"Hijos, nietos y además adoptados"
Trabajé por tres semanas y aún nose en donde está Grenda, tampoco si ella está bien, lo cual es lo que más me preocupa.
La pequeña campana me sacó de mis pensamientos- la mesa 13 Kayla- Yuliana, la cocinera, me entregó los platillos por la ventana.
Los tomé y me dirigí a la mesa correspondiente. Mientras me acercaba, no pude evitar echar un pequeño vistazo a la comida que llevaba, eran las 12:00 pm, y aún no terminaba de trabajar, con la comida de éste restaurante es imposible no babear.
Entregué la comida por el lado derecho de la mesa- gracias- dijo el chico apartando su refresco para dar espacio a su pescado frito- ¿me traerías un vaso con agua fría?.
- Claro- respondí amablemente.
Entonces me retiré por donde vine, por su vaso con agua -¿No puede simplemente saciar su sed con el refresco que ya tiene?- pensé.
Conseguí el agua y me dirigí de nuevo a su mesa- Aquí tiene- coloqué el vaso con cuidado de no derramar el agua, entonces me percaté de que el chico miraba mi pecho- oye- dije para llamar su atención- ¿me has hecho traer cinco vasos de agua sólo para mirar?- él me miró algo nervioso.
- Lo siento, no lo confundas, sólo intentaba leer tu nombre- levanté una ceja incrédula, miré mi delantal, y si, allí estaba mi nombre.
- No lo necesitas para comer, ¿o si?- me volteé para irme de allí pero él me detuvo, me solté de su agarre- ¿que quieres?.
- ¿Eres Kayla, cierto?- no respondí- ¿tu eres quien cuida de Grenda?- entonces su nombre llamó mi atención.
- ¿Que sabes de ella?- el curvó sus labios esbozando una sonrisa, supuse que nada bueno.
- Quizás ya sepas que está en el hospital- sus palabras causaron que mi corazón se detuviera.
- ¡Kayla!- gritó Yuliana tocando la campana repetidas veces.
- Vamos por un café- dije antes de marcharme.
Cuando terminé de trabajar, salí y allí estaba el chico esperándome- si te confías de esto para hacer una estupidez juro que...
- Descuida- sonrió- ella es muy importante para mí- lo miré dudosa- vamos, sube- señaló su auto con la cabeza.
Él parece confiable, además, si fuera un secuestrador necesitaría a otro chico más, ya que puedo asegurar que podría ganarle en una pelea.
Nos dirigimos a la cafetería más cercana, agradecí mentalmente que no fueramos a "súper café" no quisiera tener que aguantar una Lisy haciendo preguntas.
Entramos en la cafetería y cuando tomamos asiento, no esperé a pedir un café para comenzar la conversación- ¿que le sucedió?- pregunté con preocupación, la cual estuve soportando por 20 minutos.
- Tranquila, ella está bien, pronto le darán el alta- de repente, mis emociones se revolvieron.
- ¿Porque ella no me dijo nada? ¡pude haber ido a visitarla!- él miró a su alrededor a causa de las miradas.
- Sufrió un infarto, pero descuida Kay...
- ¡Y realmente no me dijo nada!- él se sobresaltó, y entonces pasó de nuevo- lo siento- dije riendo.
Estoy tan alterada tanto como perturbada, las emociones me confunden hasta a mi, pero aunque puede que parezca muy dramática, no lo soy, Grenda, la persona que está antes que mi madre, pudo haber muerto, y yo no estuve ahí para ella, pero ella si para mi cada vez que pudo.
- ¿Puedo continuar?- inquirió, y yo asentí con la cabeza- ella creía que no sobreviviría, por lo que te quiso evitar más sufrimiento del necesario- abrí mi boca para protestar pero el alzó su dedo impidiéndolo- ella te ama, y si lo vez desde su punto de vista, tu habrías hecho lo mismo. Para su sorpresa, se recuperó, y ahora que se siente mejor decidió que podía hacértelo saber- entonces una pregunta surgió.
- ¿Quien eres?.
- Su nieto.
- ¿Que?- dije incrédula- ella vive sola.
- No dije que viviera con ella, por ahora.
- Ella nunca te mencionó- dije algo desconfiada.
- Tal vez porque ella no sabía de mi existencia.
- Tampoco dijo que tenía una hija.
- No la tiene, soy adoptado por su hijo- esto me está quitando el apetito.
- Ella no...
- Mira Kayla, si quieres puedes ir a verla hoy, pero si la vas a interrogar de ésta manera será mejor que vayas otro día.
- ¿Que desean?- interrumpió la mesera, él y yo, nos mirabamos fijamente, mientras yo buscaba un sigo de mentira en él, él se encargó de pedir mi café- ¿solamente?- preguntó preparada para irse.
- Si- respondí, sin éxito alguno de mi detector de mentiras- de acuerdo, iré- miré hacia otra parte.
- Bien, yo te llevaré- lo miré ahora mas relajada.
No podía esperar para ir a ver a Grenda, pero si no tomo un café, iré de mal humor y agotada, y eso no es lo que quiero que ella reciba de mi después de lo que pasó.
Tuve miedo antes de saber de esto, y ahora que lo sé, estoy aterrada- si llegara a perderla no lo soportaría- dije mientras miraba mi café.
- Me gustaría poder decirte que eso no pasará, pero ambos sabemos que todos moriremos algún día, y su día no está muy lejos- lo miré mal- se que es lo último que necesitas oír, pero no quiero tranquilizarte con palabras falsas, luego tendrás que enfrentar la realidad y entonces será aún mas difícil- tenía un nudo en la garganta que me impedía gritarle.
- No puedo ir ahora- susurré.
- ¿Porqué lo dices?- preguntó.
Las lágrimas comenzaron a brotar sin control alguno, él se levantó y luego se sentó a mi lado- ¿quieres ir a tomar aire?- no respondí, ya que, obviamente, lo necesitaba.
Ya era suficiente tomar café con un chico, y ahora estamos en una zona verde del parque. Siempre rechacé cualquier chico que se pusiera en frente, pero ésta vez es diferente, porque aunque él no es alguien por quien me sienta atraída, sin embargo, en éstos momentos está siendo el hombro que necesitaba, sí, estoy llorando sobre su hombro.
- ¿Te sientes mejor?- éste chico en verdad es pésimo cuando de consuelo se trata- sabes... Cuando supe que Grenda estaba en el hospital, lloré tanto como tú, llámame como quieras, yo no creo que llorar te haga menos hombre y ser un hielo seco te haga mas hombre. Eso es lo que mi padre me enseñó, mi madre murió cuatro años después de que me adoptaran, un accidente de auto, mi padre lloró tanto que no logré contenerme, y lloré junto a él. No es que antes de verlo no quisiera llorar, es sólo que, tenía miedo de que el se decepcionara de mi, pero, al final, comprendí que todos tenemos sentimientos, y no sólo por el qué dirán, debemos contenerlos. Cuando supe lo de Grenda, creí que también la perdería, así que lloré.
Aparté mi cabeza de su hombro para mirarlo- eso no estuvo mal- él me miró con una sonrisa.
- Menos mal que mi historia te consolara- reí y luego tape mi boca intentando detenerme.
- ¡Eso no es así!- lo golpeé en el hombro y él sonrió- es bueno saber que alguien sabe exactamente como te sientes.
- Losé, descuida.
Nos quedamos mirando el paisaje por un rato más antes de irnos.
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TU PRESENCIA [Sin Editar]
Teen FictionMuchas cosas alrededor de mi vida han construido mi persona, no soy igual que las demás chicas de 19 años, que su mayor deseo es enamorarse y casarse. El mío es trabajar y ser independiente. Tengo un trabajo de medio tiempo, lo que implica 6 horas...