"Cuando la oportunidad se presente"
Soy Kayla Miller, vivo en Great Town con mis padres, han pasado dos años desde que salí de la escuela, creo estarme convirtiendo en una carga para mis padres.
Volví a casa después de dejar un currículum en todos los lugares que pude, aunque no tengo ninguna esperanza de ser contratada, ya que mi currículum está mas vacío que la refrigeradora.
Ordené una pizza personal, pensé en invitar a Jessica, luego recordé que ya no sabe de mi existencia.
- Hola pequeña- me puse a la altura de la jaula- ¿tienes hambre?- silencio- bien, porque se acabaron tus nueces- sí, es una ardilla.
No es normal, pero la rescaté una tarde, cuando la vi en el parque, desde entonces se convirtió en mi mascota. Y no soy cruel, ella sale de la jaula cuando quiere, y vuelve para dormir.
Tomé asiento en el sofá, creo que la pizza tardará unos quince minutos en llegar, así que decido encender la televisión. Busco en la misma algo de mi agrado, pero en realidad, no hay nada.
- Ojalá pagaran el internet, así no estaría pasando esto- me quejé molesta. Mis padres no pagan sus deudas, no lo comprendo, mi padre tiene un buen trabajo, aún así, hay mas deudas que comida.
El sonido del timbre me tomó por sorpresa, aún no habían pasado cinco minutos, parece que cambiaron el transporte de la pizza por un auto volador.
Me levanté y fui a recibir mi pizza- Aquí tie...- mis palabras quedaron en el aire al ver que quien estaba en la puerta no era el repartidor de pizza, sino mi madre- ¿que haces aquí?- la miré con el entrecejo fruncido.
- Solo apartate de la puerta- me empujó a un lado adentrándose a la casa, el olor a alcohol inundó mis fosas nasales, me quedé por un momento en la puerta asimilando la situación.
Es inevitable sentir decepción en éste momento, ver a tu madre borracha no es algo fácil de digerir, siquiera puede pasar por tu garganta, es exactamente lo que me pasa ahora al intentar contener las lágrimas.
Cerré la puerta y me giré para hacerle frente- ¿porque estás borracha?- pregunté secamente.
- No es algo que te incumba, tu ocupate de tus asuntos- me miró con desprecio- si es que los tienes- añadió con burla.
- ¡Tu que sabes!- la seguí hasta su habitación- ¡no estás presente en mi vida como para saberlo!- ella se volteó con un gesto de desagrado.
- Tampoco es que me interese estarlo- abrí mi boca para responder, pero las palabras nunca aparecieron- y ya lanza a ese roedor fuera de aquí, o lo haré yo misma- entró a su habitación y luego cerró su puerta en mi cara.
Esto no está pasando, me niego a creer que esto es real, debería ser un mal sueño, por favor, si es así, ya quiero despertar.
No es la primera vez que llega borracha a casa, sin embargo, si es la primera vez que me ofende de esa manera. Creo que fue muy honesta, hay una suposición de que la persona al tener alcohol en su organismo, se sincera, y aunque ella siempre a demostrado que no le importo, nunca lo había confesado tan secamente.
Me dirigí hacia la puerta con la intención de irme y no volver, sin embargo, al estar con el picaporte en mis manos, mi valor se esfuma. ¿Que gano fingiendo que puedo irme?, al final, siempre vuelvo a torpezar con la misma piedra, el miedo.
No soy una persona muy independiente, me asusta la idea de enfrentar el mundo sola, pero estoy segura de una cosa, cuando tenga la oportunidad de hacerlo, escapar de ésta jaula que para muchos es un cálido hogar, la tomaré sin titubear.
Caí incada frente a la puerta, las lágrimas corrieron rebeldes por mis mejillas- Dios- cerré mis ojos- ayudame a salir de aquí- apreté mis puños.
El timbre sonó nuevamente, me quedé unos segundos mirando la puerta, me levanté del suelo mientras limpiaba las lágrimas, me forcé a sonreír incluso antes de abrir la puerta.
- Una pizza mediana- parece ser bastante joven- firme aquí- miré el papel sobre la caja, él me extendió el lápiz.
- Claro- lo tomé, firmé rápidamente, tomé la pizza, estaba por cerrar la puerta hasta que el chico me detuvo, lo miré con confusión.
- Yo, eh... Soy Josua- sonrió nervioso, mis rostro de repente se tornó serio.
- Bien, Josua, ahora permite que cierre la puerta- intenté ser lo más amable posible.
- Me preguntaba si- lo interrumpí evitándole así, que haga un gran ridículo.
- No estoy interesada en nada ni nadie, lo siento- parecen haberle chocado mis palabras.
Apartó su mano lentamente, entonces, cerré la puerta- eso no era parte del pedido- rodé mis ojos.
Yo considero que, muchas veces es mejor rechazar algo que no deseas directamente, antes de dar aunque sea una mínima esperanza. Puede parecer desagradable mi rechazo, pero ser honesta es una de mis cualidades.
Y es la verdad no estoy interesada en nadie, así que, al final, le hice un favor. ¿Porque le habrían de doler mis palabras? él no me conoce.
Comí dos pedazos de pizza, lo demás lo guardé para sobrevivir mañana.
Decidí ir a la biblioteca, mi único lugar de tranquilidad, en donde puedo leer sin que nadie me interrumpa ni haga propuestas infantiles.
Antes de salir de casa, verifique que mi madre estuviera dormida, de lo contrario, sería mas difícil tan solo el hecho de respirar.
Llegué a la biblioteca, tenía mis auriculares conectados, escuchaba mi canción preferida. Me dirigí a la estantería, levanté el libro que ocultaba otro debajo, si no lo escondía, probablemente al llegar, alguien más lo estaría leyendo, y sería difícil que además de no poder hacerlo en casa, tampoco pueda leer aquí.
Tomé asiento en la misma mesa de siempre, al lado de la ventana con vista hacia la calle, llevaba conmigo el café que compré de camino, hoy parece ser un dia bastante lluvioso, y éste mi lugar de refugio mas cálido.
Nota de autora
Los personajes de éste libro están en mi instagram, el link está en mi perfil. Igual, aquí os dejo el nombre del mismo.
(Wattpadalison)
Te pido que, si te gusta el capítulo, votes. Se que a veces da pereza, lo se, porque también leo libros, pero ahora que escribo libros, veo lo importante que es para el escritor que los lectores voten en los capítulos, por esa razón, voto en cada capítulo que leo.
¡Disfruta la lectura!
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TU PRESENCIA [Sin Editar]
Teen FictionMuchas cosas alrededor de mi vida han construido mi persona, no soy igual que las demás chicas de 19 años, que su mayor deseo es enamorarse y casarse. El mío es trabajar y ser independiente. Tengo un trabajo de medio tiempo, lo que implica 6 horas...