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Hola algodones, en esta oportunidad quiero primero dedicar este capítulo a la gente de Nicaragua, tal vez no sea tan significativo, pero para mí lo es, porque yo escribo mis historias con mucho cariño para todos mis lectores. Sé por lo que están pasando y quiero que sepan que espero de todo corazón que todo se solucione, sean fuertes, ya verán que pronto se solucionará. Mucho amor algodonezco para todxs ustedes.
No piensen que están solos, nunca lo han estado ni nunca lo estarán <3

Observo con detenimiento cada detalle presente en el rostro de Ralph —esto es ojos, labios, nariz, cejas, mejillas, lunares, color de piel, todo— tratando de encontrar algo, lo que sea, pero se me hace bastante difícil encontrarle una diferencia d...

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Observo con detenimiento cada detalle presente en el rostro de Ralph —esto es ojos, labios, nariz, cejas, mejillas, lunares, color de piel, todo— tratando de encontrar algo, lo que sea, pero se me hace bastante difícil encontrarle una diferencia de Raph. Sí, ya sé que son gemelos y que tal vez es por eso que no he hallado nada, pero aun así tiene que haber algo que los distinga físicamente, ¿no?

Quiero decir, ¿cómo es que pude pensar que la persona que estaba sonriéndome tan alegremente podría ser tan siquiera el huraño sabelotodo que tengo por compañero? Ese que hasta el momento no me ha regalado ninguna sonrisa ni ha hecho el intento de hacerlo.

Muy mal, Nadia.

Llevo más de tres días sentándome a su lado y fuera de eso, conozco a Raph desde hace ya varios años, así que no hay razón ni excusa que yo pueda poner para resarcir lo que acabo de hacer. Si Ralph no decía quién era y actuaba conmigo como lo hace su hermano es probable que hubiera tardado un poco más de tiempo en darme cuenta de que él no es mi compañero.

—Oye, pero no te quedes ahí afuera —dice de un momento a otro al verme mirarlo con recelo. Se hace a un lado de la puerta, dejándome el camino libre para poder adentrarme en el departamento de dos pisos—. Pasa, pasa, esta es tu casa.

Madre mía, este pseudo Raph es más amable que el verdadero. Me atrevería a decir, incluso, que es mucho mejor anfitrión.

—La verdad es que no quiero incomodar y ya me tengo que ir... Solo quería dejarle esto a Raph...ael.

Él mira mis manos con el folder y rueda los ojos. Seguramente debe estar pensando dentro de sí que quién es esta chica pelirroja tan desaliñada que llega como si nada a su casa preguntando por su hermano. Tal vez es igual o peor que Raph.

¡Tal vez es el gemelo malvado!

(Nota mental: Debo dejar de leer tantos libros de ese tipo.)

Pero no. Al parecer, nuevamente me equivoco.

—Anda, no seas modesta, adelante.

Ante su insistencia, termino aceptando pasar. Cuando lo hago, él cierra la puerta y se dirige hasta la cocina. Lo sigo solo porque no es mi deseo quedarme sola en su silenciosa sala. Tal vez pueda dejar aflorar mis técnicas de periodista aficionada con él y hacerle una serie de preguntas para entrar en confianza, ya saben, dejar salir a mi Nadia interior. Esa que ama interrogar a la gente, porque, sinceramente, si es hermano de Raph tiene que ser amigo mío también. Creo que solo así estaré más cerca de lograr mi objetivo.

Buscando tu mirada [SB#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora