Con todas menos conmigo
Estoy junto a Mariola, viendo cómo va la sesión de fotos. Echaba tanto de menos esto. Y no es por los montones de trabajo que nos esperan a lo largo de estos meses, sino porque te vuelvo a ver. Haces que me falte el aire cada vez que estamos en el mismo espacio, pero no te das cuenta ¿Y cómo lo harías? Soy una chica, de estatura pequeña, ojos cafés que no son nada especiales, el cabello ondulado, largo, pero maltratado, mi figura no se compara con las modelos que sales.
Soy una mortal enamorada de un dios griego.
A pesar de que te quejes de tu altura, a mí me parece perfecta, te disgustan tus piernas, pero yo las adoro. Crees que necesitas hacer más ejercicio pero me gustan tu cuerpo tal como está. Y me pierdo en tu lunar debajo del ojo.
Envidio a las mujeres con las que sales, me duele cuando tengo que cubrir tus escándalos de conquistas para que no lleguen a la prensa. Lo peor es que me quiebro cuando sé que para ti no soy nadie, simplemente la asistente de Mariola y Esperanza, pero para mí lo eres todo.
El recuerdo de una noche llega a mi mente: Rafa me pedía que fuera a verte, pues ya todos estábamos listos para irnos al hotel, sin embargo, tú faltabas; fui hacia el camerino. No se lograba escuchar nada, así que abrí la puerta sin llamar. La sorpresa fue ver a una mujer apoyada en la pared y con las piernas enredadas en tu cuerpo, mientras le hacías el amor. Ella arañaba tu espalda.
Ahogo un grito, él no se da cuenta, pues sigue, pero ella sí. Me mira triunfante y empieza a gemir su nombre, no lo soporte más y salí de allí, apenas cerrando con cuidado.
Las lágrimas se deslizaban en mis mejillas y no me dejaban ver. Esa noche me dolió el alma como nunca. A pesar de que entendí que jamás sería para mí, ha pasado más de un año y aún mi corazón late por él.
—Pablo, por favor, deja el maletín a un lado y reclínate apoyado en el brazo, así —regreso a mi realidad y si no fuese cantante, sería un excelente modelo—, yo sé que estás cansado, pero te prometo que es la última.
No estás cansado, es que tienes a una rubia esperando en tu departamento. Es porque te irás corriendo a sus brazos y te enredarás en ella hasta perderte. Eres como una estrella, tan bello pero inalcanzable. Esto que siento por ti me está matando.
Termina la sesión e inmediatamente se va, solo logra despedirse de Mariola, quien suspira cansada.
—No sé qué voy a hacer con él, Valentina —dice cansada—, después de lo que pasó en América, hace más de un año, se ha vuelto insoportable.
—No quiero hablar de ello —respondo cortante, ella, Esperanza y Rafa son los únicos que saben de ese maldito momento.
—Lamento incomodarte con mis quejas —sonríe— pero es que este idiota me está volviendo loca ¿Te dejo en tu casa o prefieres comer con esta solitaria mujer?
—Por supuesto que no eres solitaria.
—Bueno, recién me divorcié así que sí lo soy.
—Él se lo pierde, seguro que encontrarás a alguien para ti. A veces hay que besar muchos sapos para encontrar el ideal y se vuelva un príncipe.
—Eso te digo ¡Mírate! Tienes 25 años, estás en la plenitud de tu vida y no te conozco ningún novio.
<Porque me enamorado de un idiota, que es como el sol y por eso me estoy quemando>.
Hago una mueca; ella guarda silencio, dando por zanjado el tema. Ojalá pudiera borrarlo de mi vida.
Llego a mi departamento, después de comer con Mariola, dejo el bolso y las carpetas en la primera mesa que veo y voy hacia el refrigerador para buscar helado de chocolate. Enciendo la televisión, tomo mi teléfono y abro Netflix, hoy quiero ver una comedia romántica para evitar torturarme mentalmente sobre lo que haría él con esa mujer.
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¿Cómo decirte que te quiero?
Fanfic¿Qué debo hacer para que te fijes en mí? Siempre pasas a mi lado, pero jamás te detienes a mirarme. Soy solo una más en la lista de personas con la que te has topado. Tienes todo y yo tengo nada. ¿Cómo puedo rivalizar con las mujeres que te pasea...