Me había quedado dormido en mi sillón.
Cuando llegué al apartamento esa noche el mundo se me cayó encima. Todo parecía perder sentido para mí.
La casa se sentía demasiado fría, demasiado vacía.
Había olvidado completamente como se sentía la soledad. Con Louis en casa las cosas habían mejorado, y la ausencia de Zayn se había hecho un poco más liviana.
Pero sin Louis allí, nada era igual.
Lo echaba de menos a él, y más aún a mi mejor amigo.Caí al suelo de rodillas y comencé a llorar. El pecho me ardía, las manos me temblaban y las piernas comenzaban a dolerme por tan extraña postura. Pero lo que más me dolía era el corazón. A pesar de que en el fondo sabía que Louis debía irse, una parte de mí aún tenía esperanzas de que me perdonase.
Lo seguía queriendo como a mi propia vida.Cuando conseguí calmarme me senté a duras penas en el sillón y comencé a contar ovejas para quedarme dormido, pero tan solo pude contar todas las decepciones que había dado durante mi vida, que no eran pocas.
La noche se me hizo eterna porque quería dormir, pero a la vez deseaba tener los ojos abiertos por si Louis volvía o decidia llamarme. Me llevé una decepción conmigo mismo porque, más tarde, me daría cuenta de que eso no ocurriría.
Además me percaté de que había llevado consigo el paquete de cigarrillos que yo le había comprado puesto que ya no se hayaba sobre la mesa del salón, donde yo lo había dejado antes de salir de casa.
Luego caí rendido ante los pies de Morfeo y no pude soñar en nada, tan solo descansé y por unos instantes dejé de pensar en todo lo malo que me había ocurrido.
[...]
Desperté desorientado. Lo primero que pensé al abrir los ojos fue que había dormido en la calle o algo así, pero al rato me percaté de que estaba en mi querido sillón.
Traté de estirar los brazos para desentumecerme, y el cuello me dolía muchísimo por haber dormido en ese reducido espacio. Me golpeé mentalmente por ser tan idiota.De repente recordé todo lo que había pasado la noche anterior y un vacío existencial me golpeó tan fuerte como nunca antes. Fue entonces cuando un dolor agudo y ansioso se instaló en mi pecho y el miedo comenzó a recorrer mi cuerpo.
Sí. Tenía miedo porque,
me había quedado solo.
Otra vez volvíamos al principio de la historia.
Estaba solo como al inicio de todo.
¿Sería eso una señal para volver a intentar quitarme la vida?
Tal vez mi destino era estar solo, y por eso siempre acababa igual.Suspiré para intentar calmar la ansiedad que se había instalado en mi caja torácica y pasé mis manos por toda mi cara en un intento desesperado de no perder los nervios.
Oh mierda, me encontraba fatal.Mi primer pensamiento al ponerme de pie fue hacer café, pero era ya casi mediodía.
Busqué entre los cajones de mis muebles un paquete de cigarrillos, y cuando di con uno de esos pequeños diablos me lo llevé a los labios.
Sé que había dicho que no iba a volver a fumar, pero dicen que los viejos hábitos siempre vuelven, así que no pude poner resistencia ante eso.
El humo no tardó en invadir mis pulmones y por primera vez en mucho tiempo sentí esa paz y esa calma típicas de la nicotina.Volví al salón y miré mi teléfono como lo hacía habitualmente.
Tenía una llamada perdida de un número desconocido.¿Quién era y por qué me había llamado a las 4 de la mañana?
Decidí que la mejor opción era llamarlo de vuelta y aclarar las cosas, así que pulsé el número y comencé la llamada.
El sonido incómodo de la línea no cesó hasta que la otra persona descolgó la llamada, y entonces el silencio absoluto invadió la línea.— ¿Hola? ¿Quién eres? — fue lo único que se me ocurrió decir en ese momento cuando la duda y la incertidumbre me carcomían.
Al otro lado escuché una respiración agitada, como un sollozo.
— Yo... — era una voz femenina pero adulta, la cual me resultaba un poco familiar —, ¿eres Harry Styles?
Su voz era frágil y estaba entrecortada, pero hablaba lentamente como si sintiera miedo o angustia de algo, o tal vez de alguien.
Su voz me causó inseguridad.— Sí, soy yo — dije, y entonces puedo asegurar que oí como sus sollozos aumentaban —. ¿Quién eres?
— S-soy Gemma — susurró casi de forma inaudible.
En ese mismo instante, de pie en mi salón, pude sentir como el corazón se me paraba por largos segundos. Todo parecía volverse monótono y sin sentido.
¿Por qué Gemma me llamaba después de tantos años? ¿Por qué ahora?— Harry yo... — rompió el silencio incómodo que se había formado— me gustaría verte, ¿sabes? Quiero hablar contigo y aclarar las cosas. No sé si vas a querer, puedes negarte completamente, lo entiendo.
Al final le di mi dirección y colgué.
No me podía creer que Gemma me había llamado.
Habían pasado más de seis años desde la última vez que la había visto.
Su voz era más grave y más femenina, pero en ella seguía existiendo ese tono característico que la hacía única, y ese típico acento que los dos usábamos.No estaba enfadado con ella, no le guardaba rencor, ni mucho menos. Pero tenía una espina clavada aún, y había una pregunta que me hacía daño y que no me dejaba creer en ella con tranquilidad.
¿Por qué no se había puesto en contacto conmigo en todos esos años?
¿Por qué no me había buscado?Siempre había parecido que ella estaba del lado de mi madre, pero eramos hermanos... ¿De verdad querría hacerme daño?
Aunque de todas formas, mi madre también la había tratado mal, así que tal vez ella había aprendido lo suficiente sobre mi madre como para saber y darse cuenta de que ella no se merecia el amor de una familia.
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In My Blood
FanfictionPRÓXIMAMENTE EN MI PERFIL: En nuestra sangre (Adaptación de In My Blood) "In my blood" sigue la vida de Harry, un chico con adicciones que busca una salida para toda la miseria que apareció en su vida tras atravesar un trauma a los 14. Después de u...