Capítulo 5

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−¿Escuchas eso?− le preguntó Corny a su hermana, mientras estaba parada detrás de ella con las manos sobre sus hombros.

Bloom permaneció callada para intentar captar algún sonido, pero no escuchó nada.

−No. Hay puro silencio.

−¡Exacto!− dijo Corny con una sonrisa −. La mejor parte de ser una unicorn, es cuando al cumplir los 18 encontramos a nuestro unicornio guardián. Mamá me contaba cómo era esa sensación.

Con suaves empujones, Corny llevó al interior del corral a Bloom y ésta quedó maravillada con todos los unicornios que pastaban alrededor. Potrillos, garañones y viejitos. Los unicornios eran criaturas muy inteligentes, leales y gentiles. Durante cientos de años, los habitantes del Clan Unicorn, al llegar a la mayoría de edad se les permitía pasear por aquel corral y esperar a ser elegidos, no necesitaban nada, más que mantener alertas sus mentes, ya que, cuando un unicornio los eligiera, éste los llamaría telepáticamente, compartiendo una conexión espiritual eterna.

Bloom tomó la mano de Corny y mientras caminaban muy lentamente, los unicornios notaron su presencia. Pares y pares de ojos se posaban en las princesas, le tenían respeto y lealtad a la realeza, por lo que al notar lo que se proponían, algunos se acercaron con la esperanza de que surgiera la conexión.

Acariciando el pelaje de uno de ellos, Corny disfrutó la belleza de tan extraordinarias criaturas y analizó cada uno de los rasgos que la hacían similar a ellos, como el cabello blanco, los ojos grises y la elegancia con la que se desplazaban de un lado a otro. También eran unas de las criaturas más veloces en Tierra, y a Corny no le cupo la menor duda que tendría la mejor compañía en su camino hacia Skyfar.

Bloom acarició la cabeza de una potrilla entusiasta y por un momento pensó que quizá ella sería su futura guardiana cuando ambas fueran mayores.

−Ah, es hermosa− expresó Corny al ver a la potrilla tan interesada en su hermana −. Podría asegurar que tiene la misma edad que tú.

Bloom soltó una tierna risilla.

−Creo que le agrado.

−No lo creas. Es verdad− Corny se acercó junto a su hermana y acaricio la adorable cabecita de la potrilla, quien relinchaba con agudeza y golpeaba varias veces la hierba con su pezuña. Significaba que efectivamente les agradaba −. A puesto que esperará por ti otros cuatro años.

−Entonces yo también esperaré por ella.

Con un agudo relinchido, la potrilla se entusiasmó con esa promesa y como acto instintivo corrió alrededor de Bloom. Corny no quería interrumpir mientras las dos jugaban, así que con la confianza de que Bloom estaría bien, siguió avanzado entre los unicornios garañones, todos tan majestuosos y orgullosos de sí mismos. Algunos hicieron reverencia con una inclinación de cabeza al pasar la princesa y ella se los devolvió, pero ninguno se acercó lo suficiente.

Varias veces Corny se preguntaba si la fase de selección de guardianes era igual a la de otros clanes. Se imaginó por un momento como una dragon o una griffin, sin duda debía ser también un acontecimiento muy importante. Posiblemente la princesa Holy y el príncipe Petter ya tuvieran a sus propios guardianes, y Corny se sintió un poco intimidada al pensar que ella sería la novata en todo eso de compartir una conexión espiritual con su guardián y se preocupó por hacer el ridículo. ¿Qué pensarían de la futura soberana de Hornland?

Trató de ignorar sus pensamientos negativos y centró su atención en los sonidos de los unicornios al relinchar, al caminar con sus firmes pesuñas y al emitir unos ronroneos roncos al comunicarse entre ellos. Todos los olores y sonidos de la naturaleza reconfortaban a Corny y se preguntó por un momento cómo eran las antiguas tribus antes de la época de "La Salvación". Le era imposible visualizarse como una chica sin sus instintos unicorn.

Clan UnicornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora