Capítulo 19

567 87 4
                                    

Leo no podía entender por qué el unicornio y el grifo habían perdido los estribos de esa manera, pero en cuanto vio a la princesa Holy correr de nuevo al castillo, sospechó que ella sabía algo que ignoraba. Así que, con el disgusto de ver a los guardianes con los hocicos atados por la rasgada tela de seda, corrió en la misma dirección que la princesa. Algo le daba un mal presentimiento y quería averiguar de qué se trataba.

Cuando Holy se acercó hasta la puerta donde se hospedaba el coronel de Hornland, pegó su oído a la fina madera, con la esperanza de escuchar algo que aclarara sus dudas, y pronto percibió los sollozos de Corny. Tomó rápidamente el pomo de la puerta y abrió sin previó aviso, sobresaltando a Petter y Will.

Miro a Corny de rodillas en el piso y juntó las cejas confundida. El príncipe Petter se encontraba arrodillado junto a ella para tranquilizarla, pero al parecer nada de lo que le decía funcionaba. Holy se aproximó cautelosamente y miró de reojo a Will que luchaba por levantarse y ella se aclaró la garganta para llamar su atención. Éste la miró con la nariz arrugada por el dolor y Holy le lanzó una mirada de advertencia para que no se levantara. Lo que menos necesitaban en ese momento era que las heridas de Will volvieran a abrirse.

Se plantó en cuclillas junto a Corny y Petter y adoptó una expresión compasiva mientras aproximó su mano pecosa para acariciar la espalda de Corny.

−¿Qué le pasó a tu vestido?− preguntó Petter.

−Hubo algunos problemas en los establos− respondió sin gota de arrogancia en la voz, lo cual reconfortó a Petter.

Sin embargo, era muy extraño que aquel problema provocara el desgarre de su vestido, y fue cuando él se preguntó qué estaría haciendo ella y cuál fue ese problema. Además, no tenía sentido que la princesa arreglara un problema que los sirvientes no pudieran hacer.

−¿Qué clase de problemas?− inquirió.

Holy quería omitir el detalle de que tuvo que someter a sus guardianes de una manera no muy apropiada.

−No es importante. Lo que me interesa es saber lo que ocurrió aquí.

−No lo sabemos. Ella simplemente se miró en el espejo, como si quedara hipnotizada por él, y de repente lo hizo añicos− explicó Petter.

Su mirada pasó de Corny a los pedazos del espejo que colgaba de la pared y entornó los ojos. Estiró su brazo y tomó con cuidado un pedazo. Su mente viajaba en las posibles razones por las que Corny perdió el control, pero no llegó a ninguna conclusión. Al menos el asunto de los guardianes estaba resuelto. Obviamente detectaron la tensión de sus portadores y por ello estaban tan desesperados por acudir al llamado.

No se trataba solamente de la rebeldía de aquellas bestias y aquello le remordió la consciencia.

−Quieren venir por ella...− gimió Will todo dolorido.

Holy sabía exactamente lo que significaban aquellas palabras. Todos los que estaban al tanto del pasado de la familia real de Hornland lo sabían. Sin embargo, ella no iba a permitir que la princesa Corny escuchara al imprudente coronel. Así que se levantó rápidamente y caminó hacia la cama.

−No voy a permitir que ellos...− continuó Will, pero Holy le cubrió la boca con la mano. Él protestó con gimoteos que ella pasó por alto.

Leo entró poco después a la habitación y abrió sus ojos tan grandes como la luna cuando presenció la escena. Pronto entendió al igual que Holy el disturbio de los guardianes, pero no tenía idea de cómo actuar en esa situación, y aunque fuera poco profesional de un guardia real de Skyfar, sintió la necesidad de consolar a la princesa Holy de lo que sea que haya perturbado su bienestar.

Clan UnicornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora