Capítulo 28

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Ambiente tenso

- ¡No puede entrar!- una doctora me detuvo- aún duerme- dijo cerrando la puerta.

- ¿Dentro de cuánto podré verla?- pregunté.

- Hasta que despierte, nosotros le avisaremos.

Vaya... ahora tendré que esperar quien sabe cuánto. Me senté en la silla frustrada, sentí a Josua sentarse a mi lado.

- Oye...- dijo él.

- ¿Que?- respondí con la cabeza entre mis manos.

- Tu teléfono, alguien te llama.

Levanté la mirada y vi me teléfono, era cierto alguien me llamaba. Era Tomas.

- ¡Hola!- respondí enseguida.

- Hola linda, ¿me extrañaste?- preguntó por la llamada perdida de mi parte.

- No era por esa razón- dije riendo un poco- necesitaba tu ayuda.

- ¿Aún me necesitas?- preguntó con algo de preocupación- ¿que sucedió?.

- Es Grenda, ella tuvo un accidente y la pasaron a sala de operaciones. Necesitaba que me trajeras al hospital- expliqué.

- ¿Sabes algo de ella?.

- Hasta el momento sólo que está dormida- dije con decepción.

- Iré contigo- ofreció.

- Lo agradezco, pero quedate tranquilo, un amigo está conmigo. No tienes que venir si no quieres.

- Pero claro que quiero- protestó.

- Es tarde, descuida Tomas yo...

- Dije que voy hacia allá, tu sólo espera a que llegue- dijo con firmeza.

Parece que no puedo negarme. En realidad si quería que estuviera aquí, es sólo que Josua ya está aquí y no quería hacerle sentir que estaba de sobra su presencia, él en verdad me a ayudado mucho.

- ¿Amigo tuyo?- preguntó sin éxito alguno de ocultar sus celos.

- Si- respondí.

Él no preguntó ni dijo nada más. Nos quedamos en silencio esperando por noticias sobre Grenda.

Es tarde y ya me pesa la mirada. Desearía poder dormir pero aunque me encuentre cansada, la preocupación es más poderosa y me mantiene despierta.

- Josua...- dije mirándolo, él hizo lo mismo y continué- te agradezco sinceramente por ayudarme, eres un chico muy especial para mi- dije curvando mis labios.

- Sabes que no me molesta ayudarte- dijo dándome una sonrisa.

- Lo siento por haber sido tan cortante tiempo atrás, no quería aceptar que eras buen chico. Con el tiempo te llegué a conocer mejor, hasta que tu presencia dejó de molestarme, incluso, en este momento es necesaria.

- Vaya...- dijo alzando sus cejas- es lo mas lindo que has dicho de mi.

- Basta, me haces sentir miserable- dije golpeando su hombro.

- Sólo bromeo, en el fondo sabía que me querías- dijo encogiéndose de hombros.

Sabía que me querías... ¿le quiero?. Creo que si, ¿de manera romántica? No lo creo.

No dije nada más, había dicho suficiente para una noche.

Alrededor de quice minutos, Tomas entró en mi campo de visión.

Mientras él se acercaba me miraba con una sonrisa, que a los segundos se volvió algo forzada cuando alcanzó a ver a Josua.

Josua se tensó al verle, y nose porqué razón debe existir éste ambiente.

- Hola- saludé a la vez que me levantaba para abrazarle.

Con él todo dejaba de ser incómodo. Lo que nunca me imaginé haciendo con un chico lo e llegado a hacer con Tomas. Como por ejemplo, intentar besarlo.

- ¿Que tal estás tu?- preguntó correspondiendo a mi abrazo.

- Yo bien- dije con una sonrisa débil. No me sentía capaz de sonreír en esta situación.

- Hola- dijo Tomas mirando a Josua.

- Hola- respondió Josua estrechando sus manos.

El ambiente nunca dejó de ser tenso entre ellos dos.

En la banca yo estaba en medio de ellos, Josua a mi derecha y Tomas a la izquierda.

- Gracias por venir- dije mirando a Tomas.

- Es un placer- me regaló un guiño.

Cuando él hacia eso me ponía nerviosa, debe ser porque él tiene ese aire de confianza en sí mismo. En cambio Josua desconfía de su otra mano a la hora de hablar conmigo. No se qué es mejor.

- Señorita Oconor- dijo el doctor frente a mi.

- ¿Si?- pregunté mientras me ponía enfrente suyo.

- Será mejor que vuelva mañana a las siete de la mañana. Grenda no despertará hasta mañana- explicó.

- ¿Puedo quedarme?- pregunté.

- Si, con un acompañante. Puedes dormir en su habitación- respondió. Me alegró su respuesta.

Él abrió la puerta de la habitación tres en donde estaba Grenda- En esta silla, es lo único que puedo ofrecerle- dijo refiriéndose a la silla acolchonada al fondo.

- Está bien, ya e dormido en sillas antes.

Ahora mismo sólo quería verla, me acerqué a su camilla y acaricié su cabello- oye... Mañana traeré tu café favorito, no me hagas lo mismo que mi padre por favor. Te necesito- dije mientras dejaba un beso en su cabeza.

Josua y Tomas estaban de pie en el marco de la puerta mirándome ansiosos. ¿Pero de qué?.

- Traeré la otra silla- dijo el doctor.

- ¿Para que?- pregunté confundida.

- Para su acompañante- dijo antes de irse.

Ya veo, por eso es que me miran así. Los dos quieren quedarse conmigo. ¿Enserio debo echar a uno de ellos?.

- ¿Quien se quedará conmigo?- pregunté intentado lanzar la pelota a uno de ellos para no tener que decidir.

- No lo se, tu elige- dijo Tomas.

Podía ver la emoción en los dos. Pero, un poco más apagada en Josua, ¿porque se habrá puesto así desde que Tomas llegó?. Se que hay una posibilidad de que esté celoso, pero esto es diferente, es más como rencor o resentimiento hacia su presencia.

- Cualquiera estaría bien- dije.

En verdad, no estoy para jueguitos de quién es más importante.

- Vayan ustedes afuera y decidan, estoy muy cansada ahora mismo.

Ellos dos se miraron antes de acceder a mi petición. Por éstas cosas es que no quiero enamorarme, te quedas con uno y pierdes al otro, es injusto. Y más en situaciones como ésta, en donde los dos son amigos importantes para mi.

El doctor entró a la habitación con la otra silla- gracias- dije antes de que saliera.

- De nada- dijo cerrando la puerta.

Estaba muy cansada, ahora que ya pude verle, me siento más tranquila.

Acerqué más la silla a su camilla. Tomé su mano y dejé un beso en ella- Grenda, eres mi mejor amiga, ¿sabias eso?. Ahora mismo tengo muchas cosas que contarte, pero esperaré a mañana para que puedas regañarme, ¿te parece?- pregunté- seguro que sí- dije con una sonrisa.

Ella se veía pálida pero estaba en una temperatura normal y eso me tranquilizó.

Aún tomando su mano, reposé mi cabeza en la camilla quedándome profundamente dormida a su lado.

Antes de quedarme dormida, escuché la puerta abrirse. Pero ahora mismo no me interesa saber quién fue el ganador.

TU PRESENCIA [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora