Capítulo 11

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"La cita"

- ¿Disculpa, cuándo acepté tal cosa?- inquiri con desagrado.

- Por favor Kayla, te di cien grandes- rogó.

- Bien- rodé mis ojos.

- Te espero en McDonalds- dijo su hijo una vez que estábamos afuera.

- Creí que eras fino- dije con algo de alivio.

- Lo soy- dijo mientras abría la puerta de su auto- con las cosas importantes.

Es un total cretino, pero al menos tiene estilo, no cualquiera te lleva a comer hamburguesas en una cita, y además, te dice que no le importas. Parece que no somos muy distintos, ambos no buscamos él amor.

Por alguna extraña razón sentí un poco de remordimiento por haber dejado a Josua de esa manera en el trabajo- bueno, en realidad, ya no es mi trabajo- así que iré a despedirme, solamente porque me brindó su ayuda.

Una vez que estaba frente al local, abrí la puerta dudosa, mi ex jefa no debe verme por aquí. Mientras mas me acercaba, escuchaba cada vez más unas voces que procedían de la cocina.

- ¿Josua?- pregunté antes de abrir la puerta.

No recibí una respuesta, así que sin más ni menos me arriesgué a entrar completamente y ver de que se trataba tanto misterio. Lo primero que llegué a visualizar, fue a una chica tomando el cuello de Josua mientras lo besaba.

- Oh, disculpa- al escucharme, Josua la separó de él y me miró avergonzado- sólo vine a...

- Espera afuera, pronto saldré- abrí la boca apunto de negarme a su petición, ya que lo que pensaba hacer sería rápido y no necesitaba que él me diera más que cinco segundos de su tiempo- por favor- insistió.

- Me disculpo por haberme ido de esa manera, es todo, me despidieron, así que ya no nos veremos más, adiós Josua- la chica me miró  con desprecio, así que aproveché para aclararle algo importante- él y yo no somos ni siquiera amigos, descuida- tiró de su cabello hacia atras, dando a entender su ignorancia.

Salí del lugar pensando en mi otro problema, esa condenada cita tan horrenda, preferiría que trajera la comida, para así ver una película y disfrutarla yo sola- si, yo sola, ¿creyeron que me gustaría comer y ver una película en mi casa junto a ese tipo?.

- ¡Kayla!- solamente escucharlo me hizo enfadar, ¿porque hace de esto tan dramático?.

- ¿Que quieres?- pregunté al voltearme.

- Espero que no te molestes por lo que hayas visto, ella y yo...

Lo interrumpí- ¿a caso me estás dando una explicación como si fueramos algo más que ex compañeros de trabajo?- él me miró confundido.

- Para mi estas por ser más que eso- aclaró con tristeza en su voz.

- Vaya forma de demostrarlo. Mira, espero no volver a tener ésta conversación contigo- con esas palabras me despedí de él, y no lo volveré a ver.

Estoy segura de que no rompí su corazón, ya que es imposible enamorarse de alguien con quien solo haz compartido unas cuantas palabras. De haber sido diferente, habría sido menos cruel.

- Te daré una ventaja de cinco segundos- respondió dejándome totalmente confundida.

- ¿Para que?- respondí.

- Correr- levanté mis cejas en sorpresa.

- ¿Crees que correre?, ¿y porque lo haría?.

- Si lo harás, porque me debes una disculpa, y como se que no te disculparás, te voy a obligar.

- Que inmaduro- rodé mis ojos.

- Uno- comenzó a contar.

- No lo haré- me crucé de brazos.

- Dos- continuó.

- ¡No voy a correr!- me negué nuevamente.

- Tres- en este momento ya me siento en riesgo, automáticamente comencé a correr por mi vida, al principió me sentí tonta por haber caído en su juego, pero luego, comenzó a ser divertido.

No logré escuchar cuando llegó a cinco, así que decidí voltearme, mala idea, perdí valiosos segundos. Me dirigí a un lugar a poca distancia, donde hay zona verde, y árboles, especialmente. Cuando estuve allí, cometí por segunda vez el mismo error, me di cuenta de lo mala que soy corriendo cuando él calló sobre mí.

Caí sobre un poso, y él parece estarlo disfrutando- ¡dejame!- le advertí.

- Dilo- amenazó con sus brazos alrededor de mi cabeza impidiendo la salida.

- ¡No!- me negué.

- Bien- se acercó más a mi, y me sentí sin ninguna defensa más que apartar mi cara, cerré mis ojos.

Para mi sorpresa, logró envolverme de nuevo en su ridículo juego. Me hizo creer que me besaría, al voltear mi cara y cerrar mis ojos, no pude percatarme del momento en que se apartó de mi, y ahora me lleva en sus hombros, como un indefenso saco de papas.

- Tengo la sangre en la cabeza- dije con pocas fuerzas, ya que dolía hablar.

- Te bajaré, si te disculpas.

- Bien- mentí.

Me bajó satisfecho- mira Josua...- dije como si en verdad fuera a hacerlo, entonces aprovechando su inocencia, pateé sus partes bajas- ¡alejate de mi!- le advertí antes de irme de allí, tomar un taxi e ir a McDonalds, con todo mi trasero mojado por haber caído en un poso- coloqué mi abrigo en la cintura para ocultarlo.

Cuando entré no logré verlo, así que supuse que llegaría tarde, tomé asiento, pedí mi refresco y lo esperé. Llevaba la mitad de mi refresco cuando decidió aparecer.

- Lo siento novia- tomó asiento frente a mi- te engañaba con otra- sonrió.

- Yo igual, por eso somos el uno para el otro- el alzó sus cejas sorprendido y con una sonrisa.

- ¿A si, y quién es tu amante?- la mesersa llegó a pedir su orden, y agradecí que llegara. Me removí incómoda en el asiento al recordar lo sucedido.

- Bueno, espero que no tengas mucho apetito- bromeó.

- ¿Porque lo dices?- pregunté confundida.

- Pagaré ésta noche.

El tiempo paso rápido, conversamos un poco acerca de nuestros gustos y de lo que mas odiamos. Al final, de todo un poco.

Cuando llegué a casa, fui a la habitación de mi padre. Debía enterarlo acerca de los pagos de la casa, de los cuales ya no debía preocuparse.

- Papá- le llamé antes de entrar- ¿estas despierto?- no hubo respuesta de su parte. Entré a la habitación y le hallé dormido, me acerqué y noté que estaba algo descobijado, tomé la cobija, y le noté algo frío, así que saqué una cobija más del armario y se la coloqué sobre la otra- descansa- dejé un beso sobre su cabeza.

Fui a mi habitación y caí en un sueño profundo.

TU PRESENCIA [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora