Capítulo 31

528 82 4
                                    

Ahora todos lo sabían, y era realmente imperativo que fuera así. Por mucho que a la princesa Corny le gustara mantener las cosas en secreto, la verdad sobre el mal que se desarrollaba dentro de ella, no fue asunto de juego. Al principio creyó que tendría el tiempo suficiente para afrontar la situación, pero si era cierto que sus días estaban contados, lo más probable es que la sed que se acumulaba en su garganta creciera, y antes de que siquiera pudiera ayudar a encontrar una solución, moriría.

No podía dejar que eso ocurriera. La vida de su única hermana y la de todo un reino, estaban puestas en sus pálidas manos. Ya no tendría la oportunidad de todo lo que deseaba hacer; todo cuanto soñó desde que era una niña. Jamás se casaría con el hombre al que amaba, jamás vería la hermosa puesta de sol que daba paso a la noche en un reino equilibrado y jamás estaría presente para ver crecer a Bloom.

Sus piernas eran de gelatina. Los dolores pasaron, pero le costaba moverse, como si sus huesos fueran tan frágiles como las delgadas ramas de un árbol, y que, con cualquier esfuerzo, se quebrarían. La comida debía ser llevada a su cama, y por más que su hermana intentaba usar un hechizo de curación para hacerla sentir mejor, la magia Arium bloqueaba todas las medidas mágicas unicorn que quisieran provocar un cambio en ella; sin importar lo bueno o lo malo.

Cuando Corny se sintió lo suficientemente fuerte para levantarse, con ayuda de Bloom, se vistió lo más presentable que pudo y salió de su alcoba. Le preocupaba desfallecer con cada paso que dio hacia la sala de reuniones, en donde solicitó una audiencia con el rey; dos días después de haber despertado.

Las puertas se abrieron de par con la presencia de la princesa, los guardias se inclinaron con una reverencia y finalmente, Corny apareció con la peor de las caras. Miró a la reina Aria y se desconcertó cuando ésta ahogó un grito, cubriendo su boca con las manos enguantadas de fino terciopelo y sus ojos se abrieron tanto que bien podrían salirse de sus orbitas. Giro su cabeza hacia el rey Noel, y de él sólo recibió una mirada apenada por la cruel situación de la princesa. Quiso sentirse mal consigo misma por un momento, pero ya no tenía tiempo para los lamentos. Estaba furiosa de las personas en las que creía confiar, sabían la verdad: El rey Noel, la reina Aria, Holy, Petter... y los ancestros sabrán cuántos más.

Percibió al rey reincorporarse fuera de la silla principal en la mesa de reuniones y su mirada no presentó la más mínima gentileza, sino, la firmeza y decisión porque todo lo que saliera de su boca, fuera tomado en serio.

−Majestades− saludó cordialmente, y aunque la reina trató de ofrecer al menos una pequeña sonrisa, Corny no se la devolvió −. Creo que ya están muy al tanto de la situación, y me parece que no les correspondía ocultarme la verdad sobre mi madre.

−Princesa Corny, quisiera explicarle...− comenzó el rey, pero ella levantó su palma y lo interrumpió.

−Sin embargo, el motivo de su discreción innecesaria, no es lo que me interesa en este momento− titubeó por un momento, pero más allá de estar indignada, estaba dolida. Si tan sólo hubiera sabido la verdad desde el inicio, nada de aquello hubiera ocurrido, y de repente la invadieron las ganas de llorar. Pero sus ojos solo se humedecieron y continuó −. Lo que me interesa ahora, es el bien de mi pueblo, y justo ahora está bajo resguardo forzoso para proteger a los sobrevivientes al ataque de los leviatán.

Esperó que los reyes de Skyfar no insistieran con retomar el tema sobre su descendencia deshonrosa y así fue. Sus ojos se pusieron rojos, pidiendo a gritos derramar la primera lágrima, y cuando ésta descendió de su parpado inferior derecho, levantó sus dedos índice y medio, y se limpió la inoportuna evidencia de su debilidad emocional.

−Ayer fueron mandadas dos carretas con provisiones en alimento, personal de curación para los heridos y un sustento en armas para los soldados− informó el rey Noel.

Clan UnicornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora