TU PRESENCIA [Sin Editar]

Capítulo 8

"No hay otra opción"

Ethan estaba sorprendido y algo avergonzado por Jessica, y yo me aproveché de eso.

- Él es Ethan- lo presenté.

Tragó ruidosamente y luego extendió su mano en saludo, pero para su desgracia, en ese momento ella debía atender a un cliente.

- Lo siento, un gusto- dijo Jessica a la vez que extendía su mano.

- Igual- dijo poco audible, aclaró su garganta e hizo el intento de sonar más grande- igual.

- Bien- dije interrumpiendo su ambiente de incomodidad- debemos irnos, fue un gusto verte mona- ella se sonrojó al oír su sobrenombre.

- Adiós Kayla.

Salimos de ahí, Grenda nos esperaba afuera. Subimos al auto y Ethan me dejó en mi casa. Por ahora sólo me queda pensar en mi trabajo, el cual últimamente se a vuelto pesado.

Mi jefe cree que debería comenzar a hacer horas extra diariamente, pero ya es suficiente con el trabajo que realizo. Aunque ofrece más cantidad de dinero, eso no es importante para mi.

Encontré a mi padre sentado en la cocina, parecía estar preocupado, me acerqué a él- papá- puse mi mano sobre su hombro llamando su atención- ¿que sucede?.

El me miró como si quisiera ocultar algo, al final parece haber decidido decírmelo- debemos pagar la casa- frunci el ceño.

- Papá eso está cubierto- dije quitandole peso a la situación.

- No en realidad- le escuché atenta- tu madre escondió el dinero por su cuenta, pero si es lo que tu dices que es, una alcohólica, entonces ese dinero ya no está.

- Eso no es cierto- reí irónica.

- Lo es. Hace un tiempo logré ahorrar algo de dinero, pero eso no cubrirá ni la mitad de lo que debemos pagar.

- Papá- dije preocupado- creí que ya eso...

- No, parece que si es posible. Si no logro conseguir el dinero, entonces...

- Lo haré- lo interrumpí, me miró sin entender- aceptaré hacer extras en mi trabajo. Mira...- abrí mi bolso y saque dinero- con esto se cubrirá la mitad, trabajaré hasta el final del mes, entonces tendremos el dinero.

Él abrió la boca para protestar- no perderemos la casa papá, lo prometo- puse mi mano sobre la suya y le di una sonrisa para tranquilizarlo.

Durante la noche no pude dormir, estuve pensando en si alcanzaría el dinero, llegué a la conclusión de aceptar que aceptar hacer trabajo extra no es opcional, así que mi nuevo horario será el nuevo problema.

Ahora me encuentro frente a su oficina, la de mi jefe, dejando de lado mi orgullo, convencida de aceptar su propuesta. Toqué dos veces a su puerta y esperé a escuchar su permiso para entrar.

- ¿Quién es?- preguntó algo molesto.

- Soy Kayla, solo era para hablar sobre su propuesta- respondí.

- Claro, pasa- dijo en un tono distinto.

Al abrir la puerta me encontré con la mirada atenta de un chico, como es de costumbre, luego de saludarle, hice de cuenta que él no estaba en la oficina además de mi jefe y yo.

- Dime Kayla... ¿ya se despejó tu cabeza?- añadió en tono burlón.

- Si- aquí es donde ni yo entiendo de donde saco mi paciencia- aceptaré hacer el trabajo extra.

- Genial, ¿puedes empezar hoy?- asentí con la cabeza- por supuesto, hoy no habrá pago, debido a la tardanza- antes de que pudiera quejarme él continuó- lo tomas o lo dejas.

Suspire profundamente- lo tomo- apreté mis puños controlando así mi lengua- gra... Gracias- dije con gran esfuerzo y una sonrisa.

Me levanté del asiento, algo incómoda, cabe admitir, ese chico es algo raro, y además no es de mi agrado.

- Papá- le escuché decir al chico antes de cerrar la puerta.

Ahora tengo un dato no deseado sobre él, al parecer es su hijo- ¡Te dije que era la última oportunidad!- gritó mi jefe, algunas personas que se encontraban cerca también lo llegaron a escuchar.

- Kayla- llamó una de las cocineras- lleva éstos a la mesa veinticinco- tomé el detantal a mi lado, aceptando el gran trabajo que me queda por hacer.

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- No lo necesito- negué.

- Claro que si, debes tomarlo- insistió mi padre- te ayudará a descansar.

- Bien- dije a la vez que tomaba la taza con algo de té.

- Es lo menos que puedo hacer, me ayudas tanto que a veces siento que no lo merezco...

- Eso no es cierto- lo interrumpí- papá, ¿acaso no te has dado cuenta?, esto no lo hago sólo por ti, también estoy pensando en mi misma, así que no deberías sentir que me debes algo, soy yo quien te debe mucho.

- Sólo digo que, si me hubiera dado cuenta antes habría hecho más.

- En ese caso no es tu culpa, es la mía por no haberte dicho nada, pero ya basta papá, dejemos de hablar sobre culpables, lo que importa es que esa mujer ya no me puede hacer daño.

- Es verdad- besó mi cabeza- descansa pequeña- se levantó de mi cama, antes de cerrar la puerta se giró para decir algo más- te quiero.

- Losé, yo igual- luego de despedirse se fue de la habitación.

Mañana debo ver a Grenda e informarle que ahora trabajaré mas tiempo. Hoy es viernes, y debido a las horas extra, terminé mi trabajo a las 9:30pm, lo cual es agotador.

Mañana no debo trabajar y el siguiente día tampoco, así que aprovecharé para verme con Grenda y Ethan en la biblioteca. Luego seguramente iremos a comer algo junto a Jessica, el amor de Ethan y además también vendrá Lisy. Losé, no fue mi idea relacionarme de nuevo con ellas, ya era demasiado para mi añadir a Ethan a mi lista, pero Grenda insiste en que lo necesito.

Aún recuerdo ese día, como si fuera ayer...

Salimos del McDonalds luego de lo sucedido con Ethan y Jessica. Mientras reíamos, Grenda decidió dar una sugerencia sobre ella. - Ella debería venir con nosotros en algún momento.

- Sabes que...- me negué.

- Vamos Kayla, cuando yo muera debes estar con al menos una amiga- insistió.

- Yo no me quejó- añadió Ethan.

- Ellas no son malas personas, pero creo que no estoy preparada para expandir mi mundo.

- No seas tonta Kayla- me apuntó con la cuchara, ella aún termina de comer su ensalada- lo harás, por mi.

Conociéndome bien, sabe que mi debilidad es ella, le tengo tanto aprecio que cada vez que me recuerda que está enferma y que puede morir, hago lo que me pide.

- Bien- rodé mis ojos.

Así es como acepté salir con ellas... Creo que esto será un gran problema luego, cuando la pierda. Aunque no me guste admitirlo, estoy consciente de que algún día la perderé, y ese día, será el peor en mi vida.