Clan Unicorn

Capítulo 37

Mientras Petter se mantenía cautivo en la profundidad de sus pensamientos, Holy se detuvo de devorar un pastelillo que llevaba ahora en su mano derecha con los dedos cubiertos de glaseado y lo observó con curiosidad arrugando el ceño. Entornó los ojos y analizó el rostro de Petter con suma atención. Lo notaba ido, apartado del mundo real, ajeno a lo que pasaba alrededor, y ella deseaba saber desesperadamente qué era lo que lo perturbaba.

Su labio inferior sobresalió en un puchero, inclinando ligeramente la cabeza y pestañeando varias veces con la esperanza de poder penetrar su mente y saber exactamente las tantas cosas que pensaba. Incluso cualquier opinión, pensamiento, o deseo que él tuviera. Le intrigaba lo poco que conocía del príncipe Petter; lo único con lo que todos lo relacionaban, era como el joven príncipe que quedó huérfano al perder a sus padres en la época que Clawseld sufrió el primer brote "Resfriado de montañas", una enfermedad que se caracterizaba por el contagio a través de cualquier criatura que poseyera alas, y a pesar de que los unicorn quisieron ayudar con sus remedios curativos al Clan Griffin, para cuando llegaron, el rey y la reina ya habían fallecido.

Desde entonces el reino de Clawseld permaneció al mando del consejero real, hasta que el primogénito heredero a la corona llegara a la edad para sentarse en el trono. Hasta donde ella sabía, el dichoso consejero fue quien crió a Petter y lo guió en su camino como futuro rey de los griffin. Pero eso era todo. Fuera de ello, nadie más supo cómo fue para el príncipe la perdida de sus padres. Siempre fue formal y misterioso en cuanto a su vida personal.

Por todo lo que había escuchado, era un hombre que solo se le veía en conferencias reales y fuera de eso, se encerraba en el aislamiento que le ofrecía su castillo. Una persona de lo más misteriosa e indiferente a emociones. «O eso es lo que quiere aparentar», pensó Holy. Y fue lo que logró comprobar cuando llevó a Corny a Petter a la fiesta en el pueblo. Él se había divertido, con sonrisas sinceras, y le gustó la alegría que emanaba su rostro; le gustaba cuando sonreía; y le gustaba lo importante que era su pueblo para él.

–Recuerdo la primera vez que logré sostener una llama– comenzó ella con la mirada fija en el pastelillo.

Petter agitó un poco su cabeza, saliendo de sus pensamientos y la miró.

–¿Qué?

–Tenía 10 años cuando logré soplar mi primera llama de fuego– una sonrisa orgullosa y nostálgica apareció en su pecoso rostro –. Creo que fue cuando decidí que luchar en grandes batallas era lo mío.

–Ah, ¿sí?– al principió no mostró mucho interés, pero aun así ella asintió.

–Ya sabes. Los dragon soltamos nuestra primera llama cuando nos exponemos por primera vez a emociones apasionales, y así como todos, yo lo viví.

–¿Cómo fue?– Petter cerró sus alas alrededor detrás de su espalda con un estremecimiento y cruzó los brazos, recargando sus codos en la mesa.

Recordarlo le provocaba una sonrisa en el rostro a Holy. Lo que más deseaba cuando era pequeña era ser tan valiente y fuerte como guardias del reino. Deseaba pelear en grandes batallas para proteger a su reino, y, sobre todo, manifestar que las mujeres podían ser igual de capaces en defenderse por su propia cuenta.

–Pues intentaba imitar los movimientos que hacían los guardias mientras entrenaban sus artes marciales y simplemente, cuando me dispuse a tratar de pelear con un muñeco de entrenamiento, atesté una patada giratoria en el rostro del muñeco y por instinto, la chisma cruzó de golpe mi garganta y soplé tan fuerte, que la madera del muñeco terminó por convertirse en cenizas.

Se llevó el último bocado de pastelillo a los labios, y mientras masticaba, su mente se volvió un libro de ilustraciones sobre su infancia. Jamás olvidó la sensación de determinación cada vez que espiaba a los guardias reales durante sus largas jornadas de adiestramiento. Ágiles movimientos en combinación las armas fabricadas por los mejores herreros del reino, los transformaba en los grandes héroes de Skyfar. Siempre listos para acudir en necesidad del pueblo.