14.

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Me desperté, y aún sin abrir los ojos, supe donde estaba perfectamente. Aquel lugar ya era conocido para mí.

Abrí los ojos finalmente y me acostumbré a la claridad mañanera que entraba por la ventana, que estaba abierta de par en par.

Oh mierda.

La cabeza me dolía como el infierno y no podía mantener los ojos abiertos por mucho tiempo, porque sentía que se me quemaba la córnea.

Vi en mi mesa algo de ropa, y mi cámara de fotos. Supuse que aquello lo había traído Zayn.

Con el ceño fruncido y los ojos achinados le eché una ligera vista a la habitación. No había ni rastro del moreno. Probablemente había ido a casa y me habría traído las cosas mientras yo dormía.

Me sentía muy mal. Él no merecía todo lo que yo le hacía.
Se había esforzado durante 7 años para que yo dejase de ser la mieda en la que me había convertido con el tiempo, y yo se lo devolvía así, dándole disgustos.
Era un mal amigo.

Tomé el botón rojo que había junto al cabecero de mi cama de hospital y lo pulsé, para que segundos después llegase una enfermera.

— Buenos días Harry. ¿Como amaneciste?— preguntó simpática la mujer regordeta, cargando con ella una bandeja, probablemente con comida.

— Como una jodida mierda. Me duele la cabeza— gruñí, masajeando mis sienes.

— Es normal cielo. Te hicieron una limpieza de estómago anoche y dormiste unas seis horas seguidas, pero estás bien. Es la segunda vez que estás aquí en un mes, ¿cierto?

Me encogí de hombros. No quería recordarlo.
Ella dejó la bandeja en la mesa auxiliar que había a mi lado.

— Es el desayuno, supuse que tendrías ham...

— No— la corté—, puedes llevarte la bandeja. No comeré.

— Harry, come un poco. Estás débil. Además, son órdenes del doctor.

— ¡Que no!

Instintivamente apreté la mandíbula y fruncí el ceño. Odiaba que me insistieran.

La mujer se quedó callada ante mi grito. Suspiró frustrada, y agarró la bandeja nuevamente.

— Está bien. Le diré a Zayn que entre, lleva toda la noche esperando fuera.

Sabía lo que me esperaba. Sabía que Zayn me echaría la bronca, me daría un sermón, se lamentaría de lo que hice y me daría una paliza, por último.

Bueno, tal vez había exagerado un poco.

Cuando la mujer se marchó, me incorporé un poco más en el colchón, y segundos después entró Zayn muy serio. Sin pararse a saludar, se abalanzó sobre mí para abrazarme.

Oh Zayn mierda, ten cuidado joder, casi me arrancas la vía del brazo.

Él comenzó a reír, y se separó con sumo cuidado.

— Lo siento tío— me dijo sonriente, pero pronto se puso serio—. Oh no, no lo siento. ¿Cómo lo voy a sentir, después de lo que me hiciste ayer? Eres una mierda Styles. Una jodida y gran mierda.

Comencé a reír. No sabía si estaba hablando en serio, o solo haciéndome reír.

— ¡Deja de reirte!— gritó, y su semblante se puso serio—. Ya es en serio Harry. Ayer hablé con tu tía mientras tú estabas en quirófano. Me contó lo que había... Pasado, bueno, ya sabes, y le conté lo que habías hecho. Ojalá supieses como se puso tu tía. ¡Joder! Lloró más que la última vez que estuvimos aquí. Lloró muchísimo y yo no sabía como consolarla. Lo pasé muy mal.

In My BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora