Capítulo 1

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Era la hora del campaneo para anunciar el termino de otro exitoso mes para los habitantes de Hornland, el reino en el que viven los hechiceros más grandes sobre la Tierra, conocido como el Clan Unicorn. Todos los ciudadanos poseían magia que, al practicarla constantemente, avanzaban hasta llegar al llegar al máximo potencial de sus poderes, obtenían el título de hechiceros maestros. Aunque todos tenían la oportunidad, pocos practicaban su magia, ya que, con un reino lleno de paz y armonía, a la mayoría no les parecía necesario convertirse en algo más poderoso que unos simples ciudadanos.

Cornelia Dawn, era la princesa legítima del Clan Unicorn. Toda su vida se estuvo preparando para ser la siguiente en el trono a la ausencia de su padre, el rey Bruce Dawn, y a pesar de ser tan joven, con sólo dieciocho años de edad, Corny había aprendido todas las responsabilidades de una princesa justa y honorable. Ya tomaba algunas decisiones y estaba comprometida sobre el coronel Will Strong, que se ganó la confianza del rey y la mano de la princesa, al defender un grupo de aventureros del clan, ante el ataque de una mantícora al norte Hornland.

Ese día, Corny alisó su capa real de color turquesa, sus doncellas la arreglaron con el tradicional peinado y vestuario, y se dirigió a la terraza que tenía la vista de todo el reino. Dos soldados estaban a cada extremo de las puertas que daban a la terraza y cuando vieron la aproximación de la princesa, abrieron al mismo tiempo. El sol entró, con su esperanzador brillo y calor que reconfortada a Corny y le implantó una satisfecha sonrisa.

El coronel Will se acercó a ella y después de una reverencia, le regaló una sonrisa a su prometida.

−¿Lista para el campaneo, Corny?− expresó.

Corny contuvo la risa, se aclaró la garganta propiamente y se inclinó a susurrarle a Will.

−Recuerda el protocolo− comentó con una controlada sonrisa, digna de la realeza  −.Mientras tenga que hacer mis cosas de princesa, debemos actuar propiamente. Cuando acabe, podremos hablar normal− le guiñó el ojo.

Will asintió con un movimiento de cabeza y corrigió sus palabras después de poner los ojos en blanco. Él era un hombre de veinte años, y como tal, odiaba las formalidades; más con su prometida.

−Muy bien. ¿Lista para el campaneo, princesa Cornelia?

−Mucho mejor, y, sí, estoy lista para tocar las campanas, coronel William− dijo elegantemente, y riéndose internamente por las maneras en las que una princesa debía hablar.

Su prometido levantó un poco el codo y se ofreció en acompañarla al balcón real, donde la familia real daba los discursos de aliento para sus súbditos. Ella aceptó, lo tomó del brazo con sus manos enguantadas de terciopelo, del mismo color de su capa. A la orilla del mirador, se encontraron con el honorable rey y la pequeña princesa, Bloom; hermana menor de Corny, con tan sólo catorce años de edad. Lucían igual de elegantes con las prendas tradicionales, pues, no sólo se anunciaba el final del mes, sino que también celebraban el aniversario novecientos de "La Salvación", al igual que el Clan Dragon y el Clan Griffin.

Junto a Will, Corny admiró la vista de todos los ciudadanos que llenaban el aire de baladas y aplausos. Un soldado se acercó a la realeza con la campana real te plata y Corny se aclaró la garganta.

−Ciudadanos de Hornland, me complace anunciar el aniversario número novecientos en honor a nuestro ancestro, el Honorable Caleb, que junto a Stela del Clan Dragon, Jack del Clan Griffin y Catherine del Clan Phoenix, desterraron a los leviatán, y nos salvaron de la oscuridad− dicho esto, Corny tocó las cuatro campanadas, por los cuatro clanes que encontraron la paz.

Los ciudadanos gritaron y aplaudieron, los hechiceros reales lanzaron las linternas flotantes, y con ayuda de su magia, acomodaron cada una de ellas hasta formar el escudo real, que no era más que la silueta de la cabeza de un unicornio. Los soldados activaron los cañones de fuegos artificiales, mientras que toda la realeza saludaba a sus súbditos.

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