Capítulo 16

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Los rumores eran ciertos y Corny tuvo la oportunidad de comprobarlos. La princesa Holy era una guerrera muy talentosa en el campo y pudo con cada reto de la competición; pelea de espadas, la arquería montando un dragón y, por último, venció a la mantícora. Corny quedó verdaderamente desconcertada por la agilidad y destreza de la única chica que peleaba allá por una medalla de oro.

Los gritos fueron fuertes; aplausos, porras. Cada habitante dragon de verdad esperaba que la princesa Holy lo lograra y así fue.

Cuando terminó la competencia, el rey ofreció unas bellas palabras de felicitación a su hija y le entregó sin más preámbulo su medalla de oro que Holy recibió orgullosa y con una sonrisa en su atractivo rostro. Corny pensó que su pueblo merecía una celebración digna para que todos sus súbditos se diviertan y salgan un poco de su rutinaria vida de trabajo, así que lo dejó como un pendiente en su lista mental.

 Corny pensó que su pueblo merecía una celebración digna para que todos sus súbditos se diviertan y salgan un poco de su rutinaria vida de trabajo, así que lo dejó como un pendiente en su lista mental

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Para celebrar, el rey organizó una cena para todos los de la corte, pero Corny no estaba muy de acuerdo. Lo que deseaba era hablar de los rumores sobre el regreso de los leviatán y cómo o cuál sería el medio de defensa para las tres naciones. Por eso estaba ahí; su pueblo necesitaba seguridad garantizada para que el pánico no invadiera el juicio de todos. Pero no dijo, simplemente acompañó a la reina al salón donde se daría el banquete y le asignaron un lugar en la gran mesa real junto al príncipe Petter, que aún no aparecía.

Se quedó mirando por un momento los cubiertos, hasta que una voz llamó su atención. Era la princesa Holy. Sólo que ahora no portaba una armadura, sino un sencillo vestido que a simple vista parecía ser una prenda cómoda y lo suficientemente elástica para realizar toda clase de movimientos.

−Así que tú eres la princesa de Hornland− inquirió con una sonrisa y voz un tanto egocéntrica.

Corny tardó un poco en responder y agitó un poco su cabeza para concentrarse.

−Puedes llamarme Corny− titubeó un poco.

−Bueno, creo que tú ya sabes mi nombre, así que me saltaré la presentación.

Holy se sentó junto a Corny en la mesa y comentó:

−De verdad eres toda una sensación aquí− Corny la miró confundida −. Eres la primera unicorn que viene aquí en mucho tiempo− aclara −. Mis padres hablaban mucho del Rey Bruce y de su última carta. De hecho, creíamos en realidad de que él vendría, pero me alegra que viniera alguien más joven.

Corny sonrió un poco nerviosa y se puso un mechón de cabello blanco detrás de su oreja.

−He estado ocupada aprendiendo para el momento de adquirir el trono. Por eso tenía que ser yo la que viniera. Mi padre nos a criado a mi hermana y a mí a base de reglas y protocolos.

−¡Qué horrror!− inquirió Holy con expresión de asco.

Cubriendo su boca, Corny carcajeó discretamente cuando aparecieron los meseros sirviendo la comida en finos platos. El olor de los exquisitos alimentos penetró su olfato y su estómago comenzó a gruñirle y suplicarle algo que digerir. La boca se le hizo agua, pero supo disimularlo muy bien. Para esto fue educada.

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