Después de ser desterrado a Midgard por los eventos ocurridos en «Avengers», Loki tendrá que aprender a convivir con los mortales.
La perspectiva del Dios del Engaño será cambiada completamente haciéndolo dudar respecto a todo lo que a vivido y lo...
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CAPÍTULO XVIII: SENTIMIENTOS
—Loki Laufeyson—
Los días corrían lentos al lado de Mia. Habíamos disfrutado de estos días para conocernos más y hablar de nuestros gustos. Reíamos todo el día, nos apasionábamos en la tarde y en la noche disfrutábamos de las estrellas acurrucados desde la cama. Me sentía como un adolescente, estás necesidades que tenia mi cuerpo no eran normales y en vez de disminuir estos se acoplaban sin cesar.
La deseaba en cada instante, y no únicamente en el ámbito sexual. Deseaba estar con ella, acompañarla a leer, tomarnos de la mano, acariciar su suave piel o simplemente tenerla cerca.
Disfrutaba las mañanas donde estábamos tendidos en la cama hablando de cualquier cosa que se nos ocurra. Mia recostaba su cabeza en mi pecho mientras daba toques cariñosos en mi estómago. Se sentía tan bien, estar así, tan tranquilo.
Como si no estuviéramos ahí, ni en ninguna parte.
En esos instantes no deseaba ser Rey. No recordaba a madre, Thor, Asgard y mucho menos recordaba a Odín. Olvidaba todo lo que me había rodeado estos últimos años. Guerra, sufrimiento, muerte, tristeza.
Mia lograba perderme totalmente, y me encantaba.
Hoy no era la excepción. Mia se encontraba narrando una de sus aventuras de adolescente mientras mantenía constantes caricias en mi cabello. La escuchaba atento con los ojos cerrados casi durmiendo de lo placido que era escuchar su voz.
Sus historias eran tan contrarias a las mías. Mientras ella salía a disfrutar de sus días libres en la ciudad yendo de aquí para allá con sus pocos amigos, yo estaba en la biblioteca aprendiendo de Magia Superior sin nadie a mi alrededor.
Éramos tan diferentes, que eso nos hacía la mezcla perfecta.
—Entonces para evitar despertar a mi tía, decidí entrar por la ventana. Estaba un poco pasada de copas, sin contar que había estado dos días fuera. — sonrió. —Así que abrí la ventana, despacio para que no me escuchara. Tome impulso para saltar y entrar. Pero calcule mal. Terminé entrando de golpe, chocando con uno de los muebles y provocando que todo lo que se encontraba sobre este, cayera al suelo. — rió mientras seguía con sus suaves toques casi sacando ronroneos de mi parte. —Ella entró a mi habitación preocupada, y corrió a socorrerme mientras reía. Jamás olvidaré esa noche, fue la más divertida de mi vida. Termine contándole todo mientras curaba mi pierna ya que tenía un pequeño corte por un clavo.
La escuche suspirar. Me mantuve sosegado disfrutando del momento, era tan cómodo y simple estar con ella.
