Smoke aterrizó con elegancia frente a Corny y el batir de sus alas emitió una oleada de aire que alborotó los cabellos de Corny. Ésta levantó su mano a la altura de los ojos para protegerlos de la tierra y hojas que volaron a su alrededor. Entrecerró los ojos, levantó la barbilla y vio a la princesa Holy bajar del lomo de su dragona. Se preguntó qué se sentiría pasar la mayor parte del día flotando éntrelas nubes; sobre las casillas y las torres del castillo; sobre los océanos y las montañas; sintiendo el aire golpear con gentileza el rostro y presenciar cómo el sol de oculta al atardecer.
El pensamiento la estremeció.
Holy acarició el escamoso hocico de Smoke y ésta ronroneó, mientras de sus fosas nasales escapaban pequeñas nubes de humo. Corny se incomodó un poco. Aquel ronroneo le indicaba que la dragona liberaría su aliento de fuego, y la idea de estar cerca cuando pasara, no le agradaba mucho. Aún así, Corny se alisó el vestido que le obsequió la reina Aria, e irguió la espalda después de aclararse la garganta.
−Princesa Corny, no es necesario que guarde los protocolos en mi presencia− digo Holy cuando se plantó frente a ella.
Corny se sonrojó un poco y se llevó las manos a la espalda, sonriendo incómoda.
−Lo siento.
−No te disculpes− le pidió Holy −. La verdad yo odio los protocolos. Sé que como princesa es mi deber imponer el ejemplo por la educación, pero en realidad lo único de real que tengo; es mi real falta de interés por las reglas.
Ese comentario si le sacó una pequeña carcajada a Corny y Holy se enorgulleció de sí misma.
−¿Entonces tus padres no te han preparado para cuidar del reino en su ausencia?
−Oh por supuesto que lo hicieron− un gesto de asco apareció en su rostro −. Desde los 12 años hasta que cumplí los 17, se me dio toda la educación, principios y protocolos de una princesa, pero la verdad nunca fui lo que ellos deseaban− confesó mientras sacaba la espada de su funda pegada a su cinturón y comenzó a maniobrar como si estuviera peleando con alguien −. Ellos querían que practicara con mis sirvientes a dar discursos, a establecer una proclamación, cuando yo en realidad los obligaba a luchar conmigo, cada uno con su respectiva espada de madera.
Las mejillas de Corny se elevaron con su sincera sonrisa y disfrutó ver los ágiles y letales movimientos de Holy mientras peleaba con un contrincante imaginario.
−Pues en el estadio se les veía orgullosos a tus padres− inquirió Corny.
−Yo sé que están orgullosos. Cuando se dieron cuenta de que lo mío era luchar junto a nuestros guerreros, me permitieron entrenar con ellos luego de concluir con todas mis responsabilidades− clavó su espada en el césped con ambas manos sobre el mango y su mirada permaneció en el filo de su espada.
Extrañando la calidez en sus brazos, Corny se abrazó a sí misma. Recordó las miles de veces en que tomar algún hobbie en su niñez −poco después de que su madre falleciera−, y cada vez que lo intentaba, su padre la reprendía y obligaba volver a sus lecciones. Sólo a su hermana Bloom se le permitía faltar a sus deberes de vez en cuando y podía ir y venir del castillo hasta el pueblo para jugar con los niños. El joven hijo del panadero la invitaba a hornear postres; la hija de la costurera le enseño a bordar las finas telas de ceda; la hija del granjero la llevó a cosechar las ciruelas más dulces de su huerto; y el hijo del minero le regaló una corona de metal con un pequeño diamante en el centro.
Injustamente, su hermana tenía −y tiene− la libertad de probar cosas que una princesa no debería de hacer. Tenía la vida feliz que Corny siempre quiso y a veces sintió envidia. Pero el hecho de que ella fuera la futura reina de Hornland y que su hermana estaría mejor con ella a su cuidado, le ayudaba a seguir su papel.
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Clan Unicorn
Fantasy[En edición] Primera parte de la Saga "Clanes" Existen cuatro elementos, que mantienen la paz sobre la Tierra. Pero uno de ellos ha desaparecido. Cuando el destino de tres reinos se ve amenazado por una terrible maldad, lo más sensato para sus gober...