¡Amber estaba por todos lados!
Christopher no podía creer su suerte. En el día había intentado hablar con Danna alrededor de cinco veces, pero siempre terminaba no haciéndolo por una u otra cosa. La rubia no era mala, él la conocía bastante bien pero su presencia en la casa estaba comenzando a irritarlo de a poco.
Tenía que hablar con la chica de una vez por todas, tenía que saber que era lo que ella le tenía que decir la otra noche pero parecía que el mundo entero estaba conspirando en su contra para que no lo hiciera. ¿Y sí le decía que ya lo había pensando bien y ya no sentía amor por él? ¿Qué iba a hacer Christopher Vélez sí eso pasaba? ¿Se iba a dar por vencido así de fácil? ¡No! Danna había prometido que iba a amarlo por el resto de su vida, y eso tenía que ser porque ella no rompía sus promesas.
Con la incertidumbre dominando sus pensamientos se sentó en uno de los pequeños sillones de blancos de la sala que Renato y Amber habían alquilado esa tarde para la fiesta de karaoke.
Llevó su mirada hasta el balcón de Danna donde la luz permanecía encendida. ¿Y si iba hasta su habitación y hablaba con ella de una vez? Esa sería una buena manera de hablar con ella finalmente y no tendrían a nadie para interrumpirlos. Se puso de pie de inmediato con tal determinación que lo hizo sonreír.
¡Pero él tenía tan mala suerte que quiso morirse en el mismo momento que Amber apareció en su campo de visión! La rubia le ofreció una pequeña sonrisa antes de entrelazar su brazo con el de él y llevarlo de regreso al jardín.
-¡Chris! Acabo de hablar con Joel, me dijo que los chicos del equipo de patinaje de la hija de Renato se unen a la fiesta-le informó con media sonrisa.
¡Sí! ¡Definitivamente su suerte era la peor! -¿Qué?
-Joel tuvo la idea de invitarlos para que la fiesta fuera más divertida-anunció sin perder su sonrisa.
El ecuatoriano deseó tenerlo cerca para golpearlo tan fuerte que lo recordara toda su vida. ¿De qué lado estaba Joel Pimentel? Pensó ofendido pero se quedó en silencio. Volvió llevar su atención hasta el balcón de Danna para ahora encontrarlo en oscuridad total. Seguramente la chica no tardaría en bajar.
-¡Buenísimo!-murmuró sin ganas.
-¿Te pasa algo, Christopher? Desde hoy en la mañana has estado muy pensativo...como si algo te perturbara, ¿puedo ayudarte en algo?-preguntó la chica sentándose a su lado.
-No. No me pasa nada. Está todo bien-respondió tratando de sonreírle.
-¡Danna!-chilló Erick atrayendo la atención del par de chicos en las salas.-¡Dame eso, es mío!-protestó fulminando con sus verdes ojos a la chica.
-¡Era tuyo! ¡Ahora es mío!-le espetó la chica antes de poner el dulce en su boca.-No seas chillón en el despacho de mi papá hay muchos más-se encogió de hombros.
-¿Sabes cuánto me costó entrar a robarme ese dulce sin que él se diera cuenta?-preguntó ofendido y Danna soltó una carcajada.
-¡Hola chicos!-saludó Amber mirándoles con una increíble sonrisa que Danna aborreció en ese instante. Capaz y Joel tenía razón y si estaba celosa de esa rubiecita.
¿No crees que si estuviese interesada en Christopher ya lo sabríamos? No podía negar que Joel tenía razón. Si ella en verdad estuviese interesada en Christopher, ellos lo sabrían de inmediato, después de toda aquella chica parecía bastante expresiva.
-Hola-saludaron al unísono.
-Pensé que no vendrías a la fiesta, Danna. Esta mañana parecías algo...irritable-Danna la fulminó con la mirada y Erick envolvió su mano en la muñeca de la castaña.
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HEY DANNA (LCDLP#2) |CNCO|TERMINADA.
FanficSegundo libro de la trilogía LA CHICA DE LOS PATINES. Libro uno: LA CHICA DE LOS PATINES. Libro dos: HEY DANNA. Libro tres: QUERIDA LEYRE. .-.-.-.--. Sí Danna Francis pensaba que iba a librarse de Christopher Vélez tan fácilmente, estaba muy equivoc...