Se ha ido.
Lo sé incluso antes de salir de la cocina y regresar con los demás. Y estoy plenamente segura de ello porque escucho la puerta cerrarse casi apenas Raph termina de expresar su decisión en voz alta. ¿Tanta prisa tiene por ver a esa persona (que estoy segura de que es una chica)? ¿Tanto significa para él? Lo importante ahora es enterarme de quién rayos es dicho misterioso personaje. ¿Qué significa para Raph? ¿De dónde se conocen? ¿Por qué no puede venir hasta aquí si es cumpleaños de Raph y es él quien tiene que ir hacia ella? Preguntas como esas me mantienen bastante distraída, tanto así que Ale tiene que adentrarse en la cocina conmigo para hacer que reaccione.
—La patosa y la roca acaban de salir —me informa, como si no lo supiera—. Venía a decirte que si te parece, podemos irnos ya.
No parece mala idea. Me haría bien estar sola en este instante para tratar de ordenar las pequeñas piezas del gran rompecabezas que supone Raph y su historia con esa chica.
—¿Irse? —Ralph aparece a nuestras espaldas con la botella de vino que me arrebató hace un momento; camina hasta la nevera donde la vuelve a colocar y finalmente se vuelve hacia ambas llevándose una mano al pecho—. ¿Y dejar al cumpleañero solo? Eso es otro nivel de crueldad.
Al oírlo, reacciono. No puedo simplemente irme así como así por algo que no debería incomodarme. Raph no es nada mío, apenas un amigo, así que no tengo por qué sentirme mal por eventos como estos.
—Nadie se va a ir.
Unos minutos más tarde estamos los cinco nuevamente sentados sobre la alfombra de la casa de los Thompson, mirándonos las caras, cada uno pensando en algo que podamos hacer para terminar con el acuciante silencio. Podríamos simplemente empezar un nuevo juego, pero a estas alturas, creo que ya hemos probado todos los habidos y por haber además de los que se me podrían ocurrir, a no ser que...
—¿Deberíamos esperar a Raphael?
La repentina pregunta de Nadine trae de vuelta a mi cabeza el recuerdo de su ausencia. A mi lado, sobre ese lugar de la alfombra donde se encontraba minutos atrás, solo quedan rezagos de su presencia.
En este momento él debe estar ocupado con su visita.—Creo que no —responde Ralph, apenas la escucha—. Sabiendo a donde fue, sé que se tardará.
—¿Y a dónde fue?
En situaciones como estas, agradezco infinitamente la imperiosa curiosidad de Nadine. Ella está preguntando en voz alta lo que yo no me atrevo a preguntar ni mentalmente.
Observo que el único cumpleañero que queda además de mí, duda un poco sobre qué contestar, como si fuera algo realmente crucial. De acuerdo, esto se está tornando un poco raro, y no importa cuanto lo intenten; mientras menos me digan, más quiero saber. De repente, se hace un silencio un poco prolongado, que se rompe cuando el peor enemigo de Ale se queja por ello.
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Buscando tu mirada [SB#1]
JugendliteraturAprobar los exámenes bimestrales con buenas calificaciones es la única preocupación de Nadia, una risueña adolescente con notas desastrosas. Convencida de que debe hacer algo al respecto, acepta el consejo de sus profesores y busca ayuda de la perso...