Londres, Inglaterra.
Ocho meses antes.
LOREN:
Se suponía que estaba en un viaje de negocios.
Se suponía que no era el tipo de hombre que hacía fila, menos una de casi veinticuatro horas, por pases para un concierto. Pero sí. Había terminado siéndolo. Al parecer tenía contactos de todo tipo en mi agenda, menos de patrocinadores de conciertos o disqueras. Le habría pedido ayuda a Rachel, ella seguramente sí tendría a alguien, pero estaba molesta conmigo por tatuar a George con el molde que sacamos de un caramelo, la cosa ni siquiera duró una hora en su frente, y no quería que de ninguna manera la información se filtrara, por lo que nadie sabía. Debía ser sorpresa.
Así que aquí estaba: cubriéndome con un paraguas a las afueras del estadio Wembley, abrigado, detrás de un grupo de adolescentes que no dejaban de hacerme ojos para entrar a mi tienda cuando la montara al anochecer.
Pero no.
Ellas jodidamente no entrarían. No importaba cuánto me recordaran a Mags, la hija adoptiva de Marie, o cuánto me hicieran preguntarme si Suzanne, Louise y Madison se verían como ellas en el futuro. Bob, el padre que estaba detrás de mí haciendo la fila para sorprender a su hija de trece años con un boleto, también tenía las mismas intenciones que ellas, hacerse con mi refugio, pero había cortado sus insinuaciones desde la raíz diciéndole que desde temprana edad me habían detectado la ausencia de un órgano vital, siendo un milagro que por mis venas corriera sangre.
─¡Davi! ─gritó una de ellas, a la cual apodé mentalmente como groupie número uno, abrazando a su otra amiga rubia mientras llegaba de finalizar una llamada con los ojos llenos de lágrimas─. ¿Qué sucedió? ¿Por qué estás llorando? ¿Robert te hizo algo?
Davi, groupie número tres, sollozó.
─Robert me terminó.
─¡¿Qué?! ─gritaron las otras tres en un solo coro.
Hice una mueca. Davi asintió.
─Terminó conmigo. ─Limpió sus mocos con la manga de su suéter de lana color mostaza─. Dijo que no quería compartir a su novia con Ed Sheeran. ¡Es tan celoso!
Groupie número dos, la inteligente del grupo con gafas y cabello negro, la miró con pesar. A favor de Robert, admitía que en ocasiones era fastidioso que tu novia prefiriera ver conciertos grabados de un gordo pelirrojo que tener sexo contigo en diversas posiciones, pero era como Anabelle era y la quería a pesar de ello. También debía admitir que el chico tenía talento y que sus letras eran buenas.
─Davi, no quiero decir te lo dije, pero...
─¡No te atrevas, Isabel! ─Groupie número dos presionó sus labios juntos─. ¡Mi tumblr de Ed en es mi vida! ¡No lo puedo dejar! ¡Mi cuerpo es cincuenta por ciento tumblr, cincuenta por ciento todo lo demás!
Groupie número cuatro, una castaña que en verdad se parecía a Mags, hizo una mueca mientras se cruzaba de brazos y miraba mal a número dos.
─Me parece machista tu posición. ¿Por qué Davi tenía que dejar de hacer lo que más le gusta en esta vida, lo que nos gusta a todas, para complacer los caprichos de un hombre que ni siquiera sabe si se quedará? ─Todas guardaron silencio. Número dos puso los ojos en blanco. Era mi favorita─. Te respeto, Davi. ─Apretó el hombro de la llorosa chica─. No todas tienen tanta personalidad como tú.
Hipando, Davi tartamudeó.
─Gra... gracias.
Groupie número uno la abrazó de nuevo mientras me miraba de reojo, sus ojos recorriéndome con súplica. Me removí, incómodo, pero permanecí firme. Sabía lo que estaba pidiendo. Alojamiento durante la noche ya que habían aplazado la venta de boletos un día. Estas señoritas tenían padres. Eran la responsabilidad de otros, no mía.
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Deseos prohibidos © (DESEOS #3)
General FictionLoren Van Allen no es de los que se enamoran de cualquier cosa a primera vista; no compra un par de zapatos hasta probarlos, no cambia su sabor favorito de helado para experimentar con otro y definitivamente no altera el orden de su vida por una muj...