37| Castigo y tal vez un beso

6.1K 553 315
                                    

Permanezco quieta aún con la cabeza casi apoyada en el hombro de Raph por unos segundos que parecen una eternidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Permanezco quieta aún con la cabeza casi apoyada en el hombro de Raph por unos segundos que parecen una eternidad. Varios pensamientos salen disparados de mi cabeza, varias emociones, varias preguntas que me hago a mí misma, pero que por supuesto no obtienen respuesta. Esto no es normal... Raph no habría hecho esto por su cuenta, ni siquiera estando bajo los efectos de alguna sustancia de dudosa procedencia. Es la última persona en este mundo que me quiere cerca a él, ¿como iba a abrazarme apenas me viera? Todo esto me lleva a pensar que tal vez, debido a su gran parecido, lo confundí con Ralph. Digo, este último al verme si me habría abrazado para felicitarme, porque si se tratara de su hermano es bastante probable que la situación hubiera sido al revés.

Así que debo tranquilizarme, porque definitivamente no se trata de Raph...

—Hussel —dice, quien más me temía, en voz baja.

O eso creía.

Apenas termina de hablar, me separa de él. Al hacerlo, noto que su vista se mantiene en algo que está detrás de mí.

Sigo su mirada y me giro solo para comprobar la causa de que prácticamente me haya abrazado. En el lugar donde estaba de pie hace unos segundos mientras tenía un colapso mental al darme cuenta de que no había traído regalo para ninguno de los dos cumpleañeros, ahora se encuentra desparramado lo que parece ser harina. Todo el piso frente a su puerta esta teñido de blanco. ¿Acaso era una trampa? Vuelvo a mirar a Raph. En su rostro no hay otra expresión más que la de siempre, aunque evita todo contacto visual conmigo. Lo que acaba de pasar lo hizo solo para evitar un escándalo, ya que definitivamente no me habría quedado callada al sentir caer harina sobre mí. Por un momento me decepciona que esa haya sido la causa de nuestro acercamiento.

—¡Valiente...! —exclama Ralph apareciendo por detrás de nosotros, pero su voz se va apagando al notar el desastre que hay en la entrada de su casa—. No me digas que... ¡Lo siento! Preparé esa trampa para Stephen, él dijo que ya estaba por llegar y creí que sería divertido.

Por su expresión sé que teme que me enoje o algo por el estilo, tomando en cuenta que si no hubiera sido por el rápido accionar del sabelotodo, en este momento yo estaría cubierta de harina el mismo día de mi cumpleaños. Pero, aquí entre nos... ¿Cómo podría enojarme si gracias a ese incidente estuve cerca de Raph una vez más en mi vida? No podría haber recibido un mejor regalo. A pesar de que internamente estoy saltando de felicidad, me muestro lo más tranquila posible ante los ojos de los gemelos, como si en realidad no hubiera significado nada para mí. A fin de cuentas, así es como tiene que ser; no debo permitir que mis sentimientos por Raphael Thompson se incrementen.

Él no me quiere de la misma manera.

Niego con la cabeza para apartar esos deprimentes pensamientos, siendo testigo de como después de que me acomodo en uno de los muebles, el gemelo elocuente comienza con su labor de limpiar el desastre que él mismo causó. Mientras lo observo, me doy cuenta de que nadie más se ha asomado por la sala en lo que llevo aquí, lo que me hace pensar que tal vez sus padres no están en casa. ¡Pero es el cumpleaños de sus dos hijos! ¿O tal vez planean sorprenderlos? De un momento a otro, escucho la puerta cerrarse. Ralph camina con el pedazo de tela, con el que estaba limpiando el suelo, en las manos y lo deposita luego en la basura. Acto seguido, se lava las manos y me informa que irá a comprar un aromatizante para la entrada, o de lo contrario esta seguirá oliendo a harina y huevo lo que resta de la semana. Me río ante lo último, pero lo único que logro es asentir. Antes de que se vaya, por fin me animo a felicitarle por su cumpleaños. Él se acerca a mí, me abraza y luego se va. Por primera vez desde que lo conocí, ya no siento que algo dentro de mí se enciende debido a su cercanía.

Buscando tu mirada [SB#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora