con él.
Todavía le costaba un poco controlar sus celos y lo único que ella deseaba de todo corazón, era que la hora en que esa chica se marchara; llegara lo más rápido posible.
Y finalmente parecía que algún poder supremo que había escuchado sus silenciosas suplicas por fin se apiado de ella, porque esa misma tarde mientras ella se encontraba sentada en la sala leyendo un libro sobre patinaje que Lucy le había prestado el día anterior, fue el día más feliz de su vida en casi dos semanas.
—Siento en serio no poder quedarme más tiempo con ustedes, chicos. Pero papá me llamó esta mañana para decirme que tengo que volver a casa lo más pronto posible—suspiró como sí estuviese realmente frustrada y miró a los chicos que caminaban detrás de ella.—De verdad que me enoja tanto que papá interrumpa mis vacaciones, pero bueno. Espero volver muy pronto—agregó encogiéndose de hombros y soltando un prolongado suspiro.
—¡No te preocupes, Amber! Lo bueno es que viniste a visitarnos y pasamos unos días increíbles todos juntos—le informó Richard—O bueno, casi todos juntos—La rubia miró a Danna un segundo y luego sonrió.
—Chicos, ¿podrían dejarme hablar con Dan a solas?—Danna comenzó a negar de inmediato apenas las miradas de los cinco muchachos se posaron en ella, los odió cuándo ellos la ignoraron y fueron saliendo uno a uno para dejarlas a solas.
Danna cerró el libro de golpe, se puso de pie y suspiró—Yo...no creo que...creo que no tenemos nada de qué hablar—Amber sonrió y se acercó a la chica.
—Creo que empezamos mal, Danna. No me diste la oportunidad de conocernos y yo tampoco la busqué, de hecho—se encogió de hombros de manera despreocupada y sonrió un poco—pero no soy una mala persona—Danna la miró con una ceja enarcada. Sé que probablemente me odies un poco, pero la verdad es que sí yo fuera tú iba y me lo jugaba todo—la castaña la miró llena de sorpresa y Amber sonrió.
—¿Podrías...podrías explicarte mejor? Porque la verdad, es que no estoy entendiéndote nada, Amber—la rubia dio un paso al frente y Danna volvió a sentarse automáticamente.
—Sé que no somos amigas, pero...creo que te fastidié estas casi dos semanas, Danna. Siento como sí te hubiese robado a tus amigos. ¡A Christopher!—hizo una pausa y negó un poco—pero la verdad es que no fue así, solamente estaba pasando tiempo con los amigos que no veía desde hace mucho tiempo—explicó retorciéndose las manos.
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HEY DANNA (LCDLP#2) |CNCO|TERMINADA.
Fiksi PenggemarSegundo libro de la trilogía LA CHICA DE LOS PATINES. Libro uno: LA CHICA DE LOS PATINES. Libro dos: HEY DANNA. Libro tres: QUERIDA LEYRE. .-.-.-.--. Sí Danna Francis pensaba que iba a librarse de Christopher Vélez tan fácilmente, estaba muy equivoc...