"Nuestra verdadera cita".
Aquella frase se reproduce una y otra vez en mi cabeza hasta que termino de asimilarla. Así que eso era... Y yo pensando que veníamos aquí para aprovechar la tenue luz del lugar y así poder enrollarnos sin testigos. ¿Hay algún problema con mi mente? Después de todo, tengo mis razones para pensar en eso, ya que desde que empezó nuestra relación apenas nos hemos dado unos pocos besos. Y no es que me esté quejando o algo por el estilo; me gusta Raph y me encanta estar con él. El hecho de que tenga sentimientos hacia mí ha sido, probablemente, un regalo divino. El único problema aquí es mi mente perversa. ¡Y mis mejillas sonrosadas que no dejan de evidenciarme! Mientras ruego internamente que Raph no haya advertido mis pensamientos, trato de pensar en una respuesta adecuada a lo que me acaba de preguntar. ¿Que si estoy lista? ¡Por supuesto que lo estoy! Y más si eso significa pasar más tiempo a solas con él.
Dejando atrás a los invitados, al elenco de actores de la película, a los señores Thompson e incluso a nuestros amigos, Raph y yo bajamos las escaleras que desembocan en un pasadizo deshabitado que nos lleva después hasta la otra salida del Teatro, la que le da la espalda a la puerta por la que nosotros ingresamos. Una que no está llena de cámaras ni de gente apuntándonos con micrófonos, para alivio mío.
Siendo honesta, desconozco todo lo va a pasar de ahora en adelante. Ni siquiera se me había pasado por la cabeza salir con Raph después de ver la película. En mi ingenua mente había imaginado que mi cita con él iba a ser cuando, saliendo del Teatro, fuéramos a cenar con su hermano y sus padres para celebrar el lanzamiento de su nueva película. Según yo, esa iba a ser nuestra gran cita. Ahora veo que no es así; ahora solamente somos Raph y yo. Lo sé, no tengo expectativas muy altas cuando se trata de cosas de parejas, pero es porque no cuento con demasiada experiencia que digamos. A medida que caminamos por las calles que rodean al Teatro en donde se acaba de presentar Running Away hace menos de diez minutos, la gente que pasa por nuestro lado se queda observándonos por más tiempo del normal, como si nos conocieran pero no recordaran nuestros nombres. ¿Es porque hemos aparecido en televisión? ¿O, porque, debido a nuestra vestimenta, pareciera que acabáramos de escaparnos de una boda? Ya ni siquiera estoy segura, pues apenas me acabo de dar cuenta de que en verdad este vestido blanco con el que he venido parece de novia moderna; y al estar Raph con traje simula al novio. De todos modos, a él este detalle no parece importarle.
Todavía sigo sin saber hacia dónde nos dirigimos. Raph no quiso decirme una palabra, ni siquiera alguna pista, así que nuestro destino es un misterio para mí. Lo único que él ha dicho, para calmar de alguna manera mi curiosidad, es que el lugar está cerca al teatro así que no necesitaremos ninguna clase de transporte.
—¿Y tus padres? —pregunto de repente al recordar que nos fuimos sin avisarle a nadie—. ¿Qué pensarán cuando vean que no estás?
—Ralph se encargará de eso.
Su respuesta tan impávida me sorprende, pero no me tranquiliza del todo.
—¿Y la prensa? ¿Hablarán mal de ti por desaparecerte de la nada en este día tan especial?
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Buscando tu mirada [SB#1]
Teen FictionAprobar los exámenes bimestrales con buenas calificaciones es la única preocupación de Nadia, una risueña adolescente con notas desastrosas. Convencida de que debe hacer algo al respecto, acepta el consejo de sus profesores y busca ayuda de la perso...