Antes de que comiencen a leer les recomiendo agendar una cita con su doctor, señoritas. Porque después de leer es muy probable que lo necesiten porque de una vez les digo que pueden correr el riesgo de morir de un coma diabético. Bien, eso era todo jajaja. Disfruten muñecas.
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—¡Feliz cumpleaños, Cami!—Camila parpadeó varias veces tratando de despabilarse. Se sentó en su cama y frunció el ceño contemplando al montón de personas que estaba aglomeradas a su alrededor.
Apenas su cerebro terminó de procesar la información sus mejillas se sonrojaron.—¿Qué están haciendo aquí?—preguntó en dirección a su madre, Brooke la mejor amiga de su madre que era literalmente su tía y Madison que sostenía una caja de regalo entre sus manos.
—¿Qué no es obvio?—inquirió la mujer pelirroja de ojos verdes. Camila rio y con gusto recibió los abrazos de su pequeña familia. ¡Jesús, le dolía todo el cuerpo!
—Feliz cumpleaños mi amor, espero que el día de hoy sea muy especial para ti—Camila le ofreció una autentica sonrisa antes de corresponder a su abrazo. Luego la tía Brooke también se inclinó sobre ella para felicitarla. Madison le ofreció una sonrisa complice a su madre y una vez que la cumpleañera estuvo libre de la tía, con paso saltarín avanzó hasta ella para abrazarla y entregarle la pequeña cajita de regalo.
—Creo que va a gustarte—anunció apartándose de su hermana. Camila rio antes de abrir la caja y encontrar dos sobres. Abrió primero el que estaba hecho con una hoja de libreta y sonrió admirando el dibujo que Maddie había hecho para ella. Luego tomó con cuidado un sobre morado y lo abrió cuidadosamente.
Su corazón dejó de latir un segundo apenas descubrió la caligrafía de su novio.
Feliz cumpleaños, mi princesa hermosa. Ojala que este día este lleno de felicidad, de amor, de alegría, de muchas risas y de muchas bendiciones a lado de las personas que más te amamos en el mundo. Te amo con toda mi alma y espero que la sorpresa que te he preparado te guste mucho.
Se divide en cinco pistas, así que por favor ponte hermosa y luego baja al piso inferior de tu casa. En la sala encontrarás una pequeña caja con tu nombre. Ábrela y sigue las pistas.
Con amor, Zabdiel.
Sintió sus ojos comenzar a picar por las lágrimas que estaba acumulándose en ellos y apartó la mirada de la hoja para darse cuenta que las tres mujeres frente a ella estaban observándola con renovado interés totalmente ajenas a lo que decía la hoja.
Cuando ellas se marcharon, Camila se puso de pie y fue hasta su armario para encontrar algo de ropa cómoda y poder bajar a la sala. Media hora después con su bolso, su teléfono y la nota en mano bajó las escaleras a paso lento, caminó hasta la sala y su corazón dejó de latir de nueva cuenta cuando encontró "la pequeña caja" de la que Zabdiel había hablado.
Retiró la tapa de cartón y su corazón se aceleró cuando un enorme bouquet de globos de diferentes colores con el número 20 quedó a su vista. Se rio tontamente y luego se asomó para encontrar un álbum de fotografías de pastas negras. Lo sacó para poder admirarlo y sonrió cuando comprendió lo que aquello era. Eran todas fotografías de ambos, sonriendo a la cámara, haciendo caras graciosas, o simplemente mirándose uno al otro.
Conforme Camila las miraba podía recordar todos y cada uno de los momentos exactos en que aquellas tomas habían sido capturadas. Era un regalo totalmente hermoso, tenía que admitirlo. Cuando llegó a la última página encontró un sobre amarillo con su nombre. Lo retiró cuidadosamente y sonrió de nuevo.
Sí ya estás leyendo esta nota es porque has descubierto la primera sorpresa. Espero que te haya gustado tanto como a mí, y también espero que no se vea tan cursi, pero esos son algunos de los momentos maravillosos que tú y yo hemos compartido. Puedo recordarlos absolutamente todos y ¿sabes que es lo mejor? ¡Que todavía nos faltan muchísimos más!
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HEY DANNA (LCDLP#2) |CNCO|TERMINADA.
Hayran KurguSegundo libro de la trilogía LA CHICA DE LOS PATINES. Libro uno: LA CHICA DE LOS PATINES. Libro dos: HEY DANNA. Libro tres: QUERIDA LEYRE. .-.-.-.--. Sí Danna Francis pensaba que iba a librarse de Christopher Vélez tan fácilmente, estaba muy equivoc...