Capítulo 6

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"Si mientes, nada mejorará"

Me preparé mentalmente para ir a ver a Grenda- no te enfades con ella, ya es suficiente haber tenido un ataque al corazón- así.

Salí de casa esperando que el nieto de Grenda estuviera allí para llevarme al hospital. Esto está totalmente en contra de lo que juré no hacer, ¿yo? ¿Kayla Oconor viajando al lado de un chico, y además, también llora en su hombro?.

Lo pensé mejor, él es simplemente un chico preocupado por su abuela, y además, no es una molestia, ya que él no parece estar interesado en mi, de manera romántica.

Me levanté de la grada al ver el carro del chico estacionarse frente a la casa- vamos, lo siento, había mucha presa- se disculpó.

Me dirigí al auto y respondí hasta estar dentro del mismo- está bien, vámonos- no quería decirle que no importaba, ya que me desperté tarde, así que sólo diré que nos vayamos.

- Ten- me extendió un café mientras conducía- no me mires así, se que también te quedaste dormida.

- Yo no- dije ofendida.

- Me estoy quemando la mano- insistió con una mueca.

Entonces tomé el café, y lo tomé con todas las ganas que sentía por hacerlo.

El rió mirándome- callate- dije luego de tragar.

- Te lo dije- dijo.

Suspire rendida- de acuerdo, tu ganas- saqué mi billetera.

- No es necesario- me detuvo- estoy feliz con la victoria.

- Bien- rodé mis ojos.

Ayer nos quedamos sentados en el parque conversando hasta tarde, entonces a él se le ocurrió hacer una apuesta.

- Si te levantas al medio día mañana, me darás dinero, y si soy yo quien llega tarde, yo te pagaré- extendió su mano y la estreché.

- Hecho- dije cerrando el trato.

Estábamos fuera del hospital, había terminado mi café, mientras ibamos caminando lancé el café en un basurero.

- La señora Grenda Gordon- dijo el chico- ¿en que sala está?- preguntó.

- La pasaron a la sala B- él pareció sorprenderse pero no dijo nada.

- Creí que estaba mejor- le susurró a la chica.

- ¿Pasa algo malo?- pregunté.

- No, todo está bien, vamos a verla- sonrió tratando de quitar la tensión.

Entonces fuimos a la sala B, y antes de entrar él me miró- ella, puede que esté algo cansada, así que será mejor...

- De acuerdo- interrumpí- seré breve.

Él asintió esbozando una sonrisa.

Abrí la puerta y la vi a ella acostada en la camilla, el sol atravezaba la ventana provocando una linda claridad en la habitación.

- Kayla- dijo al verme.

- Dios mio Grenda- dije con algo de temor debido a los tubos en su cuerpo.

- No te alarmes- su voz era suave- sólo son algunos tubos- le restó importancia.

- Debiste haberme llamado- dije al sentarme en la cama.

- ¿Que pasó con tu madre?.

- Ella, se la llevaron.

TU PRESENCIA [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora