El silencio después de haber expresado mi pregunta se expande por varios segundos en que Raph se mantiene mirándome con una expresión indescifrable. Es como si mi pregunta no hubiese sido la que él esperaba. Claro que eso no quiere decir que siquiera haya deseado que le hiciera una en primer lugar, pero ahora que se la he hecho debería responderla, no quedarse pensativo como si le hubiese hecho una de cultura general o razonamiento matemático.
No entiendo.
¿Por qué es tan difícil responder? Me debato entre tronar los dedos o chasquear la lengua para que me preste atención, pero la repentina sensación que me ocasiona oír su voz me detiene antes de querer intentarlo.
—No las considero necesarias.
¿Y ya está? Su lacónica respuesta me suena tan esquiva que inevitablemente suelto un resoplido de frustración. Raph no se inmuta al verme. Su expresión seria de siempre está en todo su esplendor sobre su rostro.
Frente a mí, el insufrible adolescente que ahora es una especie de profesor para mí, se limita a encogerse de hombros antes de tomar su mochila y colocársela en el hombro.
—¿Eso es todo? —insisto al ver que avanza con dirección a la mesa de la sala. Él se detiene apenas escucha mi voz y permanece de espaldas a mí durante unos segundos.
—Ella es mi mejor amiga, muy especial para mí.
Eso ya lo sé, lo saben todos, de hecho. Sabrina Accio es conocida en todo Midtown como la mejor amiga y hermana mayor de Raph y Stephen. Esto porque además de llevarles algunos meses de ventaja, es la que siempre deambula por los pasillos de la escuela con ellos a cada lado. A ese grupo me refiero cuando digo El Triángulo. Ellos tres lo conforman.
Sí, incluso alguien tan bruja como Sabrina logró ganarse la simpatía de Raph.
El sabelotodo sabe muy bien que lo que acaba de decir no es algo nuevo para mí y que no responde del todo a mi pregunta, pero eso es lo último que dice antes de llegar a su objetivo y sacar sus libros, en señal de que acaba de terminar la ronda de preguntas y que vamos a empezar a estudiar. No obstante, yo no me rindo y camino de manera decidida hasta él. Claro que toda mi seguridad se va al tacho cuando este se vuelve sin prever mi acto, lo que ocasiona que casi choque mi pecho con el suyo.
Ante esto, ambos nos apartamos al mismo tiempo.
No es nuestro deseo estar uno cerca del otro y eso lo tengo bastante claro. El día que fuera lo suficientemente masoquista como para intentar ver a Raph con otros ojos sería el día en que empezaría mi tortura.
Eso lo doy por hecho.
Debido a lo que acaba de pasar, mi mente se ofusca un poco y olvido lo que pensaba decirle. Claro, aquí es cuando yo misma me abofeteo mentalmente por despistarme a causa de algo tan simple como estar bastante cerca de él. Raph aprovecha esto para pedirme que le preste atención en el tema que está dispuesto a enseñarme, soslayando lo que pasó hace un rato. A pesar de que me niego internamente, no me queda más remedio que obedecer y sentarme a su lado para atender sus explicaciones. Él hace como si nada hubiese pasado.
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Buscando tu mirada [SB#1]
Teen FictionAprobar los exámenes bimestrales con buenas calificaciones es la única preocupación de Nadia, una risueña adolescente con notas desastrosas. Convencida de que debe hacer algo al respecto, acepta el consejo de sus profesores y busca ayuda de la perso...