65| Remembranza

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Durante el segundo día de clases después de mi ruptura con Raph, me encuentro al borde del colapso mental

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Durante el segundo día de clases después de mi ruptura con Raph, me encuentro al borde del colapso mental. Y físico. Y emocional. Y todo.

Sé que se avecina lo peor para mí, estoy prácticamente de pie ante un acantilado; y digo esto porque ahora los dos mejores amigos del sabelotodo parecen odiarme por haber cometido el craso error de terminar con él, debido a algo tan ilógico y haber ocasionado que este falte a clases, poniendo, de esa manera, en riesgo sus notas. Los otros dos sabelotodo más influyentes en todo Midtown ahora están en mi contra, así como también el club de fans de los dos hermanitos de Sabrina. Pero en especial Stephen, que cree que dejé a Raph tras enterarme que se iría a estudiar al extranjero por un semestre, y que lo hice para que este tuviera que elegir entre el intercambio o yo; por eso me llamó egoísta el día de ayer. Por supuesto que eso no es cierto. Yo quiero a Raph, y estoy orgullosa de sus logros. Es cierto que la noticia de su partida me habría dolido un poco porque implicaría pasar seis largos meses de mi adolescencia sin él, pero también sé que me alegra que siga destacándose académicamente. Lo que menos deseo es que, por estar conmigo, se quede estancado.

Quise decirle todo esto ayer, pero no pude. Me fue imposible comunicarme con él; por más que hablé y hablé, nunca obtuve respuesta. Traté de convencerme a mí misma que tendría que haber una buena razón para ser ignorada por él de esa manera. Antes de ponerme a llorar por no saber de él, comencé ingenuamente a fantasear con que Raph se aparecería en mi puerta y me pediría arreglar las cosas de una vez por todas, que me diría que me perdonaba y que dejáramos todo este amargo episodio atrás. Lo sé, demasiado cliché, pero en serio lo consideré. Como era de esperarse, eso no pasó. En lugar de recibir su visita, recibí la de mis abuelos. Que fue, de alguna manera, una distracción y bálsamo para mis penas. Estaba a punto de ir en su búsqueda antes de que mis abuelos llegaran, iba a dejar todo de lado e iba a ir hasta su condominio, subir hasta su piso, tocar su puerta y explicarle todo de principio a fin. Realmente iba a hacerlo, pero no pude desairar la visita de mis abuelos. Hacía mucho que no los veía. Mi conversación con ellos me hizo olvidar que había estado llorando horas atrás y que había roto el corazón del chico del que estaba enamorada. Sus anécdotas trajeron una sonrisa en mis labios y me provocaron muchas carcajadas.

¿Es ese el efecto de la familia? Quiero decir, sé que quería irme, sé que deseaba ver a Raph más que nunca; sin embargo, no fui capaz de marcharme cuando los tenía a ellos ahí frente a mí, hablándome de lo más felices sobre su vida y lo mucho que nos habían extrañado a Zach y a mí. Al poco rato llegaron mis padres y dejé de ser el centro de atención de mis abuelos, quienes luego conversaban amenamente cada uno con sus hijos, pero la presencia de mis padres disipó mi oportunidad de escabullirme para lograr mi cometido. Si papá se enteraba de que había salido sin permiso a esas horas de la noche (considerando el toque de queda que nos han impuesto), se iba a armar una grande. Y, dadas las circunstancias, no me conviene estar castigada. Por ese motivo no pude ir a ver a Raph.

No obstante, hoy es un nuevo día. Hoy planeo ir a verlo cuando las clases concluyan. No puedo esperar más. Temo que si lo hago, llegará la fecha en que él tenga que irse a otro continente; y lo haga sin saber la verdad, ni despedirse de mí. Es mi mayor miedo. Me mantengo ansiosa sin despegar la vista del minutero del reloj que cuelga en lo alto del salón de clases, deseando por primera vez en mi vida ser Matilda para poder mover las manecillas con facilidad y así moldear la hora a mi antojo. Mi inquietud terminar por molestar a Ale, que me codea para que deje de moverme, ya que estoy ocasionado que el pupitre también tiemble y debido a eso ella no puede escribir bien. Le ofrezco una disculpa y procuro estar quieta.

Buscando tu mirada [SB#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora