Capítulo 2

36 6 3
                                    

"Entonces llegó oportunidad"

El libro es totalmente adictivo, me gusta el hecho de que no sabes que pasará, la vida es así. Nunca sabes en que momento cambiará tu vida, sea para bien o para mal, siempre hay algo inesperado en nuestra vida.

Entonces en ese momento confirmo las palabras de éste libro.

" Si pudiéramos ver el futuro, nos limitaríamos a esperar que llegue ese día, pero, tenemos la ventaja de que no lo sabemos, así entonces, nos esforzamos por construir uno "

" No sabemos que pasará mañana, así que el hoy, es un día inesperado "

Considero que sus palabras son totalmente ciertas, no siempre estamos preparados para el hoy, se refiere a que no podemos vivir el mañana, así que, cuando ya es ese día, se convierte en el hoy, eso lo vuelve inesperado.

- Disculpa- la voz de una mujer mayor interrumpió mi lectura, levanté la mirada.

- ¿Si?- le di una sonrisa amable.

- Puedo tomar asiento junto a ti- miró a su alrededor- se han acabado los campos- añadió con su mirada fija en mi.

- Claro- tomé mi bolso y lo coloqué al otro lado de la banca.

- Gracias- mientras ella tomaba asiento pude notar su dificultad para caminar, entonces me alegré de haber cedido el campo.

No es una molestia su presencia, continúo mi lectura como antes. El tiempo pasó mas rápido de lo normal, cerré el libro y entonces me dispuse a volver a casa.

- ¿Ya te vas?- preguntó la anciana.

- Oh, si- me levanté y coloqué el bolso en mis hombros- fue un gusto- extendí mi mano, ella la tomó.

Le di una última sonrisa y salí del lugar.

De camino a casa, pensé en que no le dije mi nombre, debe haber creído que soy una irrespetuosa, y es sólo que lo olvidé.

Me encuentro a mi misma sin ganas de seguir con mi vida, no logro entender porque mi vida debe ser así, pude haber tenido una vida normal, una madre que me ama y un padre que me cuida de los chicos, pero mi realidad es que, ninguno de ellos es como un padre o una madre para mi. Crecí anhelando el amor, pero con el paso del tiempo llegué a la conclusión de que los seres humanos no podemos amar, siempre sufrimos a causa de alguien en quien confiábamos, así que al final, si de verdad pudiéramos amar como Dios lo hace, entonces no seríamos tan inhumanos.

No e dejado de creer en el amor, porque sé que existe, solamente dejé de creer en las personas, y creo que eso es lo único que a evitado que sufra. Aunque sufrí un tiempo por mi madre, día con día me duele menos, a veces llego a la conclusión de que quizás, ella no sea mi madre en realidad.

Llegué a casa, silenciosa fui subiendo a mi habitación. Una ola de temor me golpeó, al recordar que dejé a mi mascota a solas con mi madre, y eso no es nada bueno para mi ardilla. Bajé rápidamente y fui a confirmar que Pardy seguía con vida.

Tomé su jaula y la subí a mi habitación, estará mas segura allí, en el único lugar al que ella no puede entrar, ya que, según ella, le dan náuseas solo imaginar que pisa más allá de la puerta. Sí, a ese punto hemos llegado.

Me lancé a mi cama y casi inmediatamente me quedé dormida- Mañana será un buen día- pensé.

Las horas pasaron rápidamente, como era de esperar, tuve un mal sueño. Para mí, lo es, es un mal sueño si es algo que nunca sucederá, yo estaba con mis padres, y James estaba ahí, jugabamos en la playa, igual que aquel día, entonces, el comenzó a correr a la orilla del mar y yo le seguí, me convenció de entrar un poco más, y lo seguí nuevamente, entonces mi madre evitó un gran desastre al sacarnos del agua. Es un mal sueño, no es real, mi madre no nos detuvo ese día, James no se detuvo, y yo no lo seguí, tampoco le dejé ir muy adentro sin antes advertirle. Llegó una gran ola, sólo puedo recordar sus manos a partir de ese momento, y a mi gritando su nombre mientras intentaba hacer algo. Sus pequeñas manos.

James era mi hermano mayor por cuatro años, murió a los diez años, dejando atrás la larga vida que le esperaba. Era lo único que tenía, desde que lo perdí, nada volvió a ser lo mismo. Mi madre me odia por esa razón, y yo le odio por ello, si hubiera sido una madre, no habría dejado a sus dos hijos sólos por sus amigas.

Sí, le culpo por lo sucedido, era su responsabilidad cuidar de sus hijos, aunque no sintiera el mínimo aprecio por ellos.

Quité algunas lágrimas rebeldes antes de adentrarme a la ducha. Al salir, puse mi ropa de trabajo, consistía en un saco negro algo viejo, mis pantalones negros de vestir, y una blusa blanca abotonada hasta el cuello.

No quería parecer poco interesada en obtener en el trabajo, así que quise utilizar el saco, el cual llevaba varios años sin usar.

Salí de casa y me dirigí al local en donde quedé en volver, hoy me harán una entrevista. Es un restaurante que por su apariencia considero que es muy costoso, su nombre es Pescado al gusto.

Cuando llegué al restaurante, una señora muy bien vestida me llevó hasta la oficina. Al entrar en la oficina fue inevitable notar lo perfectamente pintada que ésta estaba, el estaba justo frente a la puerta con un escritorio en frente.

- Buenos días, señorita Oconor- extendí mi mano y él la tomó.

- Buenos días- tomé asiento en una silla frente a él.

- Bien, comencemos- miró unas hojas antes de hacer la pregunta- ¿tiene experiencia en cocina?- oh, empezamos con el pie izquierdo.

- Yo, no, señor- trague saliva por mi garganta seca.

- ¿Algunas vez a trabajado?- apreté mis puños.

- No, señor, es mi primera vez- el acomodó sus anteojos con su mirada fija en mi, por alguna razón mis respuestas no parecen asombrarle.

- ¿Porque debería contratarte?- solté mis puños, me relajé mentalmente antes de responder.

- Realmente necesito el trabajo- afirmé- y creo que lo necesito por razones diferentes a las demás personas, esa razón hará que me esfuerce aún más que esas personas, además, aprendo rápidamente, y me gusta hacer bien mi trabajo- él estrechó sus ojos.

- ¿Como lo sabe?- inquirió- nunca a trabajado.

- Siempre e sido muy responsable, creo que no se arrepentiría si me contrata- mis últimas palabras parecen haber sido las que él tanto necesitaba oír, la seguridad en mi voz no debería dejarle ninguna duda.

- De acuerdo, entonces más que palabras demuestralo con tu buen rendimiento, te perdonaré algunos errores la primera semana, luego de eso, ya deberías haberte acostumbrado al trabajo.

Mi corazón latía rápidamente, por primera vez en mucho tiempo, volví a sentir esperanza, es como si de alguna manera, hubiera abierto una salida, dando comienzo a mi nueva vida.

Le agradecí antes de salir de su oficina, comenzaré mañana, que sería lunes, tendré que acostumbrarme a sus horarios.

Cada día entro a una hora diferente, por lo que debo sacar tiempo para ir a la biblioteca. De acuerdo a mi horario de trabajo, tomando en cuenta que sólo trabajo de lunes a viernes, tengo 34 horas libres esos días, 52 horas para dormir y 34 horas de trabajo. Y si le sumara las horas de descanso del fin de semana tendría 82 horas libres.

Por esto me es una ventaja que mi nuevo trabajo, o al menos el que estoy por conseguir, sea de medio tiempo, lo que quita solamente 6 horas diarias y 34 por semana.

El día viernes, haré 4 horas extra, por esa razón en vez de 30 son 34 horas de trabajo.

TU PRESENCIA [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora