Capítulo 31

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Continuación...

- No podía creer en eso, no confiaba en el chismorreo. Así que fui hasta a Inglaterra para buscarla, sus redes sociales y su teléfono no habían sido usados por ella ya hacía varios meses. Eso habría facilitado mi trabajo, pero no, tuve que ir hasta allá.

<< Cuando llegué me dirigí hacia el hotel en donde se iban a quedar, ella me contó muchas cosas antes de irse. Llamé a la puerta tantas veces que ya me dolían los nudillos. Llamé a la habitación que estaba al lado, y salió una chica...

- Hola, disculpa por molestar. Soy amigo de los que se hospedaron aquí a tu lado, ¿por casualidad sabes algo de ellos?- cuando pregunté, la chica me miró con lástima y algo boquiabierta.

- Ellos... Bueno, ella. Ya se fueron- dijo nerviosa- ¿eres Josua?.

¿Como sabe mi nombre?.

Asentí dudoso.

- Perdón, pero...- la vi medio cerrar la puerta, parecía que escondía algo en su habitación.

- ¿Quien está ahí?- pregunté desconfiado.

- Nadie- su nerviosismo hizo que supiera que mentía.

Terminé de abrir la puerta y me adentré a la habitación- ¡No, sal de aquí o....

Vi a Tomas tumbado en el sofá mirando a la nada, habían botellas a su lado. Miré a la chica nuevamente, ella estaba mirándome asustada, esperando mi reacción.

- ¿Donde está Jannet?- pregunté.

No tuve respuesta de su parte, así que volví a preguntar lo mismo hasta que él me miró y respondió.

- Muerta- dijo con enojo y tristeza.

- Eso no es posible...- dije incrédulo.

- Creeme que si, y sabes que es lo peor, que fue mi culpa. Me vale un jodido trasero lo que digan en el periódico, porque ésa es la verdad.

- Me sentía deshecho, tenía tantas preguntas. Como, ¿en donde la enterraron, donde fue la vela, porqué murió y porqué estaría la respuesta en el periódico?.

Noté que él se refería al periódico a su lado, así que me acerqué y lo tomé. Decía:.

Muerte de extranjera

Jannet Rosaline Hill

Una chica de 18 años fue auxiliada el día 6 de noviembre. Acompañaba a un chico de identidad desconocida en su auto cuando ocurrió el accidente.

Al parecer viajaban una velocidad prohibida en la zona por precaución a un deslice.

Interrogamos a un oficial y lo que dijo fue: "No hay nada que hacer por ella, el chico se encuentra en mejores condiciones debido a la bolsa de aire, que no funcionó en el lado del pasajero en el momento".

Miré a Tomas y él tenía su labio roto y un moretón en su mejilla, parecía que estaba mas roto por dentro que por fuera, pero eso ahora mismo no me interesa. Él fue el culpable.

- ¿Porque Tomas? debías cuidarla- dije tratando de no gritar. Al no recibir respuesta de su parte no pude contenerme más- ¡es tu maldita culpa, yo la amaba pude cuidarla mejor que tu!. ¡Siempre has sido un idota, ahora jodete en el alcohol, quizás eso te ayude a olvidar su falta!.

TU PRESENCIA [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora