25 | LAS ESTRELLAS, ÉL Y YO

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CAPÍTULO XXV: LAS ESTRELLAS, ÉL Y YO

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CAPÍTULO XXV: LAS ESTRELLAS, ÉL Y YO.

—Tú debes ser Heimdall, ¿no?

—Así es, mi Lady.

Después de una larga tarde acompañada de Frigga y Loki, cuando ya habíamos resuelto todas las dudas correspondientes nos habíamos dirigido a la habitación del ojiverde a dormir. Estaba exhausta después de un día tan revelador como ese. Al otro día habíamos decidido omitir todo lo que tenía que ver con Odín y habíamos recorrido Asgard, Loki insistió en que debía ir de verde, ya que me quedaba mejor que a nadie «a excepción de él, obviamente».

Ocupamos gran parte del día recorriendo Asgard, era un lugar bastante pequeño comparado con la Tierra pero poseía lugares muy excéntricos y majestuosos «sin contar que era un reino hecho y derecho, tal como en los cuentos». Loki permaneció serio ante la mirada de los Asgardianos en nosotros, pero cuando lo observaba su actitud cambiaba por la más tierna y juguetona existente.

Loki solía ser así sólo conmigo, y eso me encantaba.

Quería conocer el Bifröst, pero sobre todo a Heimdall de quién Frigga había mencionado. Él era el protector de Asgard, podía ver todo y a todos.

Y era donde nos encontrábamos ahora.

—Es un gusto Lady Mia, me alegra de que se encuentre bien. — me sonrió, sus ojos eran alucinantes. Loki carraspeó a mi lado mientras me tomaba de la cintura acercándome a él. —¿Cómo se encuentra, príncipe Loki?

—Bastante bien, después de su meditado destierro a Midgard. — su mirada era fría. —Aunque no es algo de que arrepentirme, después de todo gane algo maravilloso estando ahí.

—Eso lo veo.

—Claro que lo ves, Heimdall. — Loki sonó serio, pero aún así noté algo de burla en su voz y no pude enviar reír ante su comentario.

—Lo siento. Loki es tan irónico. — sonreí. Loki me miró divertido y sonrió de lado. —Sólo venía a verte, quería conocer a quién me a observado por tantos años.

Reí y Heimdall sonrió amable. Loki no pareció agradarle la broma ya que me sujeto más fuerte de las caderas acercándome a él. Sonreí mientras tomaba su mano, acariciándola. Se tranquilizó ligeramente pero no quito esa mirada recelosa de Heimdall por ningún minuto.

—Es un honor por fin conocerla en persona, debo admitir que es muy parecida a Seren.

Heimdall era muy amable. Aún así se notaba que esta rivalidad con Loki la poseían desde antes, y estaba en lo correcto ya que justo en ese momento mi amado habló.

—Es mejor que volvamos al palacio, debemos comer.

—Fue un placer, Lady Mía.

—El placer fue mío, Heimdall.

𝑺𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒕𝒖𝒚𝒂. (𝙻𝚘𝚔𝚒 𝙻𝚊𝚞𝚏𝚎𝚢𝚜𝚘𝚗)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora