10.

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[…] Días después.

Zayn suspiró cansado.

— Cállate Harry— gritó cansado.

— ¡Pero Zayn! Quiero saber a dónde me llevas — reproché, moviendo las manos a modo de protesta.

— No te lo voy a decir, cállate la maldita boca.

Abrí la puerta y salí de mi edificio con Zayn a mis espaldas, y pude visualizar el coche gris de su padre.

— No me digas que me vas a llevar a otra exposición de fotografía — cuestioné alarmado, después del poco éxito que tuvo esa visita.

— ¡No! Móntate en el jodido coche. No estaremos en la carretera más de diez minutos.

Obedecí a sus palabras, y me senté en el asiento del copiloto.

Pronto arrancamos. Durante el camino, Zayn tarareaba canciones de Nirvana de un disco que, probablemente, tenía más años que él mismo. Yo solo miraba por la ventana, y escuchaba a Zayn cantar. Lo hacía bastante bien, y yo amaba la música.

Estuvimos algo más de cinco minutos en el coche, cuando nos paramos frente a un edificio blanco y nuevo.

Frenó, apagó el motor, y se quedó sentado en el asiento del piloto. Sabía que iba a darme una noticia que no me iba a gustar.

— Habla antes de que me de un jodido infarto — advertí, impaciente.

— Cálmate Styles. Es que tengo miedo de que me partas el cuello cuando te diga dónde estamos.

— ¿Hablarás ya si te prometo que no te mataré?

Lo prometía, pero era posible que no lo cumpliese.

— ¿Lo prometes?— preguntó esperanzado.

— Si.Pero habla ya, joder.

— Bien, bien— se calmó—. Te he traído a un grupo... Un grupo de apoyo. Algo así como un grupo de gente que te va a ayudar a recuperarte...

Mi ceño cayó agresivamente, y apreté el sillón del coche con fuerza, apretando la mandíbula.

— ¿Cuántas veces te tengo que decir que estoy recuperado? ¿¡Cuántas!?— grité, con la respiración agitada a causa del enfado.

— Harry por favor. Son personas con los mismos problemas que tú, que quieren hablar y ayudarse mutuamente.

— No voy a hacer eso, qué vergüenza.

Intenté abrir la puerta del coche para irme de ahí, pero tenía el seguro puesto y solo Zayn podía dejarme salir.
Me crucé de brazos, frustrado.

— Harry, tienes que ir, al menos por hoy. Es la primera sesión, vas a ir, y si no te gusta, no vas más. Pero ve al menos hoy, por favor. No te van a matar o algo. Te mataré yo si no lo haces.

Veía a Zayn muy convencido de sus palabras, y tal vez tenía razón.
No tenía ganas de hablar de mis problemas, pero iba a ir al menos una vez para no faltarle el respeto a Zayn, el cuál se había tomado la molestia de apuntarme a aquel grupo.

Suspiré.
— Está bien Zayn, entraré ahí, pero solo por hoy. En cuanto esta mierda acabe, vendré y te patearé el trasero.

— ¡Bien! Te lo pasarás bien, ya lo verás — gritó y le quitó el seguro a las puertas—. Me quedaré aquí para cuando salgas.

Asentí y salí inseguro del coche.
A pesar de parecer una persona segura y extrovertida, realmente era inseguro, tímido y siempre tenía un atisbo de ansiedad que no me dejaba sentir como una persona normal.

In My BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora